La mujer en el paraíso mordió la manzana diez minutos antes que el hombre y mantuvo esos minutos de ventaja hasta ahora (risas). Esa misma ventaja nos llevan los hermanos de la colectividad judía de la que siempre dependemos a saber.
Moisés honorable judío se ocupó de nuestra cabeza, Jesús honorable judío se ocupó de nuestro corazón, Marx honorable judío se ocupó de nuestro estómago, y Freud honorable judío se ocupó de nuestro sexo. Después llegó otro honorable judío Einstein y nos demostró que todo eso era relativo. (Risas)
Con los años fui creciendo inevitablemente, de mujer a mujer, de canción en canción y de país a país, fui conociendo las maravillas del mundo, por ejemplo Colombia que es un anticipo del paraíso, o México que es un largo domingo, donde la canción es la manera más amorosa de la oración. (Aplausos)
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