"HAY UNA SOLA RELIGIÓN, EL AMOR. HAY UN SOLO DIOS Y ESTÁ EN TODAS PARTES"
lunes, 31 de octubre de 2016
Vacíate del pasado y volverás a ser un niño.
Vacíate del pasado y volverás a ser un niño; es decir un ser abierto a todo, receptivo y por lo tanto en un constate juego.
Y el niño está liviano porque está libre de recuerdos y experiencias, porque no sabe nada; por eso goza todo, por eso todo lo excita, lo asombra...
Como el viejo no puede moverse porque sabe demasiado, porque recuerda demasiado, porque sus experiencias lo encadenan a sus preconceptos que lo privan de las novedades... Entonces no hay presente; por lo tanto no hay vida, porque la vida está en el ahora mismo...
EL CHISTE DE HOY... Jaaajaaa
Anoche mi mamá y yo estábamos sentados en la sala
hablando de las muchas cosas de la vida... entre
otras... estábamos hablando del tema de vivir/morir.
... Le dije: 'Mamá, nunca me dejes vivir en estado
vegetativo, dependiendo de máquinas y líquidos de
una botella. Si me ves en ese estado, desenchufa los
artefactos que me mantienen vivo. PREFIERO MORIR'
¡¡Entonces, mi mamá se levantó con una cara de
admiración ...Y me desenchufó el televisor, el DVD,
el cable, Internet, el PC , el mp3/4, la PlayS , el
teléfono fijo, me quitó el móvil, la Ipod y me tiró todas las cervezas!!!
¡La madre que la parió!... ¡¡¡¡CASI ME MUERO!!!!...
jajajajajaajaja que buenaaaa.
Isaías, 41.
Nadie es demasiado fuerte como para no necesitar a Dios
Isaías, 41
1. Islas, guarden silencio y atiéndanme, y que los pueblos se acerquen a mí. Adelántense para hablar, pues tenemos que litigar juntos.
2. ¿Quién ha mandado desde el Oriente a aquel que se topa con la victoria a cada paso? ¿Quién le entrega las naciones y le somete los reyes? Su espada los convierte en polvo y las flechas de su arco los dispersan como paja.
3. El los persigue y avanza sin que lo molesten, sus pies apenas tocan el camino.
4. ¿Quién está detrás de esto realizándolo? Aquel que desde el principio trae a su tiempo los acontecimientos. Yo, Yavé, que soy el primero y que estaré también con los últimos.
5. Las islas lo han visto y sienten miedo, y se han asustado hasta los extremos del mundo.
6.(Se ayudan unos a otros y mutuamente se dan ánimo.
7.El fundidor anima al joyero y el pulidor al herrero, mientras conversan sobre el enchapado: «Está bueno.» Y lo afianzan con clavos para que no se mueva.)
8.Pero tú, Israel, eres mi siervo. Tú eres mi elegido, pueblo de Jacob, raza de Abraham, mi amigo,
9.yo te traje de los confines de la tierra. Te llamé de una región lejana, diciéndote: «Tú eres mi servidor, yo me fijé en ti y te elegí.»
10.No temas, pues yo estoy contigo; no mires con desconfianza, pues yo soy tu Dios; yo te he dado fuerzas, he sido tu auxilio, y con mi diestra victoriosa te he sostenido.
11.Todos los que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados; tus adversarios serán reducidos a la nada y perecerán.
12.Buscarás a tus contrarios, pero no los hallarás; serán totalmente derrotados, reducidos a la nada los que te hacían la guerra.
13.Yo, Yavé, soy tu Dios; te tomo de la mano y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte.
14.No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano. Yo soy tu socorro, dice Yavé, el Santo de Israel es el que te rescata.
15.Mira que te convierto en un rastrillo nuevo y con doble hilera de dientes:molerás los cerros y los harás polvo, y dejarás las lomas como paja.
16.Las echarás al viento, que se las llevará, el temporal las dispersará; pero tú te alegrarás en Yavé, y te sentirás orgulloso con el Santo de Israel.
17.Los pobres y los humildes buscan agua pero no encuentran, y se les seca la lengua de sed. Pero yo, Yavé, los escucho; yo, Dios de Israel, no los abandonaré.
18.Haré brotar ríos en los cerros pelados y vertientes en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra seca en manantiales.
19.Plantaré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivares. En la estepa plantaré cipreses, olmos y alerces
20.para que todos vean y sepan, miren y comprendan que esto lo ha hecho la mano de Yavé y lo ha creado el Dios Santo de Israel.
21.Presenten sus argumentos, dice Yavé, hablen por su defensa, dice el rey de Jacob.
22.Preséntense para decirnos qué es lo que pasará. ¿Qué nos anunciaron en el pasado, para que lo estudiemos y sepamos lo que vendrá después? O sencillamente digan lo que sucederá,
23.indiquen lo que pasará en el futuro, para que sepamos si ustedes son dioses. Hagan algo al menos, bueno o malo, para que lo veamos y los respetemos.
24.Pero no, ustedes son nada, y sus obras no valen nada. Es una locura seguirlos a ustedes.
25.Lo he despertado en el norte, y ha venido, desde el oriente ha sido llamado por su nombre. Ha pisoteado a los jefes como al barro, como el alfarero pisa la arcilla.
26.¿Quién lo había dicho con anterioridad para que lo supiéramos? Había que decirlo antes, y podríamos decir: «Era exacto» Pero nadie lo anunció o lo dio a saber,
27.yo fui el primero que dije a Sión: «Aquí están.» y mandé la Buena Nueva a Jerusalén.
28.Miré y no había nadie que diera una opinión, a quien yo preguntara y que me respondiera.
29.Pues todos ellos no valen nada, nada son sus obras y sus ídolos, puro aire y vacío.
domingo, 30 de octubre de 2016
sábado, 29 de octubre de 2016
Isaías, 40
Isaías, 40
1.Consuelen, dice Yavé, tu Dios, consuelen a mi pueblo.
2.Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues ha recibido de manos de Yavé doble castigo por todos sus pecados.
3.Una voz clama: «Abran el camino a Yavé en el desierto; en la estepa tracen una senda para Dios;
4.que todas las quebradas sean rellenadas y todos los cerros y lomas sean rebajados; que se aplanen las cuestas y queden las colinas como un llano.»
5.Porque aparecerá la gloria de Yavé y todos los mortales a una verán que Yavé fue el que habló.
6.Una voz dice: «Grita.» Y yo respondo: «¿Qué he de gritar?» La voz dice: «Toda carne es hierba, y toda su delicadeza como flor del campo.
7.La hierba se seca y la flor se marchita cuando sobre ella pasa el soplo de Yavé.»
8.La hierba se seca y la flor se marchita, mas la palabra de nuestro Dios permanece para siempre.
9.Sube a un alto cerro tú que le llevas a Sión una buena nueva. ¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo, tú que llevas a Jerusalén la noticia! Diles a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!»
10.Sí, aquí viene el Señor Yavé, el fuerte, el que pega duro y se impone. Trae todo lo que ganó con sus victorias, delante de él van sus trofeos.
11.Como pastor, lleva a pastar a su rebaño, y su brazo lo reúne toma en brazos a los corderos, y conduce a las paridas.
12.¿Quién cerró su mano sobre el agua del mar, o tomó las dimensiones del cielo? ¿Quién recogió todas las arenas del globo, o pesó las montañas en una romana y los cerros en una balanza?
13.¿Y quién sondeó el espíritu de Yavé, o fue su consejero para guiarlo?
14.¿A quién habrá consultado para entender mejor, para saber cómo se administra justicia o para estar al día en los métodos más prácticos?
15.Las naciones son como una gota en el borde del vaso, como un polvillo que se deja en la balanza. ¿Las tierras de ultramar ? Son sólo un granito de arena.
16.El Líbano no sirve para encender su hoguera, y sus animales no alcanzan para quemarlos en su templo.
17.Todos los países son como nada delante de él, valen un cero, no se toman en cuenta.
18.¿Con quién podrán comparar a Dios y qué representación darán de él?
19.¿Acaso la estatua que fundió el artista, y que el joyero revistió de oro con cadenas de plata? (20 Un hábil escultor busca una palmera escogida y de allí saca madera que no se pudre para levantar una estatua bien firme.)
21.¿No lo sabían, o no habían oído hablar de eso? ¿No se lo enseñaron desde el comienzo para que entendieran cómo se fundó la tierra?
22.El vive más allá del techo de la tierra, desde allí sus habitantes parecen hormigas. Ha estirado los cielos como una tela, los ha extendido como una carpa para vivir.
23.Reduce a la nada a los grandes y hace desaparecer a los gobernantes de la tierra.
24.Apenas han sido plantados o sembrados, apenas su tallo ha echado raíces en el suelo, sopla sobre ellos y se secan, y un viento fuerte se los lleva como paja.
25.«¿Con quién podrán ustedes compararme, o quién será igual a mí?», dice el Santo.
26.Pongan la cara hacia arriba y miren: ¿Quién ha creado todos esos astros? El, él mismo, que hace salir en orden su ejército, y que llama a cada estrella por su nombre. Su fuerza es tan grande y su poder tan inmenso, que ninguna se hace la desentendida.
27.¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: «Yavé no me mira, mi Dios no se preocupa por mis derechos»?
28.¿Acaso no lo sabes, o no lo has oído? Yavé es un Dios eterno que ha creado hasta los extremos del mundo. No se cansa ni se fatiga y su inteligencia no tiene límites.
29.El da la fuerza al que está cansado y robustece al que está débil.
30.Mientras los jóvenes se cansan y se fatigan y hasta pueden llegar a caerse,
31.los que en El confían recuperan fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse.»
viernes, 28 de octubre de 2016
Isaías, 39
Isaías, 39
1.En aquel tiempo, Merodac-Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, mandó cartas y un regalo a Ezequías al enterarse de su enfermedad y de su curación.
2.Ezequías estuvo tan contento que enseñó a los mensajeros la sala del tesoro, con la plata, el oro, los perfumes, los aceites aromáticos, como también su arsenal y todo lo que había en sus bodegas. Nada quedó de su palacio y de sus dependencias que no se lo mostrase Ezequías.
3.Entonces Isaías vino a ver a Ezequías y le preguntó: «¿Qué han dicho esos hombres? ¿De dónde venían?» Y Ezequías respondió: «Han venido de un país lejano, de Babilonia.»
4.Isaías le preguntó: «¿Qué han visto en tu palacio?» Ezequías respondió: «Han visto todo lo que hay en mi palacio. No ha quedado nada en mis almacenes que no les haya mostrado.»
5.Entonces Isaías dijo a Ezequías: «Escucha la palabra de Yavé de los Ejércitos:
6.Vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio y todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy será llevado a Babilonia y no quedará nada.
7.E incluso tus hijos, que tú has engendrado, servirán como eunucos en el palacio del rey de Babilonia.»
8.Ezequías dijo a Isaías: «Es buena la palabra de Yavé que has anunciado.» Pues pensaba: «En mi vida, por lo menos, habrá paz y seguridad.»
jueves, 27 de octubre de 2016
Isaías, 38
Isaías, 38
1.En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle de parte de Yavé: «Esto te dice Yavé: Pon en orden las cosas de tu familia, porque vas a morir y no sanarás.»
2.Entonces Ezequías volvió su rostro a la pared y oró así a Yavé:
3.«Acuérdate, por favor, que te he servido fielmente con corazón honrado y haciendo lo que te agradaba.» Y se largó a llorar.
4.Entonces le llegó a Isaías una palabra de Yavé:
5.«Esto has de decir a Ezequías de parte de Yavé, el Dios de su padre David: He escuchado tu oración, he visto tus lágrimas; y ahora te voy a dar quince años más de vida.
6.Te libraré a ti y esta ciudad del rey de Asiria. Yo mismo protegeré la ciudad.»
7.Isaías respondió: «Yavé te va a indicar con esta señal que él cumplirá lo que yo te he dicho:
8.La sombra que proyecta el sol sobre las escaleras del palacio de Ajaz va a retroceder diez grados de los ya recorridos.» Y la sombra retrocedió diez grados de los que ya había recorrido.
9.Poema dedicado a Ezequías, rey de Judá, que cayó enfermo y luego sanó de su enfermedad.
10.Yo decía: En la mitad de mis días ya me marcho; seré encerrado para el resto de mis años en el lugar adonde vn los muertos.
11.Yo decía: No veré más al Señor en la tierra de los vivos, ya no veré a los habitantes de este mundo.
12.Mi carpa es arrancada y enrollada tirada lejos de mí, como una carpa de pastores. Como un tejedor tú enrollabas mi vida, y ahora me separas del telar. De repente cae la noche, y acabas conmigo,
13.grité hasta el amanecer. Como un león ha molido todos mis huesos.
14.Pío como la golondrina, gimo como la paloma; mis ojos han mirado hacia arriba: Señor, ten piedad de mí, responde tú por mí.
15.¿Qué diré, y de qué le hablaré, cuando él mismo lo ha hecho? ¡Ojalá pudiera alabarlo con ocasión de mi mal todos los años de mi vida,
16.y que mi corazón viva para ti, y mi espíritu, Señor, porque me habrás sanado, haciéndome revivir!
17.Miren que mi enfermedad se cambió en salud; tú has sacado mi alma de la fosa fatal echándote a la espalda todos mis pecados.
18.Pues los muertos no te alaban, ¿podría acaso celebrarte la Muerte, o los que caen en el hoyo proclamar tu fidelidad?
19.El que está vivo, ése sí que te bendice, como yo lo hago hoy día: de padres a hijos recordarán tu fidelidad.
20.Oh Señor, ven a salvarme, y tocaremos para ti las cuerdas del arpa en la casa del Señor todos los días de nuestra vida.
21.Después Isaías dijo: «Tomen una torta de higos, aplíquenla a la llaga y el rey sanará.»
22.Ezequías dijo: «¿Cuál será la señal de que subiré a la Casa de Yavé?»
miércoles, 26 de octubre de 2016
Isaías, 37
Isaías, 37
1.Cuando terminaron de hablar, el rey Ezequías rasgó también su ropa, se puso un saco y se fue a la Casa de Yavé.
2.En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós,
3.con este recado: «Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz.
4.¡Ojalá Yavé, tu Dios, haya escuchado las palabras del general al que el rey de Asur mandó para que insultara al Dios vivo, y pueda Yavé tu Dios castigar esas palabras! ¡Ruega a Dios por los pocos que todavía quedamos!»
5.Cuando los ministros del rey Ezequías le entregaron ese recado a Isaías,
6.éste les contestó: «Díganle a su patrón que ésta es la respuesta de Yavé: No te asustes por las palabras que escuchaste, con las que me injuriaron los mozos del rey de Asur.
7.Lo voy a impresionar por una noticia que recibirá, de manera que vuelva a su país, y en su país será asesinado.»
8.Se fue el general y encontró al rey de Asur, que estaba atacando a Libna. El general se había informado, en efecto, de que el rey se había retirado de Laquis,
9.al comunicársele la siguiente noticia: «Taraca, rey de Etiopía, ha salido a atacarte.» De nuevo, Senaquerib envió embajadores a Ezequías
10.con esta advertencia para el rey de Judá: «Tú has puesto tu confianza en tu Dios y dices que Jerusalén no caerá en manos del rey de Asur, pero es cierto que te va a defraudar.
11.Pues sabes muy bien lo que los reyes de Asur han hecho con todos los países, esto es, los han destruido totalmente;
12.y ¿tú piensas que te vas a librar? ¿De qué les sirvieron sus dioses a las naciones que mis padres conquistaron, a Gozán, Jarán, Résef, y a los arameos de Tel-basar?
13.¿Dónde están ahora el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Sefarvaim, de Hena y de Iva?»
14.Ezequías tomó la carta que traían los embajadores y la leyó. En seguida subió al Templo de Yavé y la desenrolló delante de Yavé.
15.Y dirigió esta súplica a Yavé:
16.«Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel,
17.que estás sentado sobre los querubines, tú eres el único Dios de todos los reinos de la tierra; tú eres el creador del cielo y de la tierra. Atiéndeme, Yavé, y escucha. Abre, Yavé, tus ojos y mira. Mira las palabras de Senaquerib con que manda insultar al Dios viviente.
18.Es cierto, Yavé, que los reyes de Asur han aniquilado a todas las naciones con sus habitantes.
19.Y han echado al fuego a sus dioses, aunque no son dioses sino hechura de mano de hombre, de madera o de piedra, y por eso han sido destruidos.
20.Sin embargo, ahora, Yavé, Dios nuestro, líbranos de caer en sus manos, te lo suplico, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios, ¡Yavé!»
21.Entonces Isaías mandó a decir a Ezequías: «Esto es lo que dice Yavé, Dios de Israel: He escuchado la oración que tú me has dirigido a propósito de Senaquerib, rey de Asiria,
22.y ésta es la palabra que Yavé ha pronunciado contra él: La Virgen de Sión te desprecia y se ríe de ti, la hija de Jerusalén te hace burlas por la espalda.
23.¿A quién has insultado con tus blasfemias? ¿A quién le has levantado la voz y lo has mirado con orgullo? Al Santo de Israel.
24.Por boca de tus mensajeros has insultado a Yavé; «Con mis innumerables carros -dijiste, he subido a las más altas montañas, en las faldas del Líbano. He cortado sus altos bosques de cedros y sus cipreses más hermosos, He llegado hasta su más remotos escondites, hasta sus frondosas selvas.
25.He cavado pozos en tierra extranjera, he bebido sus aguas, y dejé secos, al pasar, todos los ríos de Egipto.»
26.Hace mucho tiempo que tengo eso preparado,-¿no te lo habían dicho? Hace años que decidí esto que ahora voy a realizar.
27.Tú debías convertir en ruinas ciudades fortificadas; sus habitantes quedaban sin fuerza, estaban espantados y confundidos. Fueron como la hierba del campo, como el musgo en el techo, o como el trigo verde quemado por la peste.
28.Pero yo sé cuándo tú te sientas, cuándo entras y cuándo sales.
29.Te has levantado contra mí y tus palabras insolentes han llegado a mis oídos; por eso voy a poner un anillo en tus narices y un freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde has venido.»
30.Isaías dijo a Ezequías: «Esto te servirá de señal: Este año se comerá del trigo sembrado, y el año siguiente lo que brote sin sembrar. Pero al tercer año podrán comer y cosechar, plantar viñas y comer su fruto.
31.El resto que sobrevivirá del pueblo de Judá, volverá a echar raíces y a dar fruto.
32.Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte de Sión un grupo de salvados.
33.Todo esto lo hará el amor celoso de Yavé de los Ejércitos.»
34.Ahora bien, Yavé dice sobre el rey de Asur: «No entrará en esta ciudad, no le tirará ninguna flecha, no la atacará con torres rodantes ni construirá terraplenes contra ella, sino que se volverá por el camino por donde vino.»
35.No entrará en esta ciudad, pues lo asegura Yavé: «Yo defenderé esta ciudad y la salvaré en atención a mí y a mi servidor David.»
36.Esa misma noche el Angel de Yavé hirió de muerte a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la hora de levantarse, en la mañana, no había más que cadáveres.
37.Senaquerib levantó su campamento y se fue. Y de regreso se quedó en Nínive. Un día, mientras estaba adorando, dentro del templo, a Nisroc, su dios, sus hijos Adramelec y Sareser lo asesinaron a puñaladas y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Le sucedió en el trono su hijo Asaradón.
martes, 25 de octubre de 2016
Isaías, 36
Isaías, 36
1.En el año catorce del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.
2.El rey de Asiria, desde Laquis, envió donde el rey Ezequías a uno de sus generales con una numerosa tropa. El general se colocó cerca del canal del estanque superior, junto al camino del campo del batanero.
3.A su encuentro salieron el mayordomo del palacio Eliaquim, el secretario Sobná y el canciller Joás, hijo de Asaf.
4.El general les dijo: «Transmitan este recado a Ezequías. Así habla el rey de Asur: ¿En qué pones tu confianza? ¿Acaso crees que para hacer la guerra algunas delclaraciones reemplazan a la sabiduría y a la fuerza?
5.¿En quién te apoyas para rebelarte contra mí?»
6.Ya sé, tú cuentas con la ayuda de esa caña rota que es Egipto, que rompe y traspasa la mano del que se apoya en ella. Así se porta el faraón con todos los que confían en él. Ustedes, tal vez, me dirán:
7.«No es cierto, porque nosotros solamente hemos confiado en Yavé»; pero, ¿no son justamente sus altares y sus lugares altos los que ha suprimido Ezequías, diciéndoles a la gente de Judá y Jerusalén: «Ustedes deben agacharse únicamente delante de este altar»?
8.Pues bien, haz una apuesta con el señor rey de Asur: Yo te doy dos mil caballos si puedes encontrar el mismo número de jinetes para montarlos.
9.¡Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi patrón! Mientras confiabas en Egipto, pensando que te daría carros y caballerías,
10.a mí Yavé me traía a este país para arruinarlo. Pues Yavé fue el que me lo ordenó: «Sube contra este país y destrúyelo.»
11.Eliaquim, Sobná y Joás respondieron al general: «Por favor, habla a tus servidores en arameo, porque nosotros lo entendemos, pero no nos hables en judío frente a esta gente que está encima de las murallas.»
12.Pero el general les contestó: «¿Ustedes se figuran que mi patrón me mandó a decirles estas cosas nada más que a su patrón y a ustedes y no a la gente que está sentada encima de las murallas y que junto con ustedes está condenada a comer sus excrementos y a tomar su orina?»
13.Entonces el general se puso de pie y hablando en alta voz pronunció, en judío, estas palabras: «Oigan el mensaje del gran rey de Asiria.
14.Así habla el rey: No se dejen engañar por Ezequías, porque no los podrá salvar;
15.ni lo crean cuando trata de que ustedes confíen en Yavé. Que no les diga a ustedes que Yavé los librará sin duda alguna y no permitirá que esta ciudad caiga en manos del rey de Asur.
16.No le hagan caso a Ezequías sino, más bien, al rey de Asur, quien les promete lo siguiente: Si hacen las paces conmigo y se rinden a mí, cada uno de ustedes seguiráccomieendo los frutos de su viña y de su higuera y tomando del agua de su pozo.
17.Y luego volveré y los llevaré a una tierra como la de ustedes, tierra de trigo y de viñas, tierra de pan y de vino.
18.Ezequías los está engañando al decirles: «Yavé nos salvará.» ¿Pudieron, acaso, los dioses de las naciones salvar cada uno a su país de las manos del rey de Asur?
19.¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad? ¿Dónde los dioses de Sefarvaim?, ¿dónde los de Samaria? ¿Fueron capaces de libertar a Samaria de mis manos?
20.¿Cuál de todos los dioses de esos países ha salvado a su país de mis manos? ¿Cómo, pues, Yavé podría salvar de mis manos a Jerusalén?»
21.Todo el mundo guardó silencio y nadie le respondió, pues ésa era la orden del rey: «No le respondan a nada.»
22.El superintendente del palacio, Eliaquim, hijo de Helcías, el secretario Sobná y el canciller Joás, hijo de Asaf, volvieron a casa de Ezequías con la ropa rasgada y le contaron todo lo que les había dicho el general
lunes, 24 de octubre de 2016
Isaías, 35
Isaías, 35
1.Que se alegren el desierto y la tierra seca, que con flores se alegre la pradera.
2.Que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues le han regalado el esplendor del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón. Ellos a su vez verán el esplendor de Yavé, todo el brillo de nuestro Dios.
3.Robustezcan las manos débiles y afirmen las rodillas que se doblan.
4.Díganles a los que están asustados: «Calma, no tengan miedo, porque ya viene su Dios a vengarse, a darles a ellos su merecido; él mismo viene a salvarlos a ustedes.»
5.Entonces los ojos de los ciegos se despegarán, y los oídos de los sordos se abrirán,
6.los cojos saltarán como cabritos y la lengua de los mudos gritará de alegría. Porque en el desierto brotarán chorros de agua, que correrán como ríos por la superficie.
7.La tierra ardiente se convertirá en una laguna, y el suelo sediento se llenará de vertientes. Las cuevas donde dormían los lobos se taparán con cañas y juncos...
8.Por allí pasará una buena carretera, que se llamará el camino santo; por él no transitará ningún impuro, y el sinvergüenza no se atreverá a pisarlo;
9.no habrá allí ningún león, y la fiera salvaje no se acercará a él. Por este camino marcharán los rescatados
10.y por ahí regresarán los libertados por Yavé; llegarán a Sión dando gritos de alegría, y con una dicha eterna reflejada en sus rostros; la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no tendrán más pena ni tristeza.
domingo, 23 de octubre de 2016
Isaías, 34
Isaías, 34
1.¡Naciones, vengan a presenciar, pueblos, pongan atención; tierra y todo lo que encierras, con tus continentes y sus habitantes, escucha!
2.Yavé está enojado con todas las naciones y está enfurecido contra sus ejércitos. Los ha condenado a la destrucción, los ha entregado a la matanza.
3.Los muertos están tirados por las calles, y se siente la fetidez de sus cadáveres. Los montes chorrean sangre,
4.y el ejército de los cielos se descompone. Los cielos se enrollan como papel y todo su ejército se marchita como se secan los racimos nuevos o como se ponen lacias las hojas de la higuera.
5.Mi espada en los cielos estaba esperando y ahora cae sobre Edom, sobre este pueblo que yo quiero que sea castigado.
6.La espada de Yavé está cubierta de sangre y está bañada en grasa, con sangre de corderos y de chivos, con la grasa de los riñones de los carneros. Porque Yavé ha hecho un sacrificio en Bosra, y una gran matanza en tierra de Edom.
7.Hoy caen los toros de este pueblo, sus bueyes y sus terneros cebados. La tierra se empapa de sangre y el polvo se impregna de grasa,
8.porque es el día de la venganza de Yavé, día del desquite en las luchas de Sión.
9.Sus ríos son ahora de petróleo, su tierra es de azufre, y todo su país arde como asfalto.
10.No se apagará ni de día ni de noche, y el humo subirá continuamente. Quedará desolado para siempre, y por ahí nadie pasará.
11.Servirá de refugio a los pelícanos y erizos, y allí vivirán las lechuzas y los cuervos; Yavé tirará el cordel para aplanarlo y su nivel no dejará sino el vacío.
12.Allí tendrán su casa los chivos; y ya no habrá nobles para elegir a un rey, pues todos sus príncipes habrán desaparecido.
13.En sus palacios crecerán las zarzamoras y en sus castillos, las ortigas y los cardos. Serán una guarida de lobos y un escondite para los avestruces.
14.Allí se juntarán los gatos salvajes con los pumas, y se darán cita los chivos; allí también se echará a descansar el monstruo llamado Lilit.
15.Allí tendrá su cueva la serpiente, pondrá sus huevos y se echará encima hasta que se abran; también allí se reunirán los buitres,
16.se encontrarán unos con otros. Abran el libro de Yavé y lean, ¡ven que no falta ninguno! Así es, pues su misma boca lo ha ordenado y su soplo los ha juntado.
17.El ha sorteado la parte que le tocaba a cada uno y con sus mismas manos tomó la lienza para repartirles el país. Serán sus dueños para siempre y allí vivirán ellos y sus descendientes.
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