Reflexión sobre el hombre y la mujer
25 Yo me dediqué con el mayor empeño a conocer, a explorar, y a buscar la sabiduría y la razón de las cosas y reconocí que la maldad es una insensatez, y la necedad, una locura.
26 Y yo encuentro más amarga que la muerte a la mujer, cuando ella misma es una trampa, su corazón, una red, y sus brazos, ataduras.
Con el favor de Dios, uno puede librarse, pero el pecador se deja atrapar.
27 Mira: esto es lo que descubrí, dice Cohélet, tratando de razonar caso por caso.
28 Pero esto es lo que todavía busco, sin haberlo encontrado:
He logrado encontrar a un hombre entre mil, pero entre todas las mujeres no hallé ni una sola.
29 En resumen, he descubierto lo siguiente:
Dios hizo recto al hombre, pero ellos se buscan muchas complicaciones.
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