Llegamos al cementerio de la Recoleta, aquí termina el viaje de los ricos, si es que quedan. Aquí nos damos cuenta que no valía la pena, haberse complicado tanto. Si solo estábamos de paso.
Era tan simple mi Señor, solo se trataba de vivir, así de fácil, es decir, que fuera de esto lo demás eran pretextos, esfuerzos inútiles como la Alianza Federal.
Llegamos a la Chacarita, aquí termina el viaje de los pobres si es que siguen vivos, a descansar, a devolver la nariz, la canción, las manos Señor que me prestó la vida, dile que nunca entendí pero que de cualquier manera, valió la pena.
Valía la pena, haber sido un hombre para que ella fuese una mujer, de todas maneras valía la pena.
Valía la pena escapar del pueblo, perderme en el mundo, reencontrarme y volverme a perder, de todas maneras valía la pena.
Valía la pena comprobar que los problemas no son necesarios, que se puede vivir sin ellos, de todas maneras valía la pena.
¡La vida es hermosa, pese a tanta guerra, si podes no te la pierdas! (aplausos)
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