martes, 2 de febrero de 2016


CONTIGO MISMO. FACUNDO CABRAL

Nada como vivir en uno mismo, sólo así puedes sentirte en casa en cualquier parte, entonces nada es lejos ni ajeno. Si cada uno fuera cada cual, la sociedad sería una orquesta enriquecida por todos los sonidos, por todas las voces, una grandiosa armonía de individuos, la sinfonía donde todos aportan su voz, una partitura escrita por cada uno de los instrumentos, es decir una partitura respetada por todos, pero esa orquesta que deberíamos ser está fragmentada porque todos estamos contra todos, y esto nos ha agotado y desesperanzado, por eso perdimos la imaginación, que podría darnos alguna idea de convivencia, pero el miedo que es ignorancia, no separa más y más, y este divorcio nos enferma y empobrece a todos porque la Humanidad es un repertorio riquísimo, tan brillante como interminable, y todos tenemos que ver porque todos venimos de un primer hombre, de una primera mujer, entonces hay negros y chinos en mi, soy tan bueno como Jesús y tan peligroso como Hitler, soy tan musulmán como ateo, muero con el que muere y nazco con en el que nace, todos somos fecundados y auxiliados por todos, pero desestimamos a todos porque nos desestimamos, en lugar de enriquecernos con el otro le escapamos, nos combatimos en lugar de asociarnos, y matar al otro es suicida porque es una continuación nuestra, el odio (que es miedo) nos ha traído a esta desesperanza donde se ahoga la imaginación y sin imaginación perdemos la bendita semejanza, es decir dejamos de ser creadores.

2 comentarios:

  1. hay que ser muy valiente para ser solo con uno y así compartir sin depender

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  2. Lo más maravilloso que tiene el vivir solo, uno mismo, es que puedes ser de todos y de nadie. Pues, nadie te atrapa ni a nadie te agarras.

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