jueves, 30 de enero de 2020

El silencio es a veces la mejor respuesta.


Y cuando nada esperas... Dios te sorprende con sus hermosas bendiciones


EL POPUL VUH. Libro Sagrado Maya (32)

Segunda Parte. Capitulo X.Entraron después en la Casa del Frío

No es posible describir el frío que hacía. La casa estaba llena de granizo, era la mansión del frío. Pronto, sin embargo, se quitó el frío porque con troncos viejos lo hicieron desaparecer los muchachos.

Así es que no murieron; estaban vivos cuando amaneció. Ciertamente lo que querían los de Xibalbá era que murieran; pero no fue así, sino que cuando amaneció estaban llenos de salud, y salieron de nuevo cuando los fueron a buscar los mensajeros.

-¿Cómo es eso? ¿No han muerto todavía?, dijo el Señor de Xibalbá. Admirábanse de ver las obras de Hunahpú e lxbalanqué.

En seguida entraron en la Casa de los Tigres. La casa estaba llena de tigres. -¡No nos mordáis! Aquí está lo que os pertenece, les dijeron a los tigres. Y en seguida les arrojaron unos huesos a los animales. Y éstos se precipitaron sobre los huesos.

-¡Ahora sí se acabaron! Ya les comieron las entrañas. Al fin se han entregado. Ahora les están triturando los huesos. Así decían los guardas, alegres todos por este motivo.

Pero no murieron. Igualmente buenos y sanos salieron de la Casa de los Tigres.

-¿De qué raza son éstos? ¿De dónde han venido? decían todos los de Xibalbá.

Luego entraron en medio del fuego a una Casa de Fuego, donde sólo fuego había, pero no se quemaron. Sólo ardían las brasas y la leña. Y asimismo estaban sanos cuando amaneció. Pero lo que querían [los de Xibalbá] era que murieran allí dentro, donde habían pasado. Sin embargo, no sucedió así, con lo cual se descorazonaron los de Xibalbá.

Pusiéronlos entonces en la Casa de los Murciélagos. No había más que murciélagos dentro de esta casa, la casa de Camazotz, un gran animal, cuyos instrumentos de matar eran como una punta seca, y al instante perecían los que llegaban a su presencia.

Estaban, pues, allí dentro, pero durmieron dentro de sus cerbatanas. Y no fueron mordidos por los que estaban en la casa. Sin embargo, uno de ellos tuvo que rendirse a causa de otro Camazotz que vino del cielo y por el cual tuvo que hacer su aparición.

Estuvieron apiñados y en consejo toda la noche los murciélagos y revoloteando: Quilitz, quilitz, decían; así estuvieron diciendo toda la noche. Pararon un poco, sin embargo, y ya no se movieron los murciélagos y se estuvieron pegados a la punta de una de las cerbatanas.

Dijo entonces Ixbalanqué a Hunahpú: -¿Comenzará ya a amanecer?, mira tú.

-Tal vez sí, voy a ver, contestó éste.

Y como tenía muchas ganas de ver afuera de la boca de la cerbatana, y quería ver si había amanecido, al instante le cortó la cabeza Camazotz y el cuerpo de Hunahpú quedó decapitado.

Nuevamente preguntó Ixbalanqué: -¿No ha amanecido todavía? Pero Hunahpú no se movía. -¿A dónde se ha ido Hunahpú? ¿Qué es lo que has hecho? Pero no se movía, y permanecía callado.

Entonces se sintió avergonzado Ixbalanqué y exclamó: -¡Desgraciados de nosotros! Estamos completamente vencidos.

Fueron en seguida a colgar la cabeza sobre el juego de pelota por orden expresa de Hun-Camé y Vucub-Camé, y todos los de Xibalbá se regocijaron por lo que había sucedido a la cabeza de Hunahpú.

Arthur Ashe jugador de tenis. Reflexión


Cuando Arthur Ashe, el legendario jugador estadounidense de tenis, estaba muriendo de SIDA del que se contagió por medio de sangre infectada administrada durante una cirugía del corazón en 1983, recibió cartas de sus fans, uno de los cuales preguntó:

" ¿Por qué Dios tuvo que elegirte para una enfermad tan horrible?”

Arthur Ashe contestó:

Hace muchos años unos 50 Millones de niños comenzaron a jugar al tenis, y uno de ellos era yo.
-5 Millones aprendieron realmente a jugar al tenis,
-500 000 Aprendieron Tenis Profesional,
-50 Mil llegaron al circuito,
-5Mil alcanzaron Grand Slam,
-50 Llegaron a Wimbledon,
-4 Llegaron a la semifinal,
-2 Llegaron a la final y nuevamente uno de ellos fui yo.
Cuando estaba celebrando la victoria con la copa en la mano, nunca se me ocurrió preguntarle a Dios
" ¿Por qué a mi? ".
Así que ahora que estoy con dolor ¿Cómo puedo preguntarle a Dios: “Por qué a mi”? .
¡¡La felicidad te mantiene Dulce!!
¡¡Los juicios te mantienen fuerte!!
¡¡Los dolores te mantiene Humano!!
¡¡El fracaso te mantiene humilde!!
¡¡El éxito te mantiene brillante!!
Pero sólo, la fe te mantiene en marcha.
A veces no estas satisfecho con tu vida, mientras que muchas personas de este mundo sueñan con poder tener tu vida.
Un niño en una granja ve un avión que le sobrevuela y sueña con volar.
Pero, el piloto de ese avión, sobrevuela la granja y sueña con volver a casa.

¡¡Así es la vida!! Disfruta la tuya...

Si la riqueza fuera el secreto de la felicidad, los ricos deberían estar bailando por las calles.
Pero sólo los niños pobres hacen eso.
Si el poder garantizara la seguridad, las personas importantes deberían caminar sin guardaespaldas.
Pero sólo aquellos que viven humildemente, sueñan tranquilos.
Si la belleza y la fama atrajeran las relaciones ideales,
las celebridades deberían tener los mejores matrimonios y no es así.
¡Ten fe en ti mismo!
Vive humildemente. Camina humildemente y ama con el corazón...!

Una reflexión impresionante, que no habla de religiones, que nos viene bien a todos y por eso su divulgación puede ser valiosa para alguien que ahora se está haciendo la pregunta:
¿Porque yo? o
¿Porque a mí?

Hágase tu voluntad y no la mía...

...Una palabra que te dice AQUÍ ESTOY


!Buenos días feliz jueves amigos!


martes, 28 de enero de 2020

EL POPUL VUH. Libro Sagrado Maya (31)


Segunda Parte. Capitulo IX.Ésta era la primera prueba de Xibalbá

Al entrar allí (los muchachos), pensaban los de Xibalbá que sería el principio de su derrota. Entraron desde luego en la Casa Oscura; en seguida fueron a llevarles sus rajas de pino encendidas y los mensajeros de Hun-Camé le llevaron también a cada uno su cigarro.

-Estas son sus rajas de pino, dijo el Señor; que devuelvan este ocote mañana al amanecer junto con los cigarros, y que los traigan enteros, dice el Señor. Así hablaron los mensajeros cuando llegaron.

-Muy bien contestaron ellos. Pero, en realidad, no (encendieron) la raja de ocote, sino que pusieron una cosa roja en su lugar, o sea unas plumas de la cola de la guacamaya, que a los veladores les pareció que era ocote encendido. Y en cuanto a los cigarros, les pusieron luciérnagas en la punta a los cigarros.

Toda la noche los dieron por vencidos.

-Perdidos son, decían los guardianes. Pero el ocote no se había acabado y tenía la misma apariencia, y los cigarros no los habían encendido y tenían el mismo aspecto.

Fueron a dar parte a los Señores.

-¿Cómo ha sido esto? ¿De dónde han venido? ¿Quién los engendró? ¿Quién los dio a luz? En verdad hacen arder de ira nuestros corazones, porque no está bien lo que nos hacen. Sus caras son extrañas y extraña su manera de conducirse, decían ellos entre sí.

Luego los mandaron a llamar todos los Señores.

-¡Ea! ¡Vamos a jugar a la pelota, muchachos!, les dijeron. Al mismo tiempo fueron interrogados por Hun-Camé y Vucub-Camé.

-¿De dónde venís? ¡Contadnos, muchachos!, les dijeron los de Xibalbá.

-¡Quién sabe de dónde venimos! Nosotros lo ignoramos, dijeron únicamente, y no hablaron más.

-Está bien. Vamos a jugar a la pelota, muchachos, les dijeron los de Xibalbá.

-Bueno, contestaron.

-Usaremos esta nuestra pelota, dijeron los de Xibalbá.

-De ninguna manera usaréis ésa, sino la nuestra, contestaron los muchachos.

-Ésa no, sino la nuestra será la que usaremos, dijeron los de Xibalbá.

-Está bien, dijeron los muchachos.

-Vaya por un gusano chil, dijeron los de Xibalbá.

-Eso no, sino que hablará la cabeza del león, dijeron los muchachos.

-Eso no, dijeron los de Xibalbá.

-Está bien, dijo Hunahpú.

Entonces los de Xibalbá arrojaron la pelota, la lanzaron directamente al anillo de Hunahpú. En seguida, mientras los de Xibalbá echaban mano del cuchillo de pedernal, la pelota rebotó y se fue saltando por todo el suelo del juego de pelota.

-¿Qué es esto?, exclamaron Hunahpú e Ixbalanqué. ¿Nos queréis dar la muerte? ¿Acaso no nos mandasteis llamar? ¿Y no vinieron vuestros propios mensajeros? En verdad, ¡desgraciados de nosotros! Nos marcharemos al punto, les dijeron los muchachos.

Eso era precisamente lo que querían que les pasara a los muchachos, que murieran inmediatamente y allí mismo en el juego de pelota y que así fueran vencidos. Pero no fue así, y fueron los de Xibalbá los que salieron vencidos por los muchachos.

-No os marchéis, muchachos, sigamos jugando a la pelota, pero usaremos la vuestra, les dijeron a los muchachos.

-Está bien, contestaron, y entonces metieron la pelota (en el anillo de Xibalbá), con lo cual terminó la partida.

Y lastimados por sus derrotas dijeron en seguida los de Xibalbá:

-¿Cómo haremos para vencerlos? Y dirigiéndose a los muchachos les dijeron: -Id a juntar y a traernos temprano cuatro jícaras de flores. Así dijeron los de Xibalbá a los muchachos.

-Muy bien. ¿Y qué clase de flores?, les preguntaron los muchachos a los de Xibalbá.

-Un ramo de chipilín colorado, 30) un ramo de chipilín blanco, un ramo de chipilín amarillo y un ramo de Carinimac, dijeron los de Xibalbá.

-Está bien, dijeron los muchachos.

Así terminó la plática; igualmente fuertes y enérgicas eran las palabras de los muchachos. Y sus corazones estaban tranquilos cuando se entregaron los muchachos para que los vencieran.

Los de Xibalbá estaban felices pensando que ya los habían vencido.

-Esto nos ha salido bien. Primero tienen que cortarlas, dijeron los de Xibalbá. -¿A dónde irán a traer las flores?, decían en sus adentros.

-Con seguridad nos daréis mañana temprano nuestras flores; id, pues, a cortarlas, les dijeron a Hunahpú e Ixbalanqué los de Xibalbá.

-Está bien, contestaron. De madrugada jugaremos de nuevo a la pelota, dijeron y se despidieron.

Y en seguida entraron los muchachos en la Casa de las Navajas, el segundo lugar de tormento de Xibalbá. Y lo que deseaban los Señores era que fuesen despedazados por las navajas, y fueran muertos rápidamente; así lo deseaban sus corazones.

Pero no murieron. Les hablaron en seguida a las navajas 31) y les advirtieron:

-Vuestras serán las carnes de todos los animales, les dijeron a los cuchillos. Y no se movieron más, sino que estuvieron quietas todas las navajas.

Así pasaron la noche en la Casa de las Navajas, y llamando a todas las hormigas, les dijeron: -Hormigas cortadoras, zompopos, 32) ¡venid e inmediatamente id todas a traernos todas las clases de flores que hay que cortar para los Señores!

-Muy bien, dijeron ellas, y se fueron todas las hormigas a traer las flores de los jardines de Hun-Camé y Vucub-Camé.

Previamente les habían advertido (los Señores) a los guardianes de las flores de Xibalbá: -Tened cuidado con nuestras flores, no os las dejéis robar por los muchachos que las irán a cortar. Aunque cómo podrían ser vistas y cortadas por ellos? De ninguna manera. ¡Velad, pues, toda la noche!

-Está bien, contestaron. Pero nada sintieron los guardianes del jardín. Inútilmente lanzaban sus gritos subidos en las ramas de los árboles del jardín. Allí estuvieron toda la noche, repitiendo sus mismos gritos y cantos.

-¡Ixpurpuvec! ¡Ixpurpuvec!, decía el uno en su grito.

-¡Puhuyú! ¡Puhuyú, decía en su grito el llamado Puhuyú. 33)

Dos eran los guardianes del jardín de Hun-Camé y Vucub-Camé. Pero no sentían a las hormigas que les robaban lo que estaban cuidando, dando vueltas y moviéndose cortando las flores, subiendo sobre los árboles a cortar las flores y recogiéndolas del suelo al pie de los árboles.

Entre tanto los guardias seguían dando gritos, y no sentían los dientes que les cortaban las colas y las alas.

Y así acarreaban entre los dientes las flores que bajaban, y recogiéndolas se marchaban llevándolas con los dientes.

Pronto llenaron las cuatro jícaras de flores, y estaban húmedas (de rocío) cuando amaneció. En seguida llegaron los mensajeros para recogerlas. -Que vengan, ha dicho el Señor, y que traigan acá al instante lo que han cortado, les dijeron a los muchachos.

-Muy bien, contestaron. Y llevando las flores en las cuatro jícaras, se fueron, y cuando llegaron a presencia del Señor y los demás Señores, daba gusto ver las flores que traían. Y de esta manera fueron vencidos los de Xibalbá.

Sólo a las hormigas habían enviado los muchachos (a cortar las flores), y en una noche las hormigas las cogieron y las pusieron en las jícaras.

Al punto palidecieron todos los de Xibalbá y se les pusieron lívidas las caras a causa de las flores. Luego mandaron llamar a los guardianes de las flores. -¿Por qué os habéis dejado robar nuestras flores? Éstas que aquí vemos son nuestras flores, les dijeron a los guardianes.

-No sentimos nada, Señor. Nuestras colas también han sufrido, contestaron. Y luego les rasgaron la boca en castigo de haberse dejado robar lo que estaba bajo su custodia.

Así fueron vencidos Hun-Camé y Vucub-Camé por Hunahpú e Ixbalanqué. Y éste fue el principio de sus obras.

Desde entonces trae partida la boca el mochuelo, y así hendida la tiene hoy.

En seguida bajaron a jugar a la pelota y jugaron también tantos iguales. Luego acabaron de jugar y quedaron convenidos para la madrugada siguiente. Así dijeron los de Xibalbá.

-Está bien, dijeron los muchachos al terminar..

Notas de Adrián Recinos:

30~ Cierta planta llamada chipilín, dice Ximénez. Es una planta de la familia de las leguminosas, Crotalaria longirostrata.

31~ Ta x-e cha chire cha. Brasseur observa en este lugar que los quichés se complacían en estos juegos de palabras. En todo este capítulo se usa por el autor la palabra cha que significa hablar, decir, lanza, navaja, vidrio, etc. Lo mismo puede decirse de la palabra cah usada como adjetivo, verbo y adverbio.

32~ Hormigas rojizas o negras que salen por la noche y cortan las hojas tiernas y las flores. Son conocidas popularmente en Guatemala con el nombre de zompopos, palabra mexicana.

33~ Purpuvec y puhuy (pronúnciese purpugüec y pujuy), son los nombres que dan todavía los quichés y cakchiqueles al mochuelo o lechuza. Son palabras imitativas del grito de estas aves.

Un libro es una cosa entre las cosa, un volumen perdido entre los volúmenes...


Derrama flores por donde quiera que vayas, porque no sabes si volverás a pasar por el mismo camino


Entre muchas maravillas que guardo en el corazón...


!Feliz martes amigos!

sábado, 25 de enero de 2020

EL POPUL VUH. Libro Sagrado Maya (30)

Segunda Parte. Capitulo VIII.

Marcharon entonces, llevando cada uno su cerbatana, y fueron bajando en dirección a Xibalbá.

Bajaron rápidamente los escalones y pasaron entre varios ríos y barrancas. Pasaron entre unos pájaros y estos pájaros llamábanse Molay.

Pasaron también por un río de podre y por un río de sangre, donde debían ser destruidos según pensaban los de Xibalbá; pero no los tocaron con sus pies, sino que los atravesaron sobre sus cerbatanas.

Salieron de allí y llegaron a una encrucijada de cuatro caminos. Ellos sabían muy bien cuáles eran los caminos de Xibalbá: el camino negro, el camino blanco, el camino rojo y el camino verde. Así, pues, despacharon a un animal llamado Xan. Éste debía ir a recoger las noticias que lo enviaban a buscar. -Pícalos uno por uno; primero pica al que está sentado en primer término y acaba picándolos a todos, pues ésa es la parte que te corresponde, chupar la sangre de los hombres en los caminos, le dijeron al mosquito.

-Muy bien, contestó el mosquito. Y en seguida se internó por el camino negro y se fue directamente hacia los muñecos de palo que estaban sentados primero y cubiertos de adornos. Picó al primero, pero éste no habló; luego picó al otro, picó al segundo que estaba sentado, pero éste tampoco habló.

Picó después al tercero; el tercero de los que estaban sentados era Hun-Camé. -¡Ay!, dijo cuando lo picaron.

-¿Qué es eso, Hun-Camé? ¿Qué es lo que os ha picado? ¿No sabéis quién os ha picado?, dijo el cuarto de los Señores que estaban sentados.

-¿Qué hay, Vucub-Camé? ¿Qué os ha picado?, dijo el quinto sentado.

-¡Ay! ¡Ay!, dijo entonces Xiquiripat. Y Vucub-Camé le preguntó: -¿Qué os ha picado? Y dijo cuando lo picaron, el sexto que estaba sentado: -¡Ay!

-¿Qué es eso, Cuchumaquic?, le dijo Xiquiripat. ¿Qué es lo que os ha picado? Y dijo el séptimo sentado cuando lo picaron: -¡Ay!

-¿Qué hay, Ahalpuh?, le dijo Cuchumaquic. ¿Qué os ha picado? Y dijo, cuando lo picaron, el octavo de los sentados: -¡Ay!

-¿Qué es eso, Chamiabac?, le dijo Ahalcaná. ¿Qué ha picado? Y dijo, cuando lo picaron, el noveno de los sentados: -¡Ay!

-¿Qué es eso, Chamiabac?, le dijo Ahalcaná. ¿Qué os ha picado? Y dijo, cuando lo picaron, el décimo de los sentados: -¡Ay!

-¿Qué pasa, Chamiaholom?, dijo Chamiabac. ¿Qué os ha picado? Y dijo el undécimo sentado cuando lo picaron: -¡Ay!

-¿Qué sucede?, le dijo Chamiaholom. ¿Qué os ha picado? Y dijo el duodécimo de los sentados cuando lo picaron: -¡Ay!

-¿Qué es eso, Patán?, le dijeron. ¿Qué os ha picado? Y dijo el décimotercero de los sentados cuando lo picaron: -¡Ay!

-¿Qué pasa, Quicxic?, le dijo Patán. ¿Qué os ha picado? Y dijo el décimocuarto de los sentados cuando a su vez lo picaron: -¡Ay!

-¿Qué os ha picado, Quicrixcac?, le dijo Quicré.

Así fue la declaración de sus nombres, que fueron diciéndose todos los unos a los otros; así se dieron a conocer al declarar sus nombres, llamándose uno a uno cada jefe. Y de esta manera dijo su nombre cada uno de los que estaban sentados en su rincón.

Ni un solo de los nombres se perdió. Todos acabaron de decir su nombre cuando los picó un pelo de la pierna de Hunahpú que éste se arrancó. En realidad, no era un mosquito el que los picó y fue a oír los nombres de todos de parte de Hunahpú e lxbalanqué.

Continuaron su camino [los muchachos] y llegaron a donde estaban los de Xibalbá.

-Saludad al Señor, al que está sentado, les dijo uno para engañarlos.

-Ése no es Señor, no es más que un muñeco de palo, dijeron, y siguieron adelante. En seguida comenzaron a saludar:

-¡Salud, Hun-Camé! ¡Salud, Vucub-Camé! ¡Salud, Xiquiripat ¡Salud, Cuchumaquic! ¡Salud, Ahalpuh! ¡Salud, Ahalcaná! ¡Salud, Chamiabac! ¡Salud, Chamiaholom! ¡Salud, Quicxic! ¡Salud, Patán! ¡Salud, Quicré! ¡Salud, Quicrixcac!, dijeron llegando ante ellos. Y enseñando todos la cara les dijeron sus nombres a todos, sin que se les escapara el nombre de uno solo.

Pero lo que éstos deseaban era que no descubrieran sus nombres.

-Sentaos aquí, les dijeron, esperando que se sentaran en el asiento (que les indicaban).

-Éste no es asiento para nosotros, es sólo una piedra ardiente, dijeron Hunahpú e Ixbalanqué, y no pudieron vencerlos.

-Está bien, id a aquella casa, les dijeron. Y a continuación entraron en la Casa Oscura. Y allí tampoco fueron vencidos.

Hay una sola religión EL AMOR


No te desgastes peleando con quienes están en guerra con ellos mismos.

!El que contra ti conspirare, delante de ti caerá!

Perdóname Señor pero a veces pienso que tienes para mí algo mejor que esto.


!Que la gracia y bendición de Dios esté contigo...!

jueves, 23 de enero de 2020

No basta decir solamente la verdad, más conviene mostrar la causa de la falsedad


Vivimos en el mundo cuando amamos. Solo una vida vivida para los demás merece la pena ser vivida.


La juventud es un estado mental...


El chiste de hoy...jaajaa


La vida es hermosa cuando puedes ser feliz con poco...


!Que tengas un bonito día!