"HAY UNA SOLA RELIGIÓN, EL AMOR. HAY UN SOLO DIOS Y ESTÁ EN TODAS PARTES"
martes, 31 de mayo de 2016
2 Macabeos, 9
!BIENVENIDOS! HOY ES UN DÍA ESPECIAL PORQUE DIOS NOS REGALA UN DÍA MÁS DE VIDA.
2 Macabeos, 9
1.Por aquel tiempo, Antíoco tuvo que retirarse apresuradamente de las regiones persas.
2.Había entrado a una ciudad llamada Persépolis, pero, cuando pretendió saquear el templo y apoderarse de la ciudad, los habitantes se amotinaron y tomaron las armas contra él. Los del lugar echaron a Antíoco y a los suyos, que huyeron muy avergonzados.
3.Al llegar a Ecbatana le informaron de lo ocurrido en Israel a sus dos generales, Nicanor y Timoteo.
4.Enfurecido, se propuso hacer pagar a los judíos la ofensa que acababa de recibir en Persépolis cuando lo obligaron a huir. Mandó al conductor de su carro que apresurara la marcha y no parara hasta terminar el viaje. Ya el juicio de Dios venía sobre él, pues, orgulloso, decía: «En cuanto llegue a Jerusalén la convertiré en un cementerio de judíos.»
5.Pero el Señor que todo lo ve, el Dios de Israel, lo castigó con una enfermedad incurable de carácter interno. Acababa de hablar cuando sintió en su estómago un dolor insoportable y comenzó a ser torturado en todo su cuerpo.
6.Esto era totalmente justo para quien había torturado de igual manera a otros con un sinnúmero de suplicios nuevos. Pero no por eso se puso menos arrogante.
7.Enfurecido contra los judíos, dio orden de apresurar aún más la marcha. Pero, como su carro corría muy fuerte, Antíoco cayó y se le descompuso todo el cuerpo.
8.Poco antes pensaba dominar con su orgullosa superioridad desde las montañas hasta el mar. Ahora tenía que ser llevado en una camilla, dando a todos testimonio evidente del poder de Dios.
9.Tan podrido estaba su cuerpo que hasta gusanos tenía y sus carnes, vivas aún, caían a pedazos entre desgarramientos y dolores. Su fetidez era intolerable y apartaba a todo el ejército.
10.Nadie se acercaba al que poco antes pensaba tocar los astros del cielo con la mano. Solamente entonces, torturado por aquellas llagas, comenzó a decaer su soberbia.
11.Al ver que sus dolores aumentaban se dio cuenta que era un castigo de Dios.
12.Ni él mismo podía soportar su fetidez. Decía: «Es justo someterse a Dios. El mortal no debe igualarse a él.»
13.Y el desdichado oraba a Dios, cuando éste ya no quería compadecerse de él. Había marchado a Jerusalén para arrasarla y convertirla en un cementerio.
14.Ahora prometía reconstruirla y declararla ciudad libre.
15.Ofrecía además igualar con los atenienses a aquellos judíos a los cuales había negado sepultura y que habían de ser arrojados junto con sus hijos a las fieras. Había saqueado el Templo y profanado el lugar sagrado.
16.Ahora prometía adornarlo ricamente, devolverle en mayor número los vasos sagrados y pagar todos los gastos de los sacrificios.
17.Y, en fin, prometía que se haría judío y recorrería todos los lugares proclamando el poder de Dios.
18.Todavía más; como ni aun así disminuían sus dolores, porque había caído sobre él el justo juicio de Dios, desesperado por su salud, escribió a los judíos esta carta suplicante, diciéndoles:
19.«A los honrados ciudadanos judíos, mucha salud, prosperidad y bienestar de parte del rey y general Antíoco.
20.Si están ustedes bien, junto con sus hijos y se les cumplen sus deseos, damos gracias al Cielo recordando sus muestras de cariño y benevolencia.
21.Al volver de Persia enfermé de gravedad, por lo que me ha parecido necesario preocuparme de la seguridad común de todos ustedes.
22.No desespero de mi situación, antes bien tengo gran esperanza de salir de esta enfermedad
23.pero consideré que también mi padre, cuando salía para alguna campaña militar hacia las regiones altas, designaba a su futuro sucesor,
24.para que sus súbditos no se preocuparan si sucedía algún hecho imprevisto, o se anunciaba alguna desgracia, y supieran todos en manos de quién quedaba el poder.
25.También me doy cuenta que los reyes y príncipes vecinos están espiando la ocasión y esperando el momento oportuno. Por eso, he designado rey a mi hijo Antíoco, a quien ya les había presentado y recomendado a la mayoría de ustedes, cuando tenía que ir a las regiones del norte. A él le he escrito la carta que les comunico.
26.Les pido, pues, que teniendo en cuenta los beneficios que recibieron de mí todos y cada uno de ustedes, conserven su benevolencia hacia mí y hacia mi hijo.
27.Estoy seguro de que él, siguiendo mi política con moderación y humanidad, vivirá en buen acuerdo con ustedes.»
28.De esta forma acabó aquel blasfemo y asesino, sufriendo atroces tormentos. Murió entre montañas y en tierra extraña, con una muerte miserable.
29.Su compañero Filipo transportó su cuerpo y, luego, se retiró a Egipto, a la corte de Tolomeo Filometor, porque temía al hijo de Antíoco.
lunes, 30 de mayo de 2016
2 Macabeos, 8
QUE EL SOL DE ESTE DÍA DESPEJE CUALQUIER TRISTEZA Y PREOCUPACIÓN DE TU VIDA; Y DIOS DERRAME SOBRE TI UNA LLUVIA DE BENDICIONES.
2 Macabeos, 8
1.Entretanto Judas, por sobrenombre Macabeo, y los que estaban con él, entraban secretamente en los pueblos, llamaban a sus parientes y, reuniendo a los que habían permanecido fieles al Judaísmo, llegaron a juntar seis mil hombres.
2.Rogaban al Señor que mirara por aquel pueblo que todos pisoteaban, que tuviera piedad del Santuario profanado por hombres impíos,
3.que se compadeciera de la ciudad destruida y a punto de ser arrasada y que escuchara las voces de la sangre que clamaba hacia él;
4.que no se olvidara de la injusta matanza de niños inocentes y manifestara su indignación contra aquellos que habían insultado su Nombre.
5.El Señor cambió su aversión en misericordia; en cuanto el Macabeo organizó su tropa, se hizo irresistible a los paganos.
6.Así, pues, Judas, llegando de improviso, incendiaba ciudades y pueblos, se apoderaba de los lugares estratégicos y ponía en fuga a numerosos enemigos.
7.Las más de las veces aprovechaba la noche para tales expediciones, pero por todas partes hablaban de él y de su valor.
8.Al ver Filipo que este hombre progresaba poco a poco y que sus éxitos eran cada día más frecuentes, escribió a Tolomeo, general de Celesiria y Fenicia, para que lo viniera a ayudar en servicio del rey.
9.Este nombró en seguida a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros Amigos, y lo envió al frente de unos veinte mil hombres procedentes de todas las naciones, con la orden de acabar con todos los judíos. Puso a su lado a Gorgias, general de mucha experiencia en asuntos de guerra.
10.Nicanor se proponía obtener dos mil talentos con la venta de esclavos judíos, para pagar el tributo debido por el rey a los romanos.
11.Así, pues, dio aviso a todas las ciudades del litoral para que vinieran a comprar esclavos por un talento, sin darse cuenta que venía sobre él el castigo del Todopoderoso.
12.Al saber Judas que Nicanor venía con un gran ejército, lo comunicó a los suyos.
13.Entonces los cobardes y los que no tenían confianza en la justicia divina se dieron a la fuga.
14.Otros, en cambio, vendiendo cuanto les quedaba, rogaban a Dios que los librara del impío Nicanor, que los había vendido antes de luchar.
15.Si no los libraba por sus méritos, que lo hiciera por consideración a la alianza hecha con sus padres y por ese Nombre grande y venerable con el que se bendecía a su pueblo.
16.El Macabeo, reuniendo y reorganizando sus tropas, en número de seis mil hombres, los exhortaba a no temer al enemigo y a combatir con valentía contra sus injustos agresores, sin tener en cuenta su superioridad numérica.
17.Les recordó cómo ésos habían profanado el Lugar Santo, exterminado a los habitantes de Jerusalén, y suprimido las instituciones antiguas.
18.«Ellos, les dijo, vienen confiados en sus armas y en su audacia, pero nosotros tenemos puesta nuestra confianza en Dios Todopoderoso, que puede exterminar con un solo gesto a todos los que nos invaden y aun al mundo entero.»
19.Les enumeró todas las oportunidades en que Dios había venido en ayuda de sus padres, especialmente cuando hizo perecer ciento ochenta y cinco mil hombres de Senaquerib.
20.También les recordó lo que sucedió en Babilonia, en la batalla contra los gálatas, pues ese día ocho mil judíos combatían al lado de cuatro mil macedonios y, al encontrarse éstos en apuros, sus aliados judíos exterminaron solos a veinte mil enemigos, con la ayuda que les vino del cielo, y se apoderaron de un gran botín.
21.Los animó con estas palabras y los dispuso a morir por las leyes y por la patria;
22.entonces, dividió el ejército en cuatro cuerpos. Al frente de cada uno, puso a sus hermanos: Simón, José y Jonatán, con mil quinientos hombres cada uno.
23.Mandó leer el Libro Sagrado y dio como contraseña «Auxilio de Dios»; luego él mismo, al frente del primer batallón, cayó sobre Nicanor,
24.hiriendo y mutilando a muchos; el resto se dio a la fuga.
25.Se apoderaron del dinero de los que habían venido a comprarlos y los persiguieron durante bastante tiempo.
26.Pero ya se hacía tarde, y se vieron obligados a volverse porque era la vigilia del sábado. Esta fue la razón por la cual dejaron de perseguir a sus enemigos.
27.Recogidas las armas y los despojos del enemigo, celebraron el sábado en aquel día en que Dios empezaba a manifestarles su misericordia.
28.Pasado el sábado, repartieron parte del botín entre los que habían sido torturados, las viudas y los huérfanos. Lo demás se lo repartieron entre ellos y los suyos.
29.Hecho esto, pidieron al Señor Misericordioso, en una oración pública, que se reconciliara definitivamente con sus siervos.
30.Después, en un encuentro con el ejército de Timoteo y Báquides mataron a más de veinte mil hombres y se adueñaron de ciudades fortificadas. Repartieron los abundantes despojos por partes iguales entre ellos mismos, los que habían sido torturados, los huérfanos, las viudas y los ancianos.
31.Las armas tomadas al enemigo se guardaron cuidadosamente en lugares seguros; el resto del botín lo llevaron a Jerusalén.
32.Mataron al jefe de los guardias de Timoteo, hombre muy criminal que había hecho mucho mal a los judíos.
33.Después, mientras celebraban la victoria en Jerusalén, quemaron vivos a los que habían quemado las puertas del Templo, incluso a Calístenes, que se había refugiado en una casita. Así le dieron el pago merecido por su impiedad.
34.El tres veces criminal Nicanor, que había traído miles de negociantes para comprar a los judíos,
35.quedó humillado con el auxilio de Dios por aquellos mismos que él había despreciado. Despojado de su rico traje, huyendo a través de los campos como fugitivo, llegó a Antioquía demasiado feliz todavía de haber escapado a la destrucción de su ejército.
36.El que se había propuesto pagar el tributo debido a los romanos con la venta de los judíos, afirmaba ahora que éstos eran invencibles e invulnerables, pues tenían a Alguien que luchaba por ellos siempre que obedecieran las leyes prescritas por él.
domingo, 29 de mayo de 2016
2 Macabeos, 7
SONRÍE DIOS TE ACABA DE DAR UN NUEVO DÍA.
2 Macabeos, 7
1.También arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey quiso obligarlos, haciéndolos azotar con nervios de buey, a que comieran carne de cerdo, prohibida por la Ley.
2.Uno de ellos, hablando en nombre de todos, dijo: «¿Qué quieres preguntarnos y saber? Estamos prontos a morir antes que a quebrantar la ley de nuestros antepasados.»
3.El rey se enfureció e hizo poner al fuego ollas y sartenes.
4.Cuando estuvieron ardientes, ordenó que cortaran la lengua al que había hablado en nombre de todos, le arrancaran la piel de la cabeza y le cortaran pies y manos a la vista de sus hermanos y de su madre.
5.Cuando estuvo completamente mutilado, el rey ordenó que, estando todavía vivo, lo acercaran al fuego y lo echaran en una sartén. Mientras el vapor de la sartén se esparcía a lo lejos, los otros se daban valor mutuamente y con la madre para morir con valentía.
6.Y decían: «El Señor Dios todo lo ve y, en realidad, tiene compasión de nosotros, tal como lo anunció Moisés en su cántico. En él dice claramente: El Señor tendrá piedad de sus servidores.»
7.Cuando el primero dejó de este modo la vida, trajeron al suplicio al segundo. Después de haberle arrancado la piel de la cabeza con los cabellos, le preguntaron: «¿Qué prefieres comer, carne de cerdo o ser torturado en todo tu cuerpo?»
8.El contestó en la lengua de sus padres: «No comeré.» Por lo cual fue también sometido a la tortura.
9.En el momento de entregar el último suspiro dijo: «Asesino, nos quitas la presente vida, pero el Rey del mundo nos resucitará. Nos dará una vida eterna a nosotros que morimos por sus leyes.»
10.Después de esto, castigaron al tercero. Presentó la lengua tan pronto como se lo mandaron, y extendió sus manos con intrepidez,
11.tuvo además el valor de declarar: «De Dios he recibido estos miembros, pero por amor a sus leyes los desprecio, y de Dios espero recobrarlos.»
12.El propio rey y su corte se conmovieron por el valor de ese joven que despreciaba sus sufrimientos.
13.Una vez muerto éste, sometieron al cuarto a las mismas torturas.
14.A punto de expirar, se expresó así: «Más vale morir a manos de los hombres y aguardar las promesas de Dios que nos resucitará; tú, en cambio, no tendrás parte en la resurrección para la vida.»
15.Trajeron en seguida al quinto y lo torturaron.
16.Pero él, fijando los ojos en el rey, le decía: «Aunque mortal, tienes la autoridad sobre los hombres y haces lo que quieres. Sin embargo, no pienses que nuestra raza esté abandonada por Dios.
17.Espera un poco y verás su gran poder, cuando te atormente a ti y tus descendientes.»
18.Después de éste trajeron al sexto, quien dijo a punto de morir: «No te equivoques. En verdad, es por causa de nosotros mismos que sufrimos todo esto, porque pecamos contra nuestro propio Dios; por eso nos han pasado cosas asombrosas.
19.Pero tú no te imagines que vas a quedar impune después de haber hecho la guerra a Dios.»
20.Por encima de todo se debe admirar y recordar a la madre de ellos, que vio morir a sus siete hijos en el espacio de un día. Lo soportó, sin embargo, e incluso con alegría, por la esperanza que ponía en el Señor. Llena de nobles sentimientos,
21.animaba a cada uno de ellos en el idioma de sus padres. Estimulando con ardor varonil sus reflexiones de mujer, les decía:
22.«No me explico cómo nacieron de mí; no fui yo la que les dio el aliento y la vida; no fui yo la que les ordenó los elementos de su cuerpo.
23.Por eso, el Creador del mundo, que formó al hombre en el comienzo y dispuso las propiedades de cada naturaleza, les devolverá en su misericordia el aliento y la vida, ya que ustedes los desprecian ahora por amor a sus leyes.»
24.Antíoco pensó que se burlaba de él y sospechó que eran palabras injuriosas. Mientras el menor seguía con vida, no sólo trató de ganarlo con palabras, sino que con juramentos le prometía hacerlo rico y feliz, con tal de que abandonara las tradiciones de sus padres; lo haría su amigo y le confiaría altos cargos.
25.Pero, como el joven no le hacía ningún caso, el rey mandó llamar a la madre y la invitó a que aconsejara a su hijo para salvar su vida.
26.Después de pedírselo dos veces el rey, ella aceptó convencer a su hijo.
27.Se inclinó sobre él y, burlándose del cruel tirano, le dijo en su lengua patria: «Hijo mío, ten compasión de mí, que durante nueve meses te llevé en mi seno y te he amamantado durante tres años, te crié y te eduqué hasta el día de hoy.
28.Te pido, hijo mío, que mirando al cielo y a la tierra y a cuanto hay en ella, conozcas que de la nada hizo Dios todo esto y también el género humano fue hecho así.
29.No temas a ese verdugo, sino que, haciéndote digno de tus hermanos, recibe la muerte para que vuelva yo a encontrarte con tus hermanos en el tiempo de la misericordia.»
30.En cuanto ella terminó de hablar, el joven dijo: «¿Qué esperan? No obedezco las órdenes del rey sino los preceptos de la Ley dada a nuestros padres por Moisés.
31.Y tú, que has inventado tantos suplicios en contra de los hebreos, no escaparás de las manos de Dios.
32.Sepas que nosotros padecemos por nuestros pecados;
33.es verdad que nuestro Señor, que vive, está por breve tiempo enojado para castigarnos y corregirnos, pero de nuevo se reconciliará con sus siervos.
34.Y tú, el más criminal e impío de los hombres, no te pongas orgulloso, ni te dejes arrastrar por tus vanas esperanzas. No levantes tu mano contra los hijos del Cielo,
35.porque todavía no has escapado del juicio de Dios, que todo lo puede y todo lo ve.
36.Ahora mis hermanos han terminado de sufrir un breve tormento por una vida que no se agotará; están ahora en la amistad de Dios. Tú, en cambio, sufrirás las penas merecidas por tu soberbia.
37.Yo con mis hermanos entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes de mis padres, invocando a Dios para que pronto se apiade de nuestra raza, y tú, con tormentos y azotes, llegues a confesar que él es el único Dios.
38.Que en mí y en mis hermanos se detenga la cólera del Todopoderoso, que justamente descarga sobre toda nuestra raza.»
39.Muy enojado el rey, se enfureció contra éste más que contra los otros, muy molesto por sus sarcásticas burlas.
40.Así murió también éste sin mancha, plenamente confiado en Dios.
41.Después de todos sus hijos murió también la madre.
42.Todo lo dicho sea bastante para tener noticias de lo acontecido en torno a los sacrificios paganos y de los suplicios que superaron toda imaginación
sábado, 28 de mayo de 2016
2 Macabeos, 6
EL AMOR VERDADERO NO ESTÁ EN LO FÍSICO. EL AMOR VERDADERO ES EL AMOR QUE FLUYE DE ALMA A ALMA.
2 Macabeos, 6
1.Poco tiempo después, el rey envió a Geronte, el Ateniense, con el fin de obligar a los judíos a dejar las leyes paternas y a no vivir más según las leyes de Dios.
2.Además, debían profanar el templo de Jerusalén, dedicándolo a Dios Olímpico. De igual manera debían dedicar el templo del monte Garizín a Dios Hospitalario, conforme a los deseos de los habitantes del lugar.
3.Esta agravación del mal fue penosa e insoportable, incluso para la masa.
4.El Templo se vio invadido por las orgías de los paganos que venían a divertirse con las prostitutas; en los pórticos se efectuaba el comercio sexual.
5.Además, introducían en el Templo cosas no permitidas por la Ley; el altar estaba cubierto de víctimas impuras, prohibidas por las leyes.
6.Ya no se permitía celebrar el sábado u observar las costumbres de nuestros padres; no podía uno ni siquiera declarar que era judío.
7.Por el contrario, eran obligados a celebrar mensualmente el día del rey con un sacrificio. Así también, cuando llegaban las fiestas de Dionisio, eran obligados a seguir su desfile y a ponerse coronas de flores.
8.Por sugerencia de los habitantes de Tolemaida, se envió un decreto a las ciudades griegas vecinas ordenándoles que procedieran de la misma forma contra los judíos que ahí vivían, y que éstos participaran en el sacrificio.
9.Los que no quisieran adoptar las costumbres griegas serían degollados. Entonces se pudo apreciar la magnitud de los males que se venían encima.
10.Dos mujeres fueron denunciadas por haber hecho sobre sus hijos el rito de la circuncisión. Las hicieron pasear por toda la ciudad con sus hijos atados a los pechos. Después las arrojaron por la muralla.
11.Otros que se habían ocultado en una cueva para celebrar el sábado, fueron denunciados a Filipo y quemados, sin que se defendieran por respeto al sábado.
12.Ruego a los lectores de este libro que no se escandalicen por estas desgracias. Consideren que no sucedió esto para destrucción, sino para educación de nuestra raza.
13.Es que Dios demuestra su benevolencia cuando no deja que los pecadores sigan pecando durante largo tiempo, sino que, al contrario, interviene pronto para castigarlos.
14.Tratándose de los demás pueblos, Dios espera pacientemente que colmen la medida de sus pecados para darles el castigo. Mientras que con nosotros procede de una manera diferente,
15.pues no espera para castigarnos que hayamos colmado la medida.
16.Por eso nunca aparta su misericordia de nosotros, y no abandona a su pueblo, incluso cuando nos castiga mediante la adversidad.
17.Sirva lo anterior como una manera de hacer resaltar estas verdades. Y ahora continuemos el relato.
18.Eleazar, uno de los principales maestros de la Ley, ya anciano y de noble aspecto, fue obligado, abriéndole la boca a la fuerza, a comer carne de cerdo.
19.Pero él prefirió una muerte honrosa a una vida infame. Fue voluntariamente al sacrificio y lo golpearon hasta que murió.
20.Escupió el pedazo de carne con valentía, como lo deben hacer los que no desean hacer cosas prohibidas, aun a riesgo de perder la vida.
21.Los que presidían ese banquete impío lo tomaron aparte, pues lo conocían desde hacía mucho tiempo, y trataron de convencerlo que simulara comerse aquella carne, pero que comiera en realidad cosas permitidas preparadas por él mismo.
22.De esta manera se libraría de la muerte, aprovechando esta benevolencia de sus amigos de siempre.
23.El prefirió tomar una noble resolución que correspondía a su ancianidad y a la vida irreprochable que había llevado desde su niñez. Pero, sobre todo por respeto a las santas leyes establecidas por Dios, respondió que mejor lo enviaran al lugar de los muertos. Y añadió: «A nuestra edad sería indigno disimular,
24.pues muchos jóvenes creerían que yo, a los noventa años, me he pasado a las costumbres paganas.
25.Con esta simulación, y por miedo a perder lo poco de vida que me queda, yo los llevaría a traicionar también a ellos, deshonrándome en mi vejez.
26.Aunque ahora me salvara de los hombres, no me salvaría, sea vivo o muerto, de las manos del Todopoderoso.
27.Por tanto, prefiero sacrificar mi vida con valentía, portándome como corresponde a mi vejez.
28.Así dejaré a los jóvenes un ejemplo generoso, muriendo valientemente por las sagradas y santas leyes.» Habiendo dicho esto, se entregó al suplicio.
29.Los que mandaban consideraron lo que hablaba como una locura, y cambiaron su suavidad anterior por dureza.
30.El, ya casi al morir, dijo, gimiendo: «El Dios Santo, que todo lo ve, sabe que pudiendo librarme de la muerte sufro en mi cuerpo tormentos atroces. Mas en mi alma sufro gustoso por el respeto que le tengo.»
31.Y con su muerte dejó un ejemplo de nobleza y un monumento de virtud y fortaleza, no solamente a los jóvenes sino a toda la nación.
viernes, 27 de mayo de 2016
2 Macabeos, 5
EL QUE TIENE EL CIELO DENTRO DE SÍ, VE ÁNGELES EN LOS DEMÁS Y EL QUE TIENE UN INFIERNO VE DEMONIOS EN LAS OTRAS PERSONAS.
2 Macabeos, 5
1.Por esta época, Antíoco preparaba una segunda expedición a Egipto.
2.Sucedió que durante cerca de cuarenta días aparecieron en toda la ciudad, corriendo por los aires, jinetes vestidos de oro, tropas armadas y formadas en escuadrones, espadas desenvainadas,
3.escuadrones de caballería en orden de batalla, ataques y cargas de una y otra parte, movimientos de escudos, muchas lanzas, flechas, lanzazos, resplandor de armaduras y corazas de toda clase.
4.Todos suplicaban que aquellas apariciones anunciaran algo bueno.
5.Al correrse el falso rumor de que Antíoco había muerto, Jasón, reuniendo unos diez mil hombres, asaltó de improviso la ciudad. Se defendieron desde las murallas, pero una vez tomadas éstas, toda la ciudad cayó en manos de Jasón, mientras que Menelao se refugió en la fortaleza.
6.Jasón hizo una cruel matanza de sus conciudadanos, sin darse cuenta que las victorias contra los de su propia nación son la mayor derrota; creía triunfar sobre enemigos cuando, en realidad, eran los de su pueblo.
7.Pero no pudo mantenerse en el poder y, sin haber logrado otra cosa que su propia vergüenza, tuvo que huir de nuevo a la tierra de Ammán.
8.Por último, tuvo un final desastroso; acusado ante Aretas, rey de los árabes, huyendo de ciudad en ciudad, perseguido por todos, despreciado como renegado de las leyes y odiado como verdugo de la patria y de sus conciudadanos, fue desterrado a Egipto.
9.Y él, que había desterrado de la patria a muchos, murió en el destierro, pues fue hasta Lacedemonia buscando allí protección por razón del parentesco que esa gente tiene con nuestro pueblo.
10.El, que había privado de sepultura a tantos, murió sin que nadie llorase por él; no recibió honras fúnebres ni tuvo un lugar en el sepulcro de sus padres.
11.Cuando esos sucesos llegaron a noticia del rey, pensó que toda Judea se había sublevado. Se puso furioso y, saliendo de Egipto, vino a tomar Jerusalén por las armas.
12.Mandó a sus soldados que matasen sin compasión a cuantos encontraran y degollaran también a todos los que se refugiaran en sus casas.
13.Perecieron jóvenes y viejos; fueron asesinados hombres, mujeres y niños y pasaron por la espada tanto a niños de pecho como a muchachos.
14.En sólo tres días hubo ochenta mil víctimas; cuarenta mil perecieron en la matanza y otros tantos fueron vendidos como esclavos.
15.No contento con esto, Antíoco se atrevió a entrar en el Templo más santo de toda la tierra, guiado por Menelao, el traidor a las leyes y a la patria.
16.Con sus manos manchadas tomó los vasos sagrados y arrebató con sus manos profanas los objetos que otros reyes habían regalado para gloria y honor del Templo.
17.Pero, al actuar Antíoco en forma tan insolente, no sabía que el Señor lo dejaba profanar su Templo para castigar a los habitantes de la ciudad, porque sus pecados lo habían hecho enojarse.
18.Pues, si la ciudad no hubiera sido tan pecadora, Antíoco habría sido flagelado apenas entró, como lo fue Heliodoro, enviado por Seleuco para robar el tesoro; también él se habría arrepentido de su osadía.
19.Pero no había escogido Dios al pueblo para el Templo, sino el Templo para la nación.
20.Por esto, también el Templo ha participado de las desgracias de la nación, así como después participó de su restauración, y tras haber sido abandonado en el tiempo de la ira de Dios, de nuevo fue restablecido en su gloria cuando se apaciguó el Señor Altísimo.
21.Antíoco, llevando consigo mil ochocientos talentos que había robado del Templo, partió rápidamente para Antioquía, tan orgulloso que se hubiera creído capaz de navegar por tierra y andar a pie por el mar.
22.Al marchar, dejó ministros suyos para reprimir a nuestra raza. En Jerusalén, a Filipo, de origen frigio y de modales más bárbaros que el que lo había puesto. En Garizim, a Andrónico, y a éstos hay que añadir a Menelao, que los ganaba por su odio a sus conciudadanos;
23.sí, este hombre tenía odio enorme a sus hermanos judíos.
24.Además Antíoco envió a Apolonio, con un ejército de veintidós mil soldados, con orden de degollar a todos los hombres de edad adulta y de vender a las mujeres y los niños.
25.Llegando a Jerusalén, simulando paz, esperó hasta el día sagrado del sábado. Entonces sorprendió a los judíos en su descanso. Ordenó a sus ayudantes que hicieran un desfile militar,
26.y mató a todos los que habían ido a ver el espectáculo. Recorriendo las calles, los soldados mataron una gran muchedumbre.
27.Judas Macabeo, sin embargo, y con él otros diez, se habían retirado al desierto, aceptando compartir la vida de los animales salvajes. Allí se alimentaban con puras legumbres, pues no querían comer carnes impuras.
jueves, 26 de mayo de 2016
2 Macabeos, 4
HOY ES UN DÍA HERMOSO, SIMPLEMENTE PORQUE DIOS LO HIZO.
2 Macabeos, 4
1.Simón, antes mencionado, delator de los tesoros del Templo y traidor a la patria, calumniaba a Onías como si él hubiera maquinado lo que había espantado a Heliodoro y fuera la causa de lo que andaba mal.
2.Incluso se atrevió a acusar de conspirador contra el estado al que era el mayor bienhechor de la ciudad, defensor de sus compatriotas y celoso observante de las leyes.
3.La enemistad entre ellos vino a ser tal, que incluso partidarios de Simón cometieron crímenes.
4.Onías vio los peligros que entrañaba aquella rivalidad intolerable; incluso Apolonio, hijo de Menesteo, gobernador de Celesiria y Fenicia, instigaba a Simón al mal. Por eso fue donde el rey,
5.no para acusar a sus conciudadanos, sino por el bien de toda la nación,
6.pues veía que era imposible pacificar la situación y detener las locuras de Simón sin la intervención del rey.
7.Cuando el rey Seleuco dejó la presente vida, su hijo Antíoco, por sobrenombre Epífanes, le sucedió en el trono. Entonces Jasón, hermano del sumo sacerdote Onías, usurpó su puesto,
8.después de prometer al rey, en una conversación, trescientos sesenta talentos de plata y ochenta de otras rentas.
9.Se comprometió, además, a firmar el pago de otros ciento cincuenta, si le daba facultad para instalar por su cuenta un gimnasio y un centro para la promoción cultural de la juventud y para conceder a varios habitantes de Jerusalén los derechos de_C iudadanos antioquenos.
10.Con el consentimiento del rey y con el poder en su mano pronto fue arrastrando a sus compatriotas a las costumbres de los griegos.
11.Renunció a los privilegios que los reyes habían concedido a los judíos por medio de Juan, padre de Eupólemo, el que hizo la embajada de amistad y alianza de romanos y judíos; suprimió las instituciones legítimas e introdujo costumbres nuevas contrarias a la Ley.
12.Así, pues, muy gustoso fundó un gimnasio bajo la misma fortaleza e indujo a lo mejor de la juventud a educarse al modo griego.
13.El paganismo se propagó por la influencia de Jasón, que tenía más de impío que de Sumo Sacerdote. Las costumbres griegas estaban tan de moda,
14.que los sacerdotes ya no demostraban interés por el servicio del altar. Despreciaban el Santuario y descuidaban los sacrificios, y, en cuanto empezaba el lanzamiento del disco,
15.corrían al estadio para tomar parte en competencias atléticas prohibidas por la Ley. No apreciaban en nada los usos de sus padres y tenían por muy superiores los valores de los griegos.
16.Con esto se pusieron a sí mismos en una situación difícil, pues aquellos que tomaban como modelos y cuyas costumbres querían imitar en todo vinieron a ser sus enemigos y tiranos.
17.Porque no se violan impunemente las leyes divinas; el período siguiente lo manifestará.
18.Cuando se celebraron en Tiro los juegos quinquenales, en presencia del rey,
19.el criminal Jasón envió como representantes a algunos «ciudadanos antioquenos», de los habitantes de Jerusalén y les encargó trescientas dracmas de plata destinadas al sacrificio a Heracles. Estos representantes, al llegar, expresaron que no convenía emplear el dinero en este sacrificio y pidieron que se gastara en otras cosas.
20.A la sola iniciativa de ellos se debió que aquel dinero, enviado para el sacrificio a Heracles, se empleara en la construcción de trirremes.
21.Antíoco había enviado a Egipto a Apolonio, hijo de Menesteo, para representarlo en la entronización del rey Filometor. Cuando Antíoco supo que aquél se había convertido en su adversario político, se preocupó de su seguridad; por eso, pasando por Jafa, se presentó en Jerusalén.
22.Fue muy bien recibido por Jasón y por toda la ciudad, e hizo su entrada entre aclamaciones y antorchas. Después se fue con sus tropas a Fenicia.
23.Tres años después, Jasón envió a Menelao, hermano del ya mencionado Simón, para llevar el dinero al rey y gestionar la negociación de asuntos urgentes.
24.Menelao se hizo presentar al rey, a quien impresionó por su aire de persona de autoridad, y logró el cargo de Sumo Sacerdote, ofreciendo trescientos talentos de plata más que Jasón.
25.Así, provisto del mandato real, regresó sin nada digno de un sumo sacerdote, sino más bien con el furor de un cruel tirano y la rabia de una fiera salvaje.
26.Jasón, que, por su parte, había usurpado el cargo a su hermano, ahora suplantado por otro, tuvo que huir al país de Ammán.
27.Menelao tenía el poder, pero nada pagaba del dinero prometido al rey,
28.aunque Sóstrato, comandante de la fortaleza, se lo reclamaba, pues el rey lo había encargado de cobrar los impuestos. Así que el rey mandó a llamar a ambos.
29.Menelao dejó como su reemplazante a su hermano Lisímaco, y Sóstrato a Crates, jefe de los chipriotas.
30.Mientras tanto, sucedió que los habitantes de Tarso y de Malos se sublevaron porque sus ciudades fueron cedidas como regalo a Antióquida, concubina del rey.
31.Inmediatamente, partió el rey para restablecer el orden, dejando en su lugar a Andrónico, uno de sus ministros.
32.Menelao pensó aprovechar aquella oportunidad, y robó algunos objetos de oro del Templo, que regaló a Andrónico; también logró vender otros en Tiro y en las ciudades de los alrededores.
33.Cuando Onías ya no pudo dudar de lo que había hecho Menelao, se refugió en Dafne, cerca de Antioquía, lugar de asilo, y desde allí lo denunció.
34.Por esto, Menelao, a solas con Andrónico, lo incitaba a que acabara con Onías. Andrónico fue donde Onías y se ganó con engaño su confianza, estrechando su mano y dándole la mano con juramento; persuadió a Onías, aunque a éste no le faltaban sospechas, a salir de su refugio, e inmediatamente le dio muerte, sin respeto alguno de la justicia.
35.Por este motivo, no sólo los judíos sino también gente de otra nacionalidad se indignaron y se apenaron por el injusto asesinato de aquel hombre.
36.Cuando el rey volvió de las regiones de Celesiria, los judíos de Jerusalén, junto con los griegos que eran partidarios de la justicia, fueron a verlo para quejarse por el asesinato de Onías.
37.El rey se conmovió y se puso triste, e incluso lloró al recordar la personalidad y la noble conducta del difunto.
38.Se enojó con Andrónico y le quitó inmediatamente su cargo. Luego ordenó que le rasgaran las ropas y lo condujeran, atravesando toda la ciudad, hasta el lugar donde había cometido el asesinato de Onías, y allí mismo ordenó que le echaran fuera de este mundo, dándole así Dios la pena merecida.
39.Lisímaco cometió muchos robos sacrílegos en Jerusalén con el consentimiento de Menelao, y, como la cosa se supo, la multitud se amotinó contra Lisímaco, después que muchos objetos de oro ya habían salido de la ciudad.
40.Cuando Lisímaco vio al pueblo sublevado y enfurecido, armó tres mil hombres e inició la represión violenta, poniendo por jefe a un tal Aurano, hombre ya de edad y de muy poca cabeza.
41.Atacado, pues, por la gente de Lisímaco, el pueblo reaccionó con piedras y palos, e incluso recogían puñados de ceniza que allí había, arrojándola contra los hombres de Lisímaco.
42.De esta manera, hirieron a muchos de ellos, mataron a algunos, y al resto lo pusieron en fuga. En cuanto al ladrón sacrílego Lisímaco, lo ajusticiaron junto al tesoro.
43.A propósito de estos hechos se hizo un proceso contra Menelao.
44.Cuando el rey llegó a Tiro, tres hombres enviados por el consejo de Ancianos de Jerusalén, le dieron cuenta de aquellas crueldades.
45.Viéndose perdido, Menelao prometió una gran cantidad de dinero a Tolomeo, hijo de Dorímenes, para que dispusiera al rey en su favor.
46.Así, pues, Tolomeo, llevando al rey aparte, a una galería, como para tomar el fresco, lo hizo cambiar de parecer,
47.de modo que absolvió de todas las acusaciones a Menelao, el causante de todos los males. Más aún, condenó a muerte a sus infelices acusadores que hubieran sido absueltos, aun cuando los hubiera juzgado un tribunal de bárbaros.
48.Inmediatamente fueron ejecutados los que habían defendido la causa de la ciudad, del pueblo y los vasos sagrados.
49.Por este motivo, algunos tirios, indignados contra aquel crimen, les prepararon magníficos funerales.
50.Menelao quedó en el poder, gracias a la corrupción de los gobernantes, cada vez más criminal, convertido en tirano de su pueblo.
miércoles, 25 de mayo de 2016
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