sábado, 11 de noviembre de 2017

HOLA COMPADRE (Final) Facundo Cabral (Transcripción Juana Macedo)



HOLA COMPADRE (Final) Facundo Cabral

(Transcripción Juana Macedo)

Bélgica estaba muy triste y España muy desatada, Francia estaba muy solemne e Italia muy excitada, en pocas partes del mundo encontré a la alegría, en México, en Brasil, en Grecia y Anda Lucía, en el resto señoreaba la tristeza o la ignorancia, en Barcelona el cansancio, en Hungría la venganza, la libertad en Holanda, el placer en Dinamarca, especialmente la noche que conocí a Sasancha que venía de París harta de los artificios y yo dejaba Madrid huyendo de los prejuicios. Con ella casi me caso un verano de Berlín pero un amigo italiano se sacrificó por mí.

El tiempo fue generoso dejándome mucho tiempo para que al fin comprendiera que la vida es un momento, entonces pude salvarme de la pobreza mundana que se condena asimismo haciendo lo que no ama.

“Nada deje ni he perdido lo llevo todo conmigo”

“He conocido mujeres y de esto nadie se asombre que por buscar un marido se perdieron a los hombres. Parecido le parecido le pasó al tucumano Walberto, por una sola mujer se perdió a todo el resto. Querida yo no me voy, tu eres la que se queda”

“Nada deje ni he perdido lo llevo todo conmigo”

Gritando las noticias lamentables de la prensa pude llegar donde el ave se salvó de la miseria. A merced de viento y frio el vencedor se quedaba solo en el pico más alto de la más vana montaña. El tiempo iba destruyendo los ídolos de cartón, pero la eterna ignorancia otros nuevos inventó. 

Supe de los comediantes que se llaman comedidos y en el espejo la nada repetía mi destino, ni siquiera Marlon Brando terminaba con el tango y a veces la dignidad se libraba del esclavo, la fama desesperada se iba quedando sin fe, en tanto “No soy de aquí” se me iba con Cortez. Anduve por donde el diablo perdió la categoría, el conquistador la fuerza y la inocencia María, el canto del universo me corría por las venas, entonces armonizaron el Vaticano y Las Vegas. Lo malo no era tan malo ni lo bueno no era tan bueno, el hombre era solo una pieza con la que juega el Supremo, todos tenían la culpa pero nadie era culpable porque todos son ninguno y ninguno siempre es nadie.

“Yo soy el dueño de todo porque yo no tengo nada, puede volar solamente quien tiene libres las alas. Cantar sin ningún motivo es cantar como Dios manda, que la mejor esperanza ni se busca ni se alcanza. Querida yo no me voy, tu eres la que se queda”
“Nada deje ni he perdido lo llevo todo conmigo”

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