miércoles, 29 de noviembre de 2017

LA LUZ DE LAS TINIEBLAS (4) Autor Facundo Cabral.


La creencia, tu creencia, sea cual fuere, te separa de los que tienen otras creencias y de los incrédulos, y toda división trae confusión, pero hay millones de ilusos que afirman que una creencia acaba con la confusión (a lo sumo, la creencia se evade pero no se libra de la confusión). 

La fe ciega es otra manera de la ceguera, no una manera de la luz, porque no hay claridad eludiendo lo que es. Por todo el mundo encuentro creyentes que actúan como déspotas y con deshonestidad, aunque crean ciegamente en una religión que niega al despotismo y combate la deshonestidad. 

No son suficientes los cánticos y las antiguas palabras rituales para encontrar a Dios, que es verdad, la verdad, y la verdad es todo lo que es, nos guste o no, entonces no puede ser religioso el que no respeta a la totalidad, a la que no se la encuentra evadiendo lo que no nos gusta (esa huida, esa suma de prejuicios no puede llamarse religión, y una comunidad basada en la mentira no puede ser religiosa). 

Los símbolos y los libros sagrados no son suficientes para llegar a ser un religioso, muchas veces sólo son un pretexto para distraerte de la realidad que no te gusta o a la que no te animas, y eso es antirreligioso porque religioso es ser honesto y ver la totalidad, religioso es el que comprende, no el que juzga, el que se hace cargo de sí mismo, el que vive a la altura de su dignidad sin despreciar o negar al que vive debajo de ella.

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