“Una carta conmovedora de la abuela a su nieta recién nacida”.
Querida mía, yo podría haber escrito esta carta también para tu mamá un cuarto de siglo atrás…Pero yo en ese entonces tenía 25 años, y yo pensaba únicamente en los asuntos domésticos: con qué alimentar a la familia, cómo alcanzar a llevar a mi hija a la guardería y que no se pierda la clase. Tu abuelo trabajaba en el turno de la noche y no podía ayudarme cuando tú mamá lloraba por la noche al estar enferma. Ahora yo tengo 50 años, y ahora he reunido un poco de experiencia, la cual quiero compartir contigo. Yo no estoy asegurando saber todo sobre la vida, pero, a final de cuentas, yo soy tu abuela y quiero que tú seas feliz. Mis consejos no te van a estorbar.
No tengas miedo de caer.
Andar en bicicleta, en patines, en patineta, en cualquier cosa que tenga ruedas, pero sin tener miedo de caer. Será doloroso, pero aprenderás gracias a esto a ser rápida y a levantarte cuando quieras llorar.
No tengas miedo de expresar tu punto de vista.
Tú no estás obligada a callar si algo no te gusta o cuando no estés de acuerdo con algo. No ocultes tu opinión por los demás, no por el amor. Si no te escuchan o te piden ser leal, entonces al diablo con esa amistad o el amor.
No tengas vergüenza de pedir disculpas.
Sólo las chicas más fuertes saben disculparse y reconocer sus errores, y yo quiero que tú crezcas siendo una chica así. Es difícil decir: “Perdona, yo estaba equivocada. ¿Cómo podemos corregir esta situación?” Pero esto se tiene que aprender, y entonces nadie podrá ganarte.
No tengas miedo de obtener malas calificaciones.
Reprobar no es tan malo. Esto te va a señalar tus puntos débiles. Sabrás en qué debes trabajar. Una calificación baja no significa que seas tonta. Esto es sólo una motivación para que sigas adelante.
No tengas miedo de no ser popular.
Mientras todos los más populares se van a las fiestas, a pasar tiempo en restaurantes y pasarse días enteros frente al internet, subiendo sus fotografías, tú aprenderás a disparar bien, a andar a caballo, a cantar, o a hacer lo que más te guste. A los dieciocho años los populares todavía van a estar frente a la computadora y tú mientras tanto vas a conquistar el mundo, y tal vez hasta te vayas a viajar alrededor del mundo.
No tengas miedo de ser extraña.
¡Tu abuela tampoco tiene miedo!
No tengas miedo de enamorarte.
El enamoramiento aún así llegará a ti. Alégrate del hecho de que por fin has crecido.
No tengas miedo del primer beso.
Créele a la abuela, eso es fantástico! No tengas miedo, todas las mujeres besan bien, llevamos esto en la sangre.
No tengas miedo de casarte o de no hacerlo.
Cuando crezcas, nadie tiene por qué entrometerse sobre si tienes un anillo de compromiso o no. Pero si decidiste que el matrimonio y la vida familiar son para ti, intenta encontrar a tu hombre y todo va a salir bien. Incluso los calcetines regados por todas partes no te molestarán. En cambio tendrás quien te de un masaje en las tardes y con quién pasear al perro.
No tengas miedo de dar a luz.
No te voy a mentir, esto duele. Pero esto es lo más hermoso que puede haber en la vida de cualquier mujer.
No tengas miedo de divorciarte.
Esto puede pasar en la vida de cualquiera. Lo importante es no desesperarse y encerrarse en uno mismo. El divorcio no es el final de la vida. Esto es el comienzo de algo nuevo, y después de algo más interesante.
No le temas a la soledad.
A veces es bueno estar solo. Esto incluso se puede disfrutar. Pero esto no dura por mucho, yo sé cómo es nuestra familia.
No tengas miedo de llorar.
Las lágrimas son una elección de los fuertes. Yo soy fuerte y hago lo que quiero. Si quiero lloro, si quiero río, si quiero riego los calcetines por todo el departamento.
No tengas miedo de intentar cosas nuevas
No pienses en la edad, o sobre el qué dirá la gente. Toma lo mejor de la vida, y no importa lo loco que sea tu deseo, tú sólo hazlo.
No tengas miedo de envejecer.
Con la edad comenzarás a valorar más la vida y a amar a tu familia. Y después, puede ser que también le escribas una carta a tus nietos.
No tengas miedo de perder a tus seres queridos.
Yo dudé por mucho tiempo si debía escribirte esto. Pero las pérdidas son inevitables. Los seres queridos se van, pero el amor no desaparece…
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