domingo, 24 de julio de 2016

Sirácides (Eclesiástico), 15


Sirácides (Eclesiástico), 15

1.Esta es la suerte del que teme al Señor; el que se da a la Ley obtendrá la sabiduría.

2.Le saldrá al encuentro como una madre, y lo acogerá como una joven esposa.

3.Lo alimentará con el pan de la inteligencia y le dará a beber el agua de la sabiduría.

4.Puede contar con ella: no vacilará. Se apoyará en ella y no caerá.

5.La sabiduría lo destacará entre los que lo rodean, y tomará la palabra en la asamblea.

6.Será coronado de felicidad y de alegría, y su nombre será famoso para siempre.

7.Los imbéciles jamás conseguirán la sabiduría, los pecadores nunca la verán.

8.Se mantiene alejada de los orgullosos, y los mentirosos no la conocerán.

9.De nada vale la alabanza en boca del pecador, pues ella no viene del Señor.

10.Debe venir de un sabio, porque entonces es el Señor quien lo inspira.

11.No digas: "¡Dios me hizo pecar!" porque él no hace lo que odia.

12.No digas: "¡Me hizo cometer un error!" porque no necesita a un pecador.

13.El Señor detesta el mal, y de igual modo lo detestan los que temen al Señor.

14.Cuando al principio creó al hombre, lo dejó en manos de su propia conciencia:

15.Si tú quieres, puedes observar los mandamientos; está en tus manos el ser fiel.

16.Ante ti puso el fuego y el agua: extiende la mano a lo que prefieras.

17.Delante de los hombres están la vida y la muerte, a cada uno se le dará lo que ha elegido.

18.¡Qué grande es la sabiduría del Señor, qué fuerte y poderoso es él! él todo lo ve.

19.Su mirada se posa en los que le temen; conoce todas las acciones de los hombres.

20.A nadie le ha pedido que sea impío, a nadie le ha dado permiso para que peque.

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