Todos venimos de un primer hombre, de una primera mujer, hay negros y chinos en mí, soy tan bueno como Jesús y tan peligroso como Hitler. Soy tan musulmán como ateo, muero como el que muere y nazco con el que nace. Todos somos fecundados y auxiliados por todos, pero desestimamos a todos,.. porque nos desestimamos. En lugar de enriquecernos con el otro, le escapamos, nos combatimos, en lugar de asociarnos. Matar al otro es suicida, porque... es una continuación nuestra. El odio que es miedo, nos ha traído a esta desesperanza donde se ahoga la imaginación y sin imaginación, perdemos la bendita semejanza, es decir dejamos de ser creadores.
La tarea, es armonizar esta gigantesca variedad que es la humanidad, esto enriquecería a todos.
Hasta hemos dejamos de decir cosas bellas a las mujeres, porque ahora puede ser considerado acoso sexual. Pronto, tendremos que salir a la calle con un abogado, parecería que vivir, es una secuencia de pleitos. La tarea es comprender que la vida es subida y bajada, constante movimiento, cambios, entonces tenemos que sacar de nuestro lenguaje la palabra decadencia, que es otra etapa más.
Nada es para siempre. Debemos estar atentos, listos para el cambio, para toda circunstancia, porque la vida, es como es, no como debería ser. Todo nos fue dado, por lo tanto, nada nos pertenece, sólo nos queda gozar lo creado, y cuidarlo para el que vendrá, que es una continuación nuestra, como nosotros somos continuadores de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros bisabuelos y así hasta Adán, el rojo Adán, como le gustaba decir a Borges, quien cometió el peor de los pecados,... no fue feliz, se sentía perseguido por la sombra de haber sido un desdichado.
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