El hombre no sabe lo que va a suceder:
¿Quién puede anunciarle lo que vendrá después de él?
15 El esfuerzo fatiga al necio, porque no se da maña ni para ir a la ciudad.
16 ¡Ay de ti, nación, si tu rey es un joven y tus príncipes comen desde la mañana!
17 ¡Feliz de ti, nación, si tienes por rey a un noble de nacimiento, y tus príncipes comen cuando es debido, para reparar sus fuerzas y no para embriagarse!
18 Por la pereza se desploman las vigas y por la dejadez se viene abajo la casa.
19 ¡Para divertirse se celebra un banquete, el vino alegra la vida y el dinero responde por todo!
20 Ni siquiera en privado maldigas al rey, y ni en tu habitación maldigas a un rico, porque un pájaro puede hacer correr la voz y la indiscreción tiene alas.
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