Evitar las indirectas y la ambigüedad en los mensajes. Ser claro, directo y asertivo: “Esto es lo que quiero decir”.
• Verificar que la información ha sido bien recibida. Averiguar si se captó correctamente lo que queríamos decir y no otra cosa.
• No hacer monólogos. No encerrarse en sí mismo y despreocuparse por lo que el otro piensa o siente.
• Tratar de no interrumpir. No intervenir a destiempo y no dejar que la otra persona se exprese.
• Escuchar atentamente lo que el otro está diciendo.
• Hablar a una velocidad moderada.
• No preguntar cosas sin sentido u ofensivas.
• Buscar el lugar y el tiempo adecuado.
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