miércoles, 14 de octubre de 2020

HIJO. Reflexión

Llévame a la calle, hijo, que aún tengo buenas piernas; a caminar sin rumbo fijo contigo no me sentiré vieja...

Invítame a tu casa, hijo, el domingo en la mañana, a compartir tu buena mesa y sentirme acompañada...
Háblame con cariño, hijo, no me grites ni te alteres; los viejos somos como niños, nos gusta que nos mimen, nos sonrían y nos amen.
Festeja mis ocurrencias, no critiques mis locuras; trataré de ser valiente aunque surjan amarguras...
No me alejes de tu lado, no me hables con engaño; tengo aún mi mente clara, los recuerdos son de antaño...
Ven a verme a casa, hijo, yo no te pediré nada;
solamente tu presencia y contemplar tu cara...
No me dejes triste y sola, no me metas a la cama; los doctores se equivocan, el dolor esta en el alma...

(Dedicado con cariño a nuestros mayores).

1 comentario:

  1. Eso es muy cierto.muchas veces la enfermedad es de falta de cariño , comprensión y compañía la que termina con una vida que lo dio todo por los que ahora no lo reconocen sin pensar que todos llegaremos a esa edad

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