ENTREVISTA A FACUNDO CABRAL, CÉSAR HILDEBRANDT. (Parte 1)
(Transcripción Juana Macedo)
-El cantautor Facundo Cabral está con nosotros.
-¿Conociste a tu padre a los 46 años?, eso me pareció increíble, hay un personaje de una novela de Vargas Llosa que conoce a su padre como él, porque es autobiográfico a los 10 años, ya es digamos como una especie de revelación tardía, deslumbramiento.
Yo lo odie mucho
¿Tú lo odiaste mucho?
Lo digo sin vergüenza, lo digo sin vergüenza, porque por suerte, tanto caminar y de tantos golpes y algunos aciertos, hacen que uno pierda la famosa culpa cristiana porque la que millones no viven.
-¿Lo odiaste?
Lo odie, me dolía tanto odio, no podía vivir, no hablaba
-¿Tu dijiste alguna vez yo era un tipo lleno de rencor y solo.
Por qué lo odiaste porque te abandonó?
Porque se fue un día antes que yo naciera, yo me sentía una basura, mi autoestima te imaginas cómo estaba.
-¿Cuándo te enteraste de eso?
Cuando yo tenía cuatro años.
-¿Qué se fue un día antes que tu nacieras?
Le pregunté a mi madre, quién es mi padre?
Me dijo el padre de todos me dijo Dios, yo no lo entendí, le dije mi padre, mi padre hombre tiene un nombre, yo sé que se llamaba Rodolfo, mi padre.
Ella tenía un gran sentido del humor, hizo todo lo que podía hacer por nosotros mi amor, irse, bueno seguí andando.
-¿Casi huyó de ti?
Si, él nunca quiso que yo naciera, pero pasaron muchos años, uno cambia.
Un día mi madre me dijo una frase espectacular. Te imaginarás yo soy un edípico total, me dijo:
Caminas mucho, lo vas a encontrar, no cometas el error de juzgar a tu padre, honrarás al padre y a la madre:
Primero ese hombre que vas a tener en frente, es el hombre que más amó, más ama y más amará tu madre.
Segundo y esto es una orden, dale un abrazo y las gracias porque por él estás en este mundo.
Pasan los años, yo tengo 46, termino de cantar en un teatro en Mar de Plata donde se enfermó Alberto, salgo y está mi padre, era igual que esa foto que tenía mi madre, una foto amarillenta pero con el pelo cano, era igual pero con el pelo blanco, muy elegante, él siempre fue, es porque somos muy amigos, tiene 96 y está ahí
-¿Y qué te dice, soy tu padre?
Y me dice soy tu padre y volvió todo el odio de aquella adolescencia infancia, pero cuando avanzo hacia él con una alemana muy señora, muy honorable, muy…
-¿El con la alemana?
Si, treinta años con ella, una mujer maravillosa y en esos dos pasos que doy recuerdo la frase de mi madre y nos damos un abrazo, lloramos mucho, claro.
¿Te costó?
Y yo me quedé muy liviano porque era el último enemigo que me quedaba y vivir sin enemigos es extraordinario, era el último enemigo y era mi padre y cambió mi vida por completo.
-!Qué maravilla!.
Cambió mi vida por completo y hoy es mi amigo y cuando pude hablar le dije (Porque nunca me preguntó por mi madre), le dije: Te doy las gracias por la mitad del Nilo, por la mitad del Amazonas, la mitad de Neruda, la mitad de Yupanqui, la mitad de Chabuca, la mitad del desierto de Negev, la mitad de todo, porque la mitad de este regalo que me han hecho de traerme al mundo es tuya, te lo digo a ti, gracias por haber enamorado a mi madre, sino yo me hubiera perdido a Rembrandt a Picasso, a Borack a Debussy y es mucho perder, lloró mucho porque es un hombre interesado en el arte, muy culto, mi padre es un hombre muy refinado.
-¿Fuiste a su casa, viste su biblioteca, te enteraste que él leía casi lo mismo que tu?
Lo mismo.
-¿Los mismos gustos que tú?
Los mismos, yo escribo con la misma letra.
-¿Las mismas manías que tú?
No, las mismas cosas, yo soy por comodidad, siempre tengo un jean, pero es por comodidad.
-No era tu padre era tu hermano mayor.
Pero yo sería un tipo que si tuviera que, si no me gustara andar solo y anduviera con alguien yo llevaría, a mi me gusta verme cómodo con un traje, yo ando con la ropa muy casual por comodidad por no andar cargando y mi padre es eso, es un tipo siempre bien vestido. Y leyendo y empiezo a ver Brush, Flover todos los autores dilectos míos, Shakespeare, un trabajo de la Luz de Plotino, que nunca yo pude conseguir, la Divina Comedia, Diecisiete volúmenes de Las Mil y una Noches.
¿Y no le dijiste nos hemos perdido 46 años?.
No me los perdí, no me los perdí porque él siguió muy vivo, porque crees que yo fui al Quijote, de alguna manera indirecta era como una orden genética... (parte 2)
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