viernes, 6 de mayo de 2016

FACUNDO CABRAL Y SARA SU MADRE



FACUNDO CABRAL Y SARA SU MADRE

Facundo Cabral era un feto fornido, formidable, y llevaba nueve meses en el vientre de su madre, Sara, cuando su padre, Rodolfo, decidió dejarlo todo —hogar en la ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, seis hijos y otro en camino— e irse sin dar explicaciones. A Cabral le gusta decir que llevaba un día de nacido cuando su madre (que lo bautizó Rodolfo Enrique aunque lo llamó Facundo, toda la vida) se marchó, sola y su prole, hacia donde no pudieran verla o preguntarle nada. 

Un día antes de que yo naciera mi padre se fue de casa. Vivíamos, mi madre y mis hermanos, en la casa de mi abuelo que era coronel. Todos los Cabral han sido militares y cuando mi padre se fue, mi abuelo echó a mi madre de su casa. Así que nací en la calle, en la vereda, un 22 de mayo. Yo estoy marcado por la calle. Y mi madre, por culpa de mi padre, se enojó con toda la humanidad y dijo: “No quiero ver más seres humanos”. En esa época no había nadie en la Patagonia, muy poca gente. Salimos para allá y en nueve años de caminata murieron cuatro hermanos de hambre y de frío, los fui viendo morir.

"Soy un tipo de suerte", dijo el artista, al relatar que él y dos hermanos son sobrevivientes de un total de siete hijos que tuvo su madre, Sara, quien sola, acosada por la pobreza, resolvió mudarse a Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina.

Mi madre la llevaron a internar a Buenos Aires, fíjense lo mal que estaba, que estuvo un año y dos meses internada en Buenos Aires, la salvaron y mis hermanos sobrevivieron de milagro. 

Mi madre decía: “El día del juicio final, Dios no va a juzgar uno por uno porque sería ardua tarea y tiene que ver un universo, está muy ocupado, va a juzgar el promedio de la humanidad y si juzga al promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente” 


Mi madre me dijo: este es el segundo y el último regalo que puedo hacerte, el primero fue darte la vida y el segundo la libertad para vivirla. Y no la defraudé, perdí muchas cosas, pero nunca perdí a la amada, a la inmensa, a la inevitable libertad

Mi madre es una mujer excepcional, ya les contaré, yo soy un tipo con suerte, y el presidente le dijo a mi madre: Sara en que le puedo ayudar y mi madre le dijo: “con que no me joda es suficiente”… ¡Aplausos!

Mi madre decía: "Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios" 

La oración de mi madre: “Señor, te pido perdón por mis pecados ante todo, por haber peregrinado tus muchos santuarios olvidando que estás presente en todas partes. 

“Mi madre me dijo vos que caminas tanto un día te lo vas a cruzar y cuando te cruces con ese señor (mi padre), cuidado con juzgarlo, recuerda el libro sagrado honrarás al padre y a la madre. ”

“Ese hombre que vas a tener en frente, es el hombre que más amó, más ama y más amará tu madre. Y esto es una orden, dale un abrazo y las gracias porque por él estas aquí”

“Este es un nuevo día, para empezar de nuevo, para buscar al ángel que nos crece los sueños, para cantar, para reír, para volver a ser feliz… Además lo tenés que hacer ahora, yo le daba la sorpresa a mi madre, yo nunca viví con ella, me fui a los 9 años, éramos muy amigos, pero siempre iba de visita. Yo sabía que ella esperaba que algún día yo me quedara un rato largo, no me lo pedía, pero yo sabía, y dije: Le voy a dar la sorpresa, voy a ir y me va a preguntar cuantos días te vas a quedar? y le voy a decir: me voy a quedar un año con vos, te imaginas que regalo le hacía y que regalo me hacía.

Llegué a las 8 de la mañana, había muerto 8 menos diez, anda ahora, anda ahora, anda ahora y arregla el pleito con tu viejo, no se puede vivir en paz, al que tenes el problema que arreglar, no mandes al abogado, anda vos ahora, y donde tenes que pedir perdón anda ahora, nadie sabe cuándo es mañana… Yo era el hombre más feliz del mundo a las 11 de la mañana, a las 2 me enteraba que había muerto mi mujer y mi hija, por un vuelo que llega tarde… Anda ahora, no mañana. FACUNDO CABRAL.

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