domingo, 7 de agosto de 2016

CONTRA LA DISCRIMINACIÓN. EL VENDEDOR DE GLOBOS. CUENTO (Completo) Homenaje a Facundo Cabral. Eternamente.


Autor: 
Isaura Díaz Figueiredo 
27/02/2015 

CONTRA LA DISCRIMINACIÓN 

Hace un año, que el día 1 de marzo fue proclamado por la Asamblea general de las Naciones Unidas ”DÍA INTERNACIONAL PARA LA CERO DISCRIMINACIÓN” 

La respuesta al sida que ha dado el mundo han sido en muchos casos, enormes lecciones de tolerancia y compasión, con estas palabras y seguramente desde lo más profundo del corazón y -no tanto de la realidad- Michel Sidibe director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el VIH/sida Onusida, lanzó la iniciativa del “DIA CONTRA LA DISCRIMINACION” 

Esta asociación tiene como misión lograr “cero infecciones por VIH, cero discriminaciones relacionadas con el sida”, desde aquí se hace un llamamiento a todas las personas para que promuevan, y celebren el derecho de todos a vivir una vida plena, con dignidad, sin importar su aspecto, de donde provienen o a quien amen. 

El símbolo es una hermosa mariposa, ampliamente conocida como signo de transformación. Trabajando juntos podemos transformarnos, transformar a nuestras comunidades y nuestro mundo, para llegar a la cero discriminacion, no debemos mirar a credos, religiones, razas, padecimientos físicos, y otro tipo de aspectos que pueden vulnerar el derecho a vivir con libertad, y sin límites institucionales, fronteras o grupos. 

Un cazador masacró en 1908 a un chimpancé y se infectó con un virus similar al SIDA, a través de fluidos del animal, y esto pudo haber sido el desencadenante de la epidemia mundial de VIH, el virus pudo haber llegado a USA en 1969 a través de Haití, pero no fue diagnosticado hasta 1981 cuando un estudio sobre jóvenes gays con neumonía, identificó definitivamente el síndrome. 

Quanmen aclaró que se transmite entre adictos a las drogas, a través de compartir jeringuillas, y entre los gays posiblemente fue a partir de un primer contacto sexual, entre un norteamericano y un haitiano. 

En los años 60 en Kinshasa, capital de la Republica Democrática del Congo, cuando el VIH empezó a convertirse en lo que es actualmente: una pandemia mortal que ya ha matado a más de 36 millones de personas, en Sciencie, el español David Posada hace un interesante trabajo, les invito a que lo lean, donde afirma que el VIH no se propagó exclusivamente por causas biológicas, sino por cambios sociales, económicos y demográficos. 

Otros estudios como el equipo de epidemiología de Oxford al hablar de la gran pandemia que asola en mundo africano, muy por encima de otros continentes, afirma que el VIH llegó a Kinshasa alrededor del 1920, al igual que otros subgrupos virales como el 0, y durante 30 o 40 años, en que apenas se propagó, pero en 1960, por diferentes motivos, se extendió por todo el país. 

Desde hace tiempo se sabe que el VIH, a pesar de que algunos siguen insistiendo que el virus del sida se originó en laboratorio, la realidad es que tuvo su origen en chimpancés africanos, mostrando que el material genético extraído de la heces de chimpancés de la selva de Camerún, determinaba que el virus identificado como VIH1, surgió de estos primates, de una especie endémica camerunesa llamada “Pan troglogdytes trglodytes” 

Se sabe que fue trasmitido de primates a humanos, por lo menos en 13 ocasiones, pero que solo una de ellas ha dado lugar a la pandemia humana. Según el nuevo trabajo se sabe que entre los años 1929 y 1950 se produjo una –tormenta perfecta- varios factores incluyendo el humano, desarrollo, infraestructuras ferroviarias durante el gobierno belga de la colonia, hubo intercambio sexual, se combinó todo para el que el subtipo M del VIH se extendiera, cumplió fiel la receta, primero por África y luego por todo el planeta. 

Es originario de las selvas del Camerún y las causas no fueron aparentemente genéticas, mucho se puede escribir sobre diferentes grupos de investigación, pero creo que lo importante que debemos sacar del “Día internacional sobre discriminación” es la tolerancia y el apoyo a quienes sufren esta enfermedad, por suerte hoy bastante controlada. 

Quizá un pequeño cuento nos ayude a ser tolerantes y menos discriminatorios. Un pueblo serrano celebraba sus fiestas patronales. La gente deja sus trabajos y ocupaciones para reunirse en la plaza principal, donde estaban los juegos y todos los puestos de venta. Los niños eran quienes más disfrutaban, pero a los adultos seguramente contagiados por el ambiente festivo se les veía cara de felicidad. 

De tierras lejanas habían llegado payasos y equilibristas, animales amaestrados, y domadores, Los vendedores ofertaban golosinas, alimentos y juguetes, pero entre todos, destacaba un vendedor de globos. 

Era una maravilla ver tantos globos y de diferentes colores y formas. Unos se distinguían por su tamaño, otros por sus formas imitando animales, o lo que la imaginación de cada cual quería ver, ningún globo se parecía a otro, pero el pobre vendedor no tenía clientela, pocos se acercaban a mirarlos y mucho menos pedían uno, y eso ¡que eran baratos! 

Era un viejo vendedor experimentado, por eso en el momento en que todos estaban curioseando u ocupados en mirar uno y otro puesto, hizo algo extraño: Tomó uno de sus más bellos globos y lo soltó, como era globo de gas comenzó a elevarse rápidamente y pronto estuvo encima de toda la gente que se agrupaba en la plaza. El cielo quiso contribuir a éste experimento del vendedor de globos, y se puso claro, de un azul incomparable, el sol era radiante, iluminando todo, mientras el globo trepaba y trepaba el rumbo al cielo. 

Un niño que lo ve grita. 

-Mira mamá un globo. 

Inmediatamente fueron varios más quienes lo vieron y lo señalaban. Entonces el vendedor soltó otro globo de diferente color y forma, pero mucho más grande, con éste consiguió el efecto deseado, que todos dejaran lo que estaban curioseando y miraran al cielo. 

Pero el buen vendedor de globos volvió a soltar otros 2 mas, con colores más fuertes y llamativos, estos ya iban atados, ni que decir tiene, que el efecto conseguido entre pequeños fue enorme, a gritos pedían a sus padres que les compraran globos, como aquellos que estaban subiendo y subiendo hacia el cielo. 

Gastó efectivamente sus mejores globos, pero consiguió que la gente le valorara aquellos atados a la bombona de oxigeno, en poco tiempo eran muchos los niños que se paseaban por la plaza luciendo atada a su manita un hermoso globo, ni que decir tiene que alguno emulando el globero, decidió dejar el suyo en libertar y que trepara en busca de las estrellas. 

Había cerca un niño negro que con dos lagrimones resbalando por sus mejillas, miraba con tristeza todo el espectaculo, una profunda angustia se apoderó de él. El vendedor que era hombre bueno, se dio cuenta, y le llama, ofreciéndole un globo, pero el pequeño rehusó cogerlo. 

-Te lo regalo pequeño, dijo con sumo cariño el hombre. 

El niño negro de pelo corto y ensortijado, con ojos tristes, hizo otra vez ademan de rehusar lo que le ofertaban.Extrañado el buen hombre le preguntó al pequeño que era lo que lo entristecía, y el negrito contestó en forma de pregunta. 

-Señor, si usted suelta el globo negro que tiene amarrado ¿cree que subirá tan alto como los otros? 

Y el amable vendedor entendió lo que el pequeño quería decirle. Toma un gran globo negro, lo desata del grupo y se lo entrega al negrito mientras le dice: 

-Haz tú lo mismo, prueba, suéltalo y verás como el globo sube igual que todos los demás. 

Esperanza, ansiedad… se acumulaban en la cabecita del niño negro y decidido suelta el globo, se alegra mucho, viendo que su globo es capaz de subir tan alto como los otros de colores brillantes, se puso a bailar y reír y palmotear de puro contento. 

El vendedor que no habia dejado de observar mirandole a los ojos, y acariciando su encrespada pelo dice. 

-Mira pequeño, lo que hace subir los globos no es el color, ni la forma, sino lo que tienen dentro. 

No importa nuestro color, ni nuestras imperfecciones, ni nuestras enfermedades, lo que realmente importa es lo que llevamos en el corazón, aquello que damos a los otros. 

Abramos nuestro interior y dejemos que salga, la luz iluminando a quienes lo necesitan, aunque solo nos miren, y no pidan nada, el color es lo de menos, lo importante es aliviar, integrar a los seres humanos dentro de una sociedad plural. 


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