En una noche fría, un multimillonario se encontró afuera con un anciano pobre.
Él le preguntó: "¿No sientes frío afuera y ni siquiera llevas un abrigo?".
El anciano respondió: "No tengo abrigo, pero estoy acostumbrado".
El multimillonario respondió: "Espérame". Me iré a casa y te compraré un abrigo".
El pobre estaba tan feliz y dijo que lo esperará.
El multimillonario llegó a su casa y allí se ocupó y se olvidó del pobre.
A la mañana siguiente se acordó del pobre anciano y salió a buscarlo pero lo encontró muerto a causa del frío.
El pobre anciano dejó una carta que decía: "Cuando no tenía ropa de abrigo, tenía la fuerza mental para combatir el frío, pero cuando me prometiste ayudarme, me aferré a tu promesa y eso mató mi poder mental".
Moraleja de la historia …….
No prometas nada si no puedes cumplir tu promesa. Puede que no sea necesario para ti, pero podría serlo todo para otra persona.
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