Autor: Facundo Cabral. 13/12/2007
MIS PAPELES
Este libro es una caja llena de herramientas para vivir, para armar nuevos juegos, para mejorar o ajustar los viejos. Crear, siempre crear porque en el matiz, en la variedad, está la continuidad de la fiesta, en el cambio constante está la vida, en la multidireccionalidad está la riqueza, por ejemplo cuando me cansé de mi pueblo me subí al tren que me llevaría al mundo, a los ríos rápidos y a las tumultuosas ciudades, a los mares rojos y azules y negros, a todas las maneras de la música, a Delacroix y Klee, a las piedras de Henry Moore y a los alambres de Giacometti, lo que quiere decir que desde que subí al tren todo se agigantó, desde los matices a la soledad, que no me abandonó jamás, a la que aprendí a amar porque siempre conté con ella.
Años después, cuando me cansé de hacer cosas por
los demás (festejar aniversarios, pelear con los dictadores, ir a la costa en
verano, votar, comprar un automóvil, aguantar parientes de la mujer amada)
comencé empujado por Henry Miller, que había sido empujado por los budistas, la
lucha más grande de todas las luchas; la lucha por no luchar, lo que me costó
mucho porque no es fácil hacerse a un lado, el rebaño que te rodea, te empuja,
te mete en la cancha aunque no quieras jugar, de pronto estás a la cabeza de
una manifestación o en la cola de un banco, en una comisaría o en el registro
civil, encerrado en una oficina o ahorcado por una corbata, pero el final lo
conseguí; ya no tengo nada que hacer, no hay nada que me distraiga de la vida,
nadie me espera, por eso puedo vivir con todos.
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