Facundo Cabral en Quito Ecuador -1- (2004)
La muerte me está siguiendo desde el día que nací, pero va a costarle mucho interrumpir mi vivir (aplausos)
La vida es un misterio, una permanente intriga, en aprender a vivir se nos va toda la vida.
Mi canción no necesita apoyo de Coca cola, por la gracia del Señor mi canción camina sola, va llegando a mis hermanos cuando tiene que llegar. Mi canción no tiene apuro yo creo en la eternidad.
Que unos lleven los laureles, que otros se lleven la gloria, que yo me doy por bien pago haciendo lo que me importa.
Soy amigo del que guarda y enemigo del que esconde y no canto por cantor sino que digo por hombre.
En la India, un país al que tanto le debo, dicen en la India:
Una canción vale por dos oraciones y yo digo que un cantor vale por dos sacerdotes y a esto lo confirma la alegría del cantor, porque la alegría es el punto más alto de la fe. Nada alegra al Padre tanto como la alegría del hijo.
Ahora que dije la India, me acordé, esto le gustaba mucho, me la hacía contar una y mil veces, un señor del que tuve la suerte, entre mucha gente maravillosa que encontré en el mundo, Jorge Luis Borges me decía siempre: “Seseseñor Cabral, (había que esperarlo porque era medio tartamudo el viejo) Seseseñor Cabral hágame el favor, cuéntele a la señora aquella historia de Bombay” el querido Borges.
En 1974, por la gracia de la canción yo llegué a la India. Temblaba, se me cayó encima todo, esa India a la que uno se había acercado por la literatura. Íbamos en un camino típico de la India, sinuoso, polvoriento, lleno de vagabundos, de gente que vive en la calle, gente que nació, vive y muere en la calle, que a lo mejor nunca va a dormir ninguna noche bajo techo y delante del jet nuestro iba un viejecito. El chofer del jet se detuvo y le dijo: Suba abuelo que lo llevamos, el viejecito lo miró con piedad y le preguntó ¿para qué y a dónde? A dónde vamos, por eso cuando veo tanta gente corriendo y encima como si fuera poco cadena el celular, todos haciendo mil cosas y no teniendo ni un solo coito, me pregunto ¿para qué se va tan rápido? Y esto se los digo a los jóvenes: No pierdas ni un solo minuto en aquello que no sea tu amor.
Mi madre decía que una fórmula para la felicidad segura era escuchar tu corazón antes que intervenga la cabeza, porque la cabeza es la que jode. Y pregunta siempre la cabeza porque nunca aprende, sin embargo el corazón sabe una sola cosa y no la olvida y es por la que vivimos EL AMOR. (continúa 2…)
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