JUICIO REPROCHABLE
(Transcripción Juana Macedo)
Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudieron tener un hijo. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán, y lo amaron como si fuera su propio hijo… El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso perro. En más de una ocasión, salvó a los esposos del ataque de ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado. Contentos con su nuevo hijo, disminuyeron las atenciones que tenían con el leal animalito. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé y ya no era la mascota cariñosa y fiel que tuvieron todo ese tiempo.
Un día los esposos dejaron al bebé durmiendo plácidamente en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cuál habrá sido su sorpresa cuando se dirigieron al cuarto del bebé vieron al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.
El dueño pensó lo peor, sacó un arma que llevaba y en el acto mató a su mascota, corrió al cuarto del bebé y encontró una gran serpiente degollada… Entonces, el hombre, con enorme dolor, comenzó a llorar y exclamó:
“He matado a mi perro fiel”
Cuántas veces hemos juzgado a las personas; lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos… Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.
La próxima vez que nos sintamos tentados de juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel… Así aprenderemos a no levantar falsos contra una persona hasta el punto de dañar su imagen ante los demás…
Debemos darnos cuenta de que los sentimientos de las personas son frágiles y fáciles de dañar, pero difíciles de sanar.
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