EL
NAUFRAGIO
(Transcripción
Juana Macedo)
El único sobreviviente de
un naufragio fue visto sobre una pequeña e inhabilitada isla. Él estaba orando
fervientemente, pidiendo a Dios que lo rescatara. Cansado, eventualmente empezó
a construir una pequeña cabañita para protegerse y proteger sus pocas
posesiones.
Pero, un día, después de
andar buscando comida, regreso y encontró la pequeña choza en llamas, el humo
subía hacia el cielo.
Había perdido todas las
cosas.
Confundido y enojado con
Dios, llorando le decía: “¿Cómo pudiste hacerme esto?”. Y se quedó dormido
sobre la arena.
Temprano de la mañana del
siguiente día, escuchó asombrado el sonido de un barco que se acercaba a la
isla.
Venían a socorrerlo, y él
les preguntó: “¿Cómo sabían que yo estaba aquí?”
Y sus rescatadores le contestaron:
“Vimos las señales de humo que nos hiciste…”
Es fácil enojarse cuando
las cosas van mal; más no debemos perder el corazón porque Dios está trabajando
en nuestras vidas, en medio de las penas y el sufrimiento.
Recuerda la próxima vez que
tu pequeña choza se queme…
Puede ser simplemente una
señal de humo que surge de la GRACIA de Dios. Por todas las cosas negativas que
nos pasa, debemos decirnos a nosotros mismos: “Dios tiene una respuesta
positiva a esto”.
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