FACUNDO CABRAL Su mejor Testimonio – Parte Final. (Transcripción Juana Macedo)
Después me dijeron hace 8 años y medio que tenía 3 meses de vida, a veces todavía me lo dicen, algunos más generosos dicen un año y también lo he podido controlar.
Estuve paralítico, total paralítico cuatro veces en los últimos 6 años. Y ciego total tres veces, y dos casi ciego. Llevo ocho años durmiendo sentado, tres horas con mucha suerte, puedo comer una vez al día. Todo ese llevar atrás el animal, me ha hecho el hombre más pleno del mundo. No hay forma cuando está metido en tu espíritu, de que suceda algo que te pueda traer dolor, desdicha, desilusión, en absoluto, es una prueba extraordinaria.
Si yo volviera a nacer, como humano, le diría: “Oye Padre quiero pasar lo mismo, pero antes. Si yo hubiese sabido esto antes, hoy seguramente, podría aliviar algún dolor de ustedes sin ninguna duda con la mínima palabra, porque estamos para eso. Por eso me gusta dar este testimonio. No crean lo que les cuentan las canciones populares, que cuando se termina un amor, el hombre ya no tiene por qué vivir. No crean que la familia es solamente Fernández o García, la familia es la humanidad.
Recuerden a San Agustín, rico no es quien más tiene, sino el que menos necesita, si tomamos lo necesario vamos a ser más libres, sino vamos a joder tanto a la comunidad. Cada uno puede llegar a donde quiere llegar porque no hay ningún límite para tu sueño, pero para vivir mejor hay que ser mejor. A mí no me va a dar el nuevo Presidente Argentino una vida mejor, me la voy a dar yo mismo, porque para eso tampoco hay límites. Si uno tiene un gran sueño, tiene que estar dispuesto a un gran sacrificio, pero no hay sacrificio cuando se trabaja por un sueño, es una felicidad.
Cuando me acuesto yo veo todos nuestros niños ya dormidos, sabiendo otra vez que son parte de una familia, que no están abandonados, que es posible y puedo vivir en paz. Y me podría ir ya mismo de este mundo, ya podría hacer la mudanza, o lo que algunos incrédulos llaman muerte, porque yo he vivido, es el único requisito para tener derecho a la mudanza. Sino vas a reencarnar hasta que aprendas, a lo mejor miles de veces y la vas a pasar muy mal.
Yo les agradezco el amor que me han dado, a mí y a Alberto es un querido amigo, en este país al que amo desde mucho antes de conocerlo, porque yo siempre fui lector del Popol Vuh, del libro de los libros el Chilam Balam, siempre fueron nombres muy cercanos Totolsiu, Pacal, Chichicastenango, Shican, el Usumacinta, siempre lo fueron. Es más alguna vez hice una gira por todo el mundo un año y pico, leyendo y comentando el Popol Vuh solamente por los cinco continentes. Así que vean con que respeto y amor llego a un país que me escucha a mí, que es una gran gentileza, después de haber oído voces tan altas como las que tenían ellos.
El maya que sabía que ser hombre no es fácil, pues no nacemos para aumentar la confusión, sino para aclarar misterios. El maya sabía que no venimos a discutir con Dios, sino a honrarlo. Mi madre decía: “Bienaventurado el que agradece a Dios pero exige al hombre”, al hombre debo exigirle, a Dios debo aceptarle, con el hombre puedo discutir todas las cosas de mundo, todas las cosas que hacemos mal, pero con Dios ninguna. Ni siquiera que no me deje acostar para dormir, es más se lo agradezco, me tiene más despierto, tengo más horas en el día y las he utilizado muy bien.
Por eso, yo sueño también de que a lo mejor los niños que están por allá van a ver concretado otro mundo, no el mundo, el mundo es perfecto, otra sociedad humana, pero hay una sola cosa capaz de lograr ese milagro, de armonizar diferencias, macho y hembra, negro y blanco, rico y pobre, bueno y malo, grande y pequeño, mucho y poco, eso es el AMOR y ustedes lo saben bien.
Cualquiera que encuentres por ahí, me decía mi madre “es tu hermano trátalo con respeto”. Enriquécete con las diferencias y solo opina si puedes mejorar, de lo contrario has silencio. Por eso le decía hoy acá al hermano, no creo en los países para nada, yo aprendí que hay una sola religión y es el amor.,
Tal vez la voz más importante que haya traído esa condición, que le haya dado categoría a esa condición, sea Jesús, pero la religión es el amor. Hombre religioso es el que busca la verdad para compartirla.
Aprendí también que hay un solo lenguaje y es el del corazón, yo me he podido comunicar con turcos, con chinos, con lo que quieran.
Aprendí que hay una sola raza, más allá que uno tenga algunas dilectas, como el maya, como el inca, pero hay una sola raza y es la humanidad. El Dios es uno solo, llámenle como quieran, pero es uno solo y está en todas partes, pero principalmente en tu corazón.
Gracias por esta invitación, les voy a decir lo que siempre suele decir Teresa, por favor sean felices, no ofendan al Padre con vuestra desdicha, porque es de muy poco talento sufrir, somos hijos del amor, ninguno de ustedes llegó acá por el odio, sus padres tuvieron que amarse para que ustedes nacieran, entonces para qué se nace, para la felicidad, fuera de la felicidad son todos pretextos.
La lucha por una sociedad mejor tiene que ser hecha con felicidad, sino es rencor y el rencor no sirve para nada. Fue con felicidad Jesús a la cruz, seguramente se mató de la risa el Bautista cuando le iban a cortar la cabeza, porque sabía que se estaba cumpliendo algo extraordinario del que él era protagonista. Y a nosotros nos pasa igual, podemos ser protagonistas todos y ser una buena persona.
El bien se alimenta de sí mismo, el mal se destruye a sí mismo, el tumor te mata pero muere contigo, no tiene vida propia. Si no escucho al mal, sino digo el mal, seguramente no haré el mal. Una bomba hace mucho más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que en este momento están construyendo la vida. Es más creo que si los malos supieran que es buen negocio ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio. Porque en todos lados te van a esperar con amor.
Muchas gracias (aplausos)
Facundo Cabral
(Transcripción Juana Macedo)
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