martes, 2 de diciembre de 2014

FACUNDO CABRAL Su mejor Testimonio - Sexta parte (Transcripción Juana Macedo)


FACUNDO CABRAL Su mejor Testimonio - 6 
(Transcripción Juana Macedo)

Caminé el mundo a derecha e izquierda, arriba y abajo, lo que quieran, por eso decía 164 países caminados y estuve en la guerra de Vietnám, en Biafra, en Camboya, en la Plaza hotel de Manhattan, en todos lados, tengo el orgullo de decir, esto si te digo con orgullo, saludable, pero orgullo al fin, en este caso es un pecado, de decir que la Madre Teresa me llama colega, a mí que quería matar a mi padre, vean los cambios. 

Por supuesto que desapareció el odio a mi padre sin que me diera cuenta, hace 11 años cuando yo tenía 46 años lo conocí, pasaron muchos años, hace 11 años atrás termino de cantar en la misma ciudad donde yo debuté en Mar de Plata y me estaba esperando mi padre en el Hall del Teatro, hoy es mi amigo, tiene 92 años. 

No solo esto, al otro día, cuando me invitó a comer a su casa, le dije: Yo estoy muy contento de conocerte, porque debo tener un respeto y un gran amor por tí, porque Dios te junto con mi madre para que yo gozara el Nilo, el Suma inca, para que yo conociera el Popol Vuh, si no hubiese nacido? para que yo caminara chicago, Ámsterdam o cruzara Pompeya o Calcuta con la Madre, pero fíjate, quiero ser honesto, mucho más que conocerte, lo que más alegría me da, es que me quedé sin enemigos, porque eras el último enemigo que me quedaba y cuando uno se queda sin enemigos, la vida créanlo es una fiesta, yo vivo de fiesta en fiesta, hoy vamos a San José y me espera gente que me ama y gente que sabe que voy porque los amo y después voy a México y es una fiesta, si desde el aeropuerto me lo dicen, desde el avión me lo están diciendo. 

Usted sabe que hay aviones, que subo a un avión y me aplauden en el avión y no lo tomen como vanidad, y voy a un restaurante y me aplauden en el restaurante, ¡pero no me aplauden a mí, aplauden mi felicidad! Y esa felicidad es Él, porque no hay otra, las otras son muy pasajeras, la felicidad depende de cosas eternas, si yo soy feliz por una causa, por otra causa dejo de serlo, pero la paz se queda para siempre, es la única causa de poder vivenciar esta vida y de gozarla y de ser útil y de enfrentar los peligros que hay en esta vida, porque siempre te da una chance.

Mi padre es mi amigo. Noventa y dos años, hace un mes cumplió, mi padre conoció a Jesús por mí, él solo sabía quedarse con el dinero de la gente, de la manera que fuere, es un hombre muy rico económicamente, aprendió a hablar con la mucama, aprendió a pedir “un café por favor”, aprendió a vivir con los que no tienen, lo que él tiene. Y recién ahora se da cuenta, que todo lo que tuvo, lo tuvo a él, porque fue un esclavo cuidando esas cosas. Y ahora está en plena libertad en su vejez. 

Faltaba que llegara la mujer de mi vida, era previsible, yo vi que me daba tantas cosas, que dije: caramba creo que el Padre hasta debe tener una mujer para mí y la tenía, porque cuando te da, te da todo. Nunca es la mitad, ni un tanto por ciento, ni a pagar, no, no, el único deber que debemos tener con lo que nos da, es vivir y cuidarlo porque atrás viene otro. Goza la flor donde está, no la cortes, no la mates, porque otro viene a gozar de esa flor. Los chinos dicen cuida los escalones de la escalera por la que subes, porque por los mismos escalones descenderás, cuidado con eso, siempre.

Un día estaba tomando café en San José de Costa Rica, donde vamos esta tarde y había una gringa al lado (no sé como le llaman ustedes) una norteamericana, una gringa, la mujer más bella que vi en mi vida, este… que fue otro milagro. Mi mujer… cuando yo la conocí a ella, quince días atrás había sido portada de Playboy y una foto de ella desnuda mostrando su belleza porque pensaban que era de ella, ella pensaba que su belleza era obra de ella y estaba hasta la cabeza con la droga. El amor es extraordinario, el amor no anda buscando situaciones ideales, uno ama, no sabes por qué?

Mi madre me decía: No busques a tu mujer, porque Dios te la va a poner ahí. Vas a saber que es tu mujer. No sé cómo se sabe eso, porque yo hablaba poco inglés y ella nada de español. Estaba sentado al lado y le dije: “Oye tu eres mi mujer” (aplausos y risas) Y ella lo sabía, ese es Dios.

Yo estoy seguro que le pongo otra ropa a la Madre Teresa y la siento por aquí y hasta el último que entre, sabrá que esa es Teresa, hay una luz, no sé qué es. Yo me imagino cómo habrá visto el bautista a Jesús, hasta sospecho cómo se dio cuenta, más allá de que después la paloma en el hombro… estoy seguro, porque hay una cosa, uno sabe.

Y ella me dijo: “Si soy tu mujer”, extraordinario, yo tenía 40 años, ella 20, parecía la canción de José, se lo conté un día a José, es un gran amigo, y se puso a llorar, se emocionó mucho, casi es nuestra esa canción, pero lo que diferencia es que nosotros fuimos muy felices, no había pleito con eso.

Y estaban los padres azorados ahí, a mí me costó mucho hablar en inglés esa frase “sos mi mujer”, me presentó a los padres y le dije: Bueno despídete de ellos no? Y se despidió. Hoy, pero vean lo que es la vida, que maravilla, yo me fui de aquí, te acuerdas? 

Cuando yo me fui de aquí, después de estar aquí trabajando, al otro día que me fui de aquí la conozco, y ahora me voy también para allá, y voy a pasar en el auto frente al hotel donde yo la conocí, hasta llegar al centro de la ciudad, con felicidad, porque cuidado lo que uno amó nunca muere, sino no es amor, nunca muere, y no depende de lo que te dé y como actúe, eso es el amor, eso es extraordinario. 

El amor hace que uno tome lo malo con gracia y que no discuta aquello con lo que no está de acuerdo y que sigas dando amor, es la otra mejilla. El amor nunca pide, el amor es dar, nunca se agota… Y me la llevé, eran las 10 de la mañana, ya me la llevé conmigo, te alquilan… te dan la ropa hasta acá…, hasta donde llega la foto, el smoking, el vestido de novia hasta acá, para la foto es, eh… (risas) porque fue el primer lugar, ella sabía que Dios la había puesto para mí, yo también sabía, entonces estaba tan claro no… que en cualquier lugar nos metimos y nos casamos. 

Después nos dijeron que no era del todo legal y que había que hacer… bahh, nos casamos en Las Vegas y pagamos 15 dólares más y nos tiraron arroz y nos cantaron una canción lamentable… (risas). Y tuvimos una hija maravillosa, un año y pico después, bella como ella. 

Yo les decía al principio, que cuando conocí a mi mujer, ella estaba tapada de whisky y de droga y era modelo de esas revistas. Sin que nos diéramos cuenta ninguno de los dos, empezó a caminar el mundo conmigo, China, la India, Japón, este… bueno ya sabes, Tierra Santa dos veces, con ella fui, una Noche Buena de Belén que canté. 

Empezó a conocer otro mundo y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, había salido en 6 meses de la droga y del alcohol, así…!huhhhh! solita. Tuvimos una hija muy bella y un día yo perdí un avión y el avión se cayó con las dos y cambiaron de lugar, se mudaron, porque lo que nosotros le llamamos muerte es mudanza, porque ahora yo lo sé esto, conmigo, sino yo tendría que salir corriendo a buscar otra mujer, no se queda acá, mi hija tenía 6 meses, cuando el accidente. Yo perdí ese avión iba de los Ángeles a Chicago y yo venía de Boston de cantar en Harvard y perdí la conexión… y fue otra prueba de Él. 

Me sacó a mi mujer y a mi hija, por dos razones: Primero para que sepa que el amor es invicto y que no es solamente lo que se toca y lo que se ve, eso lo aprendí ahora, como puedo decir: que mi madre está ahora hablando con ustedes aquí, se supone que Jesús murió hace 1994 años, no conozco un ser humano más vivo en el planeta… (aplausos) Hay gente que todavía…(aplausos)

Y la segunda razón que yo la sospecho, y la sospecha Teresa y la sospechaba Krishnamurti y también la sospecha el Sai Baba que es un gran amigo, es que cuando Dios quiere que trabajes para Él es full time y me dijo: Vas a trajinar exclusivamente el espíritu y tal vez el intelecto como una herramienta y olvídate del resto. Cuando el animal se queda atrás, escuchas más que nunca al espíritu, ahora entiendo la abstinencia, ahora sí. Ahora sé que toda esa energía, toda esa lívido se va al espíritu y eso lo saben los hombres mayores de edad y los religiosos, los que han entregado su vida al Padre. 

Eso fue el 12 de Junio de 1978, esto del accidente, de la mudanza. Me encontré en Los Ángeles a los dos días con dos cajas de metal con las cenizas de las dos y empezó todo de nuevo. (Sigue 7 Parte final)


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