De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo le puedes decir basta a la mujer que ya no te gusta, al hombre que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste porque la vida es aquí y ahora mismo (aflójate, no tienes que cuidarte porque aquí no hay enemigos, aquí hay un hermano, aquí no tienes que vender o comprar nada, aquí el tiempo no importa porque señorea la eternidad, aquí no se blasfema, aquí se bendice).
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