martes, 9 de diciembre de 2014

Carta a los Romanos, 3:10-20

Carta a los Romanos, 3

10. como dice la Escritura:
11. No hay nadie bueno, ni siquiera uno. No hay ninguno sensato, nadie que busque a Dios.
12. Todos se han extraviado, ya no sirven para nada. No hay quien obre el bien, ni siquiera uno.
13. Su garganta es un sepulcro abierto, y con su lengua urden engaños.
14. Sus labios esconden veneno de serpiente y su boca está llena de maldiciones y amargura.
15. Corren a donde puedan derramar sangre.
16. Detrás de ellos dejan ruina y miseria.
17. No conocen el camino de la paz,
18. el temor de Dios es lo que menos recuerdan.
19. Pero sabemos que todo lo que dice la Escritura está dicho para el mismo pueblo que recibió la Ley. Que todos, pues, se callen y el mundo entero se reconozca culpable ante Dios.
20. Porque en base a la observancia de la Ley no será justificado ningún mortal ante Dios. El fruto de la Ley es otro: nos hace conscientes del pecado

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