FACUNDO CABRAL ENTREVISTA
de Juan Carlos Mareco
(Transcripción Juana Macedo. -6-)
-Tengo una guitarra pobre vieja pero conservada, porque la tengo cuidada para que en vida me sobre, hace que ánimo recobre, si estoy triste o me aletargo y cuando de un rato amargo para olvidarme la afino parece que a cada trino, las penas pasan de largo.
-Eso no quiere decir que toques o que cantes, si no queres no cantes, tampoco el día 31 es para andar cantando, ahora si queres canta… Barroso queres que cante… ese Correntino a los 32 años terminó su séptimo grado, ese mozo… está contentísimo.
Qué lindo ah, Einstein cuando tenía 60 dijo: Caramba no se el griego antigüo, y se puso a estudiar, como él, cuando vos te encontras con gente así que tiene ganas y lo elige, no lo mandó nadie, fue porque lo eligió, entonces la vida es una fiesta, por ahí anda la cuestión.
Yo voy a cantar esto Mareco, porque esta es la canción que me dio más alegrías en todo este año porque voy a Jujuy y la gente la canta, porque voy a Ushuaia y la gente la canta, me la cantan los muchachos de Maldivas
Te están viendo en Jujuy, Ushuaia, dijiste todos esos lugares…
Si, si hemos hecho cincuenta y pico de ciudades, no, 60, todo el país desde Mendoza hasta Entre ríos el otro día en una plaza, la cantan ellos y me gusta mucho que la canten, porque en el momento que todo te habla de que tenes que consumir más, de que tenes que tener más cosas, de agrandar la casa, del televisor a colores, la heladera, esta canción habla de todo lo contrario.
Recordando al viejo Diógenes, aquel señor Carlomagno se acerca desde su caballo y desde arriba le dice a él que estaba tirado en la calle, al viejo Diógenes, le dice: Maestro en que te puedo ayudar, y Diógenes le dice: En una sola cosa, “hazte a un lado que me estás tapando el sol”.
En el Néguev los beduinos dicen si quieres hacer algo por mi, por favor hazlo por ti, y cuando quieren hablar bien de algún amigo dicen: Me da porque no me quita. Dame la chance que yo me lo gane, si queres hacer algo por mí, por favor hazlo por ti, o no me quites lo que tengo, no quiero nada tuyo pero no me quites lo mío, sería muy bueno esto para los grandes, las potencias no, los países imperialistas, que ya no saben que hacer con la basura y no las mandan en los discos, nos la mandan en las series, nos la mandan por todo lado, en los libros… La canción se llama “Vuele Bajo” vos la conoces.
Mira qué lindo, mira yo me había olvidado, hoy es 31, hoy cumplo 25 años con la canción, fue el 31 de diciembre de 1959 en el Hotel del Viejo Parisier.
-Cómo te acordás?
Me acordé ahora, mira vos, fue inolvidable eso, yo veía preparar las fiestas desde afuera, esas arañas gigantescas, antes que fuera teatro, te acordas que era un salón haber trabajado ahí, y veía a la gente como preparaba todo y veía que la gente cantaba ahí, fui pedí trabajo y me lo dieron y canté esa noche y un señor hermoso, en el oído le sugirió a Parisier que yo me quedara ahí y me quedé toda la temporada y la primera canción que canté fue esta porque fue la primera que había escrito.
No crezca mi niño no crezca jamás
los grandes al mundo le hacen mucho mal
el hombre ambiciona cada día más
y pierde el camino por querer volar.
Vuele bajo porque abajo esta la verdad,
esto es algo que los hombres no aprenden jamás
Por correr el hombre no puede pensar
que ni el mismo sabe para dónde va
Siga siendo niño y en paz dormirá
sin guerras ni máquinas de calcular
Vuele bajo porque abajo esta la verdad
Esto es algo que los hombres no aprenden jamás
Son diferentes los dirigentes, los pueblos son iguales, yo lo vi en la Siberia, lo vi en Pekín lo vi en Bronx de New York, en Tandil, en Tucumán, los pueblos son iguales, los pueblos quieren vivir con los pueblos y los dirigentes los separan, hay otros intereses terribles, la gula la maldita gula, la maldita propiedad, ahí empieza el robo, a propiedad es el robo, Diógenes cuando pasaba por el mercado se reía, el viejo hermoso, porque me causa mucha gracia decía, y a la vez me hace muy feliz al ver cuantas cosas hay en el mercado que yo no necesito. Los Tarahumaras, en México en la Sierra Tarahumara en Chihuahua, los viejos dicen: “Si las armas fueran necesarias habríamos nacido con ellas”. Es decir, se supone que Dios no es tonto al decir yo tengo lo que necesito para vivir, lo necesario, cuando uno aprende que es lo necesario, siempre tendrá lo suficiente, me dio dos brazos no me dio una fábrica, me dio una cabeza, no me dio 40 sombreros, no me dio un país, me dio el mundo para caminar porque está lleno de gente que es hermana mía…
Dios quiera que el hombre pudiera volver
a ser grande un día para comprender,
que está equivocado si piensa encontrar,
con una chequera la felicidad.
Vuele bajo porque abajo esta la verdad
esto es algo que los hombres no aprenden jamás.
Gracias a la gente, a la gente de todo el país
Facundo Cabral/Juana Macedo