lunes, 4 de diciembre de 2023

LA OMISIÓN. REFLEXIÓN.


LA OMISIÓN. REFLEXIÓN.

Podemos definir "OMISIÓN" como el bien que podemos hacer y no hacemos y es tal vez uno de los más grande errores que cometemos.
Justificamos nuestra indiferencia diciendo: "eso no tiene que ver conmigo" o "yo no tengo la culpa" y otras frases que adormecen nuestra conciencia ante aquello que, pudiendo hacer, no hicimos:
- Las lágrimas que vimos rodar en el rostro de quien está a nuestro lado y que no enjugamos, por no querernos involucrar.
- El papel tirado en el suelo que no recogemos, porque fue otro quien lo tiró.
- El pedazo de pan que no compartimos, porque lo obtuvimos con nuestro propio esfuerzo, nadie nos lo regaló.!!!
- No trabajar ni un minuto más, porque el contrato dice el tiempo exacto por el cual nos pagan.
- La discusión o pelea (ajenas) que no quisimos evitar, para no meternos en problemas.
- La herida que no quisimos curar, porque no fuimos nosotros quién la provocamos.
- La palabra de aliento que nunca regalamos a quien encontramos afligido, por temor, vergüenza, por estar enojados con esa persona o por el "qué dirán”.
- El tiempo que le negamos a alguien que necesitaba hablar, diciéndole lo ocupados que estamos y lo mucho que tenemos por hacer.
- La ofrenda que no dimos, porque el dinero lo ganamos con mucho esfuerzo como para regalarlo.
- La mano que no estrechamos para que otros no piensen mal y no sentirnos juzgados.
- El abrazo que no dimos porque esa persona me cae mal o por ser simplemente el marginado o marginada.
- La respuesta airada al que nos hirió, porque claro, si callamos y no nos vengamos, creerán que pueden herirnos y pisotearnos siempre que lo deseen.
- La sonrisa que negamos a aquel que encontramos en el camino, porque no tiene nada que ver con nosotros.
- La oración que no elevamos, el perdón que no ofrecimos, la carta que alguien esperó y nunca escribimos.
- La palabra de consuelo o aliento que pudo ayudar a una persona afligida y jamás pronunciamos.
- La visita a ese enfermo que quedó en el olvido.

... Y tanto, pero tanto bien, que pudiendo hacer, por mil excusas y razones que inventamos, no hicimos...

Esa es la rutina en la que a diario vivimos, ese es el camino que se nos presenta cada día pero que no elegimos; porque nos dejamos llevar por lo que dicen y hacen los demás; pensamos en el bien propio e ignoramos lo que siente, piensa y necesita mi prójimo, ya no digamos el resto de la humanidad...

Vivimos creyendo que con hacer lo que nos toca y no hacer mal a nadie, ya somos buenos y nos hemos ganado el cielo y el perdón de Dios; no nos damos cuenta que si sólo hacemos lo que no nos cuesta, somos siervos inútiles.
Jesucristo hizo realidad el amor y no se conformó con sanar y predicar, sino que inventó una nueva definición del amor, algo que le da su inigualable valor:
¡Él fue capaz de amar al extremo de dar su vida, derramar Su sangre preciosa y todo por amor a ti y a mí....!!!
Aún estamos a tiempo, hay mucho bien que, sin darnos cuenta, podemos realizar. Podemos esforzarnos un poco más y expresar amor a quien lo necesita; eso es lo que nos hace semejantes a Dios.

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