domingo, 12 de mayo de 2019

MADRE HASTA LA MUERTE. Reflexión



Mamá de 98 años se muda a un hogar de ancianos para cuidar a su hijo de 80 El amor de una madre por sus hijos y el deseo de cuidarlos nunca se acaba. La historia de Ada Keating, de 98 años, y su hijo mayor, Tom, de 80, lo demuestra. Tom y su madre tienen una relación muy estrecha y siempre la han tenido. El mayor de cuatro hermanos, trabajó como pintor y decorador, pero nunca se casó. 
Durante toda su vida, Tom vivió con Ada. Sim embargo, llegó un momento en que Tom necesitaba cuidados adicionales y se mudó al hogar Moss View en 2016. Ada, una ex enfermera, lo iba a visitar, pero no era lo mismo. Echaba de menos ver a su hijo todos los días, así que un año después, decidió mudarse a la institución para vivir con él. Ahora Ada y Tom pasan sus días juntos, a veces desde la mañana hasta la noche. “Todos los días le doy las buenas noches y los buenos días”, dijo Ada. Tom está feliz de tener a su madre a su lado de nuevo. “Son muy buenos aquí, y estoy contento de que mi mamá viva aquí”, dijo. “Ella es muy buena cuidando de mí. A veces me dice: ‘¡Compórtate!'”. El resto de la familia también está feliz de ver a Ada y a Tom juntos de nuevo. Las dos hermanas de Tom, Barbara y Margi, los visitan, junto con la nieta de Ada, Debi Higham. El gerente de Moss View, Philip Daniels, dijo: “Es muy conmovedor ver la estrecha relación que comparten Tom y Ada y estamos muy contentos de haber podido satisfacer sus necesidades”. “Es muy raro ver a las madres y a sus hijos juntos en el mismo asilo, y ciertamente queremos que su tiempo aquí sea lo más especial posible”. La carrera de Ada es un ejemplo de su naturaleza bondadosa. Era enfermera en el antiguo Hospital Mill Road, que fue destruido por un bombardeo alemán durante la Segunda Guerra Mundial. El 3 de mayo de 1941, al menos 78 miembros del personal y pacientes perdieron la vida en el ataque. Un miembro del personal que sobrevivió recordó: “Todos fueron heroicos, enfermeras y pacientes por igual. Se lo tomaron con mucha calma. Las enfermeras fueron maravillosamente valientes”.

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