Por eso tengo derecho a decir que no hay guatemaltecos, ni mexicanos, ni hay argentinos, es solamente el miedo nos divide, somos terráqueos gracias a Dios. La más grande noticia la trajo Él, como siempre, uno solo es el padre, yo no sabía esto, mi padre tampoco lo sabía, mi padre humano no, tampoco lo sabía, para hablar mejor con mucha más propiedad, el marido de mi madre tampoco sabía esto.
Un día se olvidó que tenía 6 hijos y se fue y la dejó sola a mi madre, yo era el séptimo.
Les voy a contar esta historia porque es casi como una fábula, como es la vida de cualquiera, y esto lo cuento con mucha alegría, yo estoy seguro que son todos seres humanos de fe, pero a lo mejor alguien está dudando, y sería una falta de respeto a Dios dudar. Yo les quiero mostrar desde dónde se puede salir, hasta ser un hombre libre que eso es lo que soy...
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