MI MADRE NO HA MUERTO ...
Todas las montañas de mi tierra amada,
que siempre rodearon a la madre mía,
aquella mañana quedaron calladas,
porque al cielo eterno, mi madre partía.
El sol matutino que estaba naciendo
salió lentamente con mucho recelo;
al ver a unos ángeles cantando y sonriendo, llevando en sus alas, a mi madre, al cielo.
Aquellas montañas vieron a mi madre
levantarse siempre con la luz del día;
por eso al Creador le plació llevarse
muy de mañanita a la madre mía.
El azúl del cielo se hizo más intenso
en mi tierra amada aquel día especial;
mi madre ese dia levantó su vuelo
a vivír por siempre en La Eternidad.
Las calles del pueblo que ella recorría
y esa casa grande donde ella vivió,
quedaron tan solas, tan entristecidas
y es que ya mi madre no está...¡Partió!
Hoy allá en el cielo, más allá del sol
descansa mi madre en reposo santo,
hasta que de nuevo vuelva El Salvador
y estaremos todos, junto a él reinando.
La dulce sonrisa de mi madre amada,
su voz dulce y tierna, yo recordaré;
también los poemas que ella recitaba
en mi alma siempre yo los llevaré.
Ahora me queda seguir en la vida
viviendo de forma correcta y cabal;
para ver un día a mi madre querida
y estaremos por juntos por la eternidad.
Gracias mi viejita por darme tu abrigo,
todos estos años que quiso mi Dios;
por amarme tanto y estar tú conmigo,
que aunque estuve lejos me diste calor.
Mi madre no ha muerto, nunca morirá,
porque su recuerdo ahora vive en mí;
en mi pensamiento por siempre estará,
hasta que me toque al cielo partir.
Estimada es siempre para Nuestro Dios
la muerte tranquila de sus hijos santos;
¡Oh Señor, te pido con llanto y dolor:
¡Recibe a mi madre que te ha amado tanto!
Autor : CARLOS ALBERTO VELAZCO
carlosalbertovelazco
GUARAQUE VENEZUELA, Octubre, 20 - 2019
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