miércoles, 3 de agosto de 2022

ALZHEIMER

ALZHEIMER
Va Cindi tranquila por la av. del Taller, cerca del parque del obrero, aquí en la ciudad de México, de pronto no recuerda a dónde va y lo peor, ni cómo se llama. Ella siente miedo y sigue caminando hasta llegar hasta esa taquería que hay en la esquina de la calle Compás, se sienta y pide una vaso con agua.

Un rato pasa, como diez minutos y recuerda que encargó hace un momento un arreglo floral en la calle Yunque, que es cumpleaños de su madre y arreglaba la casa antes que lleguen los invitados.

Ella recogió las flores, va a su casa que es cerca del mercado Sonora y ve un desorden total,... el cumpleaños fue ayer, pero no recuerda mucho, algunos sucesos de la fiesta le llegan borrosas a su memoria.

Se sienta un rato en una silla, medita y decide buscar a su mejor amiga Ana Carolina, platica más de lo normal con ella, le tiene más confianza que a su propia familia y le pide mil cosas, como que si llega a olvidar un día, le recuerde lo mucho que le gustaba tocar la guitarra y le repita su nombre una y otra vez.

Tiene tanto miedo de olvidar las cosas cotidianas que le pide que cuando llegue el momento, le recuerde sus más grandes sueños y sus peores derrotas. Que si olvida a su más grande amor, que es su hijo, lo lleve ante él, lo haga abrazarlo y tal vez sienta el amor si éste traspasa las barreras de la memoria.

Pero Cindi sale nuevamente a la calle, se ha propuesto sonreírle a todo el mundo para que la sonrisa se quede grabada en su rostro. Al volver a casa nuevamente, le da las llaves de su habitación a su madre, le dice que si algún día decide irse de casa, que la encierre y bote la llave... y mamá la mira con mucha gracia.

Más tarde se duerme pensando en decirle mañana a Ana Carolina, que le recuerde lo mucho que le gusta pasear por la playa sin zapatos y Ana va más allá al planear un viaje a Acapulco para fin del mes, que finalmente esta a unas pocas horas... El mar, testigo de sus más grandes aventuras y donde conoció el amor la primera vez.

Si un día la veis por la calle caminando sin rumbo, no le tengáis lástima y regaladle una sonrisa.

( con cariño a quienes tienen o han tenido un ser querido que olvidó sus vivencias).

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