miércoles, 18 de octubre de 2023

LO CORTEZ NO QUITA LO CABRAL. 12va. parte. Facundo Cabral

 

Dice el gaucho de La Pampa donde comencé a cantar
que cuando el caballo es de uno no lo tenemos que atar.

Si la tenes que cuidar tanto, todavía no es tu mujer.
Una tarde mexicana me dijo Laura Esquivel:
A la mesa y a la cama solo se llama una vez.

Tienes que estar atento para no quedarte fuera de la fiesta.
En la Sierra Tarahumara a una niña le escuché
¿Pa, que voy a tener hambre si no tengo que comer?
Los Tarahumara creen que Dios solo les permite
hasta donde alcanza su brazo< (Desear más allá es decir
donde no alcanza es sufrimiento seguro)
El deseo es el principio del conflicto,
a cuanto más deseo más desdicha, por eso San Francisco decía:
Deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco.
Al costado de Florencia un Jesuita me enseñó
que es mejor que uno no pida, aquello que nunca dio.


San Agustín aconsejaba, solo pide justicia,
pero sería mejor que no pidieras nada, o dicho de otra manera
no interrumpas con tu pequeña cabeza la grandiosa tarea del Señor.

Alguna vez un presidente de mi país le dijo a mi madre cuando se la presenté
!Que gusto de conocerla Sara! ¿En qué puedo ayudarla?
Y ella le contestó: ¿Con que no me jode es suficiente?

Los gitanos de Sevilla nunca dejan de cantar,
que es mejor gastarse andando que cuidarse en un lugar.

No pierdo tiempo en cuidarme, la vida es bello peligro,
del peligro de amor mi madre tuvo siete hijos.
Si hubiera cuidado de mi padre y su fervor,
a la reunión de esta noche le faltaría un cantor.

Dicen los hombres barbados del desierto de Negev
que aunque uno esté dormido no deja de amanecer
En la India milenaria de los viejos aprendí
que solo aquel que ha vivido tiene derecho a morir.

Por el tiempo que he vivido yo les puedo asegurar
que el amor nunca se muere solo cambia de lugar.

El amor no muere, cambia de lugar, la mujer que uno perdió
la ganó otro, la mujer que otro perdió la ganó uno.
Yo salí de mi pueblo dejando una novia y volví
encontrando una cuñada. Unos años después,
cuando vi en la bola de grasa que se había convertido, le dije
a mi hermano; !Gracias!.

(Texto y música de Facundo Cabral)

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