domingo, 11 de enero de 2015

Lucas 2.22,28-33




Lucas 2. 22 Asimismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor,25.Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Este hombre esperaba el día en que Dios atendiera a Israel, y el Espíritu Santo estaba con él.

28.Simeón lo tomó en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras:

29.Ahora, Señor, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho.

30.Porque mis ojos han visto a tu salvador,

31.que has preparado y ofreces a todos los pueblos,

32.luz que se revelará a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel.

33.Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que se decía del niño.

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