EL LOBO Y EL MURCIÉLAGO.
(Transcripción Juana Macedo)
Volando de rama en rama un murciélago adormitado fue a caer sobre un lobo dormido. Este, despertando al instante, lo tomó y al punto intentó devorarlo.
Entonces, el murciélago clamó por su libertad.
-Te dejaré libre –díjole el lobo-; pero con la condición de que me digas por qué los murciélagos son tan alegres y retosones. En cambio, yo siempre me fastidio.
-Me asustas sobremanera -replicó el murciélago-. Déjame volar a mi cueva y te lo explicaré al punto.
El lobo lo dejó libre y el murciélago le increpó:
-Te fastidias, compadre, porque eres malo y tu crueldad seca tu corazón. En cambio, a nosotros nos ves alegres porque jamás intentamos dañar al prójimo.
QUIEN A NADIE HACE DAÑO, VIVE FELIZ TODO EL AÑO.
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