Última presentación de FACUNDO CABRAL en Quezaltenango. Guatemala (2)
Mi padre abandonó a mi madre con 7 hijos y caminamos cruzando el desierto de la Patagonia que son un poco más de 3000 kilómetros en 9 años y en esos 9 años fui perdiendo a mis hermanos, es decir conocí a la muerte antes que a la vida. Iban desapareciendo mis hermanos por el hambre y por el frío porque no había por ahí, ni siquiera gente para ayudarte.
A los 9 años logré llegar al auto de Perón y de Eva Perón que recién subían al gobierno y nos dieron una escuela para vivir y un sueldo para cuidar y limpiar esa escuela y yo me fui a vivir solo ya a los 9 años para ayudar a mi madre, andaba por los campos y de vez en cuando volvía a la escuela y traía el dinero para ayudarla, lo traía a las buenas o a las malas, pero lo traía.
Y a los 14 años viviendo en el campo con gente mayor, no hay nada que hacer, por supuesto no existía la televisión, no había ni radio, para hacer el amor había que casarse y era demasiado caro el precio, te imaginas, perder la libertad para tener un coito mejor sigo virgen.
Y con los campesinos sin darme cuenta a la noche se pone a azar la carne, nos sentamos alrededor, siempre había una guitarra, escuchábamos primero a los viejos que contaban sus anécdotas, los viejos que eran los sabios los que tenían más experiencia, siempre tuvimos como en el américa precolombina y como en el oriente un respeto muy grande, el principal respeto a los mayores.
Y después daba vuelta la guitarra y cada uno cantaba su milonga, ponía su copla, pero sin pensar que uno cantaba bien o mal o que una iba a ser artista.
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