jueves, 8 de diciembre de 2016

SOMOS PARTE DE DIOS. Autor: Facundo Cabral. Homenaje a Facundo Cabral. Eternamente.



Autor: 
Facundo Cabral 
26/04/2016 

SOMOS PARTE DE DIOS 

Todos somos parte de Dios, y sólo al olvidarlo aparece el Diablo, que es una invención de nuestro miedo, que aparece cuando nos alejamos de la verdad, por eso el sabio pasa desapercibido, no juzga ni se asombra ni se enfurece, sólo acepta porque sabe que siempre sucede lo que debe ser. 

Todos somos la sal de la Tierra, por eso en algún momento todo poeta escribirá el verso más bello del mundo y todo músico la mejor partitura porque a cualquiera le es dado un momento de sublime inspiración, en un momento todos somos Jesús o Herodes o los dos en el mismo día. Todos percibimos, en un momento, la iluminación, pero pocos la mantienen, la mayoría retorna al miedo y sus ignorancias, a la mediocridad Y sus servidumbres. 

Estar con los que uno debe estar es el primer dato de sabiduría, no pierdas tiempo con los que no comparten tu sueño, no te agotes tratando de convencerlos, ganarás tiempo con los que no pierden su tiempo con la duda que empobrece, los que prefieren la curiosidad que enriquece. Fácilmente serás alcohólico con los alcohólicos y sano con los sanos, fácilmente te atrasarás con los que protestan y crecerás con los que proponen, entonces harás y aceptarás solamente lo mejor. 

Pero no olvides que no hay hombre más grande que tu sueño, el que sólo tú puedes alcanzar. El te llevará adonde nadie llegó, pero recuerda que no es suficiente hacer lo posible, es necesario hacer lo imposible. Prepárate para trabajar porque lo mucho exige mucho, no olvides lo que le pidió el rey David, moribundo, a su hijo Salomón: ¡Esfuérzate, anímate y levanta el templo que tanto soñé! 

Define tu sueño y limpia el camino para llegar a él. Si la base es sólida alcanzarás la cima, pero también debes estar preparado para el descenso (no terminarás esta etapa de tu vida en la cima de la montaña sino en la paz del valle). 

Nada como descansar después de haber cumplido la tarea, de haber concretado tus mejores sueños, como quiere la vida que te los acerca (no les quites a tus hijos la confianza en sí mismos asegurándoles lo que ellos deben conquistar, no olvides que sólo cuando uno se hace cargo de su propia vida comienza a ser parte de la Historia.) 

Para un espíritu cultivado, dominar un deseo es más placentero que concretarlo, es la victoria sobre uno mismo, sobre lo más caprichoso de uno, es confirmar que tenemos todo el poder sobre nosotros, único poder saludable (un cobarde y un valiente viajan en el mismo hombre, vencerá el más astuto de los dos). La realidad aparece cuando nos encontramos con nosotros mismos.

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