lunes, 29 de julio de 2019

FACUNDO CABRAL - FERROCABRAL - II parte (Transcripción Juana Macedo)

FACUNDO CABRAL - FERROCABRAL - II parte (Transcripción Juana Macedo) 



Soy repetidor de Whitman: "Me canto y me celebro, me celebro y me canto. Y si me canto y me celebro, te celebro y te canto, porque cada átomo que me pertenece, te pertenece, porque cada átomo que te pertenece, me pertenece, porque tú y yo somos la misma cosa" decía el viejo Whitman. 

Y me acuerdo porque la primera condición que debe tener un cantor es buena memoria. 

Que Tagore decía: “Que cuando el hombre trabaja Dios lo respeta, más cuando el hombre canta Dios lo ama”. 

“Laralalarala lalarala” 

El pobre que anda sin copla por esta vida prestada, más que pobre es un fantasma y más que un fantasma es nada. (Aplausos) 

Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte, viendo como el progreso acaba con la gente. 

Cuando el tiempo de los claveles regresa contento donde María cultiva el arte mayor de las hogueras, es decir, Andalucía. 

Alguna vez nos presentaron a una condesa por ahí, a aquel dilecto amigo que fue Jorge Cafrune y a mí. 

El turco la miraba a la condesa y la condesa lo miraba al turco. Estaba tan asombrado uno como el otro. ¿Qué será eso? 

El señor que nos la presentó dijo:
"Es una gran mujer, acaba de donar un terreno de su familia para que el municipio de Sevilla haga un parque público. Y el turco le dijo sin dejar de mirarla: ¿Donó o devolvió?". 

Me detengo en México donde siempre hay algo para festejar: "Nos vamos a echar unos tragos, pero sin exagerar sólo hasta caernos, porque no es de caballeros andar bebiendo por el suelo. 

"Si el vino te hace mal para el trabajo, pues deja el trabajo." 

"Pues fíjate si será malo el trabajo que deben pagarte para que lo hagas." 

"Yo nunca le pude decir a mi mujer que era una imbécil porque no me hubiese entendido." Jaajaa (ríe Facundo) 

"Y Dios creó a la mujer y ella le dijo: mi Señor, si María concibió sin pecar, ¿no podría yo pecar sin concebir?"
"El diablo sabe por diablo, pero más sabe por Freud". 

Me detengo en San Francisco donde siempre hay algo para oír, por lo menos cuando Krishnamurti anda cerca eh. 

Ese que bien sabe que la revolución fundamental es revolucionarse. 

Me detengo en Creta donde siempre hay algo para amar. En Jerusalén donde siempre hay algo que aprender, incluso no acabar con Beiruth. (Sigue la parte 3)

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