Estoy aquí para recordarte que en una cabeza llena no puede entrar nada, y la vida es el milagro que pasa constantemente, por eso hay que estar vacio para sus novedades, no lleno de opiniones, de teorías y de análisis que solo traen conflictos, basura que enferma y asfixia a la cabeza, por eso jamás encontrarás a un intelectual feliz, siempre fragmentado por tantas preguntas, perdido entre ellas, fuera de él mismo.
No le temas al vacío, no creas que es la muerte, no lo llenes con doctrinas, con malas costumbres heredadas, deja que la vida te llene todas las mañanas, entonces volverás a ser un niño, jugando de asombro en asombro en la existencia, que es plenitud.
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