lunes, 12 de agosto de 2019

LA MADRE DE FACUNDO. Pla Ventura

Ha llegado a mi poder una entrevista que el diario Clarín le hacía a la mamá de Facundo Cabral, hace ahora por lo menos cuarenta años y, el documento, como tal, es revelador. Y me sitúo en la fecha porque el documento me llega “sine díe”, pero por lo que he podido leer me centro en aquellos años a los que aludo.

Bellísimas las palabras de doña Sara las que le dedica a su hijo puesto que, dicha “certificación” nos viene a corroborar la grandeza de todo lo que Facundo Cabral nos contó al respecto de su madrecita. Doña Sara adoraba a sus hijos, acción propia de toda madre; quiénes somos padres le podemos entender a la perfección. 

Pero al margen del amor que podía sentir por Facundo, lo que ella promulgaba era un respeto desmesurado hacia su hijo. A los hijos hay que dejarles volar; guiarles en la medida de lo posible, pero permitirles que alcancen el vuelo por ellos mismos, eran las palabras de doña Sara que, tantos años después de que ella las pronunciara, me han emocionado.

De las palabras que tantos años después hemos podido leer de doña Sara, ante todo se percibe que dicha señora vivía sin rencor; justamente como siempre nos la dibujó Facundo. Y además de vivir sin rencor, agradeciendo siempre a las personas que le ayudaron, muy concretamente, a la señora Eva Duarte que les proporcionó una casa para vivir y un trabajo para ganarse la vida.

No puedo negar que ha sido emocionante leer ahora las palabras que tantos años atrás pronunciara doña Sara al respecto de su hijo. Como se ha demostrado, Cabral no morirá jamás; siempre habrá un ser humano capaz de amarle y, como en el caso que nos ocupa, que tras tantos años, alguien guardara como un tesoro la entrevista a doña Sara para que, tantos años después, los “cabralistas” nos emocionemos de nuevo.

Todos teníamos la imagen de doña Sara, tal y cómo Facundo nos la describiera; pero ahora, sus declaraciones, nos vienen a demostrar todo el amor de una madre hacia sus hijos y, como ella sentenciaba en dicha interviú, el respeto que siempre le entregó a su Facundito que, muchas veces le hacía sufrir al verle con aquellos pelos y aquella barba que, sin duda, definían al rebelde que Facundo llevaba dentro.

Doña Sara nos muestra la devoción que su hijo Facundo sentía por ella cuando confesaba: “Facundo viene muy seguido a verme; cada quince días me regala su presencia; me siento muy orgullosa de él; me regaló la casa donde vivo y procura siempre que no me falte de nada” Palabras emotivas que nos demuestran el cariño que madre e hijo se profesaban.

Tantos años después, como explico, las palabras de doña Sara nos han emocionado por completo. Como explico, siempre, respecto a Facundo, hay un motivo para la emoción y, tantos años después, las palabras de su madre nos han dado la medida de la grandeza de Facundo Cabral en calidad de hijo.

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