El anciano dijo :
-Cuándo mi cabello se ponga blanco y se haya caído con el pasar de los años, y las personas estén olvidando mi nombre. Cuándo ya mis manos están arrugadas y ásperas y no te puedan tocar con la misma pasión. Y mis labios se hayan secado de silencio y soledad.
La anciana le observó detenidamente,
Y contestó :
-amor, tú alma nunca podrá envejecer, el tiempo no existe, fuimos amor puro y me enseñaste el verdadero amor.
Escribiste en el libro de mi alma. Y me abrazaste tan fuerte que uniste.
Mis partes rotas, Cuándo sentía miedo a amar, a pesar de que mi corazón estaba cerrado.
Y me enseñaste el respeto, y la lealtad, Amor, ya es la hora de emprender el viaje.
Pero esta vez sin maletas, y sin nada material que poseemos. Todo se queda aquí. Madre tierra nos espera para acogernos en su regazo...
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