Hoy 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, fiesta que se hace en todos los países cristianos y con mucha tradición en los países latinoamericanos. Los peruanos tienen la tradición de visitar las tumbas de sus seres queridos y por motivos de la pandemia este año están cerrados todos los cementerios y no podrán hacerlo.
Esta fiesta fue instaurada por la iglesia católica a principios del siglo cuarto y fue para venerar a los consagrados por Dios, Como no existía ningún día para este rito, se decidió elegir el 1 de noviembre. Además, más adelante se empezó a usar el 2 de noviembre como el día de todos los difuntos, una fecha que en otras culturas decantaría en el actual Halloween.
Desde los años 50' se optó por tener la costumbre de adornar las tumbas de los cementerios con flores y velas, visitar los panteones los días 1 y 2 de noviembre. Antiguamente, la clase alta por las mañanas y los pobres por la tarde, la gente de dinero aprovechaba estos días para poder estrenar sus ropas negras que preparaban desde antes para poder lucirlas en los panteones, esta costumbre es de origen europeo.
A la media noche, se suele colocar una ofrenda donde se coloca su comida y bebida favorita, fruta, calaveritas de dulce y, si fuese el caso, juguetes para los niños a los difuntos, por lo general van dirigidos para algún familiar que ya no esté en vida. En otros países, acompañan estas ofrendas con la fotografía del difunto.
En Perú se solía acudir a los panteones en familia, acompañados de comidas, bebidas y hasta bandas musicales. Esta tradición se vive en todo su esplendor en uno de los cementerios más grande de Latinoamericana, 'Nueva Esperanza', en el distrito Villa María del Triunfo.
Hoy solo nos queda orar a Dios por el descanso eterno de nuestros difuntos, con respeto, por los mejores recuerdos vividos y amor a nuestros seres queridos. Dios los tenga en su Santa Gloria, todos ellos vivirán por siempre en nuestros corazones.
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