FACUNDO CABRAL 2001, (su mejor entrevista 2)
TRIBUTO Y HOMENAJE A FACUNDO CABRAL (Transcripción Juana Macedo)
Un presidente en mi país le dijo: “Sara que gusto de conocerla ¿en que podría ayudarla?” … mi madre le dijo con que no me joda es suficiente. El presidente inteligente le dijo si yo tuviera el 10% del país así, seríamos potencia en un año Sara.
¿Sabes por qué funcionamos con él? Él se encarga de su mujer y sus hijas y de la guitarra, por eso suena como suena y él va tranquilo a dormir a su casa porque yo me encargo de mi canto y de mi soledad, entonces los dos somos independientes, nos juntamos para crear una tercera criatura. Vos viviste todos estos años sin mí, yo viví sin vos, ahora vos aportá lo tuyo y yo lo mío y hay un canal, eso es una sociedad, no de este bando con el otro bando, yo no hablo con patotas, hablo con uno, estoy hablando contigo.
-No le temas a la soledad, lo dijiste en tu canción y ¿te sentís un hombre solitario?
Yo busco la soledad, yo amo a la soledad, le meto los cuernos con la libertad, porque la libertad es la hembra que más me excita.
¿Pero siempre amaste la soledad o un día aprendiste a amarla?
No, me dejaron solo, yo me tuve que acostumbrar de prepo. Mi padre se fue un día antes que yo naciera. Mi madre me parió en la calle, con 6 hijos y yo en la calle y murieron 4 de hambre y de frio en 8 años cruzando la Patagonia. La soledad me la impusieron, la soledad, el hambre, la bronca, el frio, después la vida me demostró que fue una gran suerte haber empezado por lo peor, porque lo que venía era lo mejor, vino lo mejor el postre después.
¿Tenés resentimiento de eso?
No, mi padre acaba de morir, lo conocí cuando tenía 46 años, nos abrazamos y fuimos grandes amigos.
¿Cuáles fueron las primeras palabras que le dijiste cuando lo conociste?
Mi madre me lo había dicho antes, yo termine de cantar… Mi madre mi dijo: “vos que caminas tanto un día te lo vas a cruzar y cuando te cruces con ese señor, me dijo: cuidado con juzgarlo, recuerda el libro sagrado honrarás al padre y a la madre. Ese hombre que vas a tener en frente, es el hombre que más amó, más ama y más amará tu madre. Y tercero, esto es una orden, dale un abrazo y las gracias porque por él estas aquí”.
Eso hice, nos abrazamos y le dije, gracias por el Nilo, por el Ganjes, por el Quijote, por los bosques, por los mares, por la mitad de la vida, porque si no hubiera sido por él, yo no nacía. Él fecundó a mi madre, yo nací, fuimos grandes amigos y nunca hablamos del tema, yo no lo podía juzgar.
Cuando uno se perdona no juzga, uno juzga cuando no se perdona. Eso me lo enseñó la madre Teresa, cuando yo me perdoné dejé de juzgar, yo que juzgaba a todos, tal vez ya no te acuerdes porque eras muy joven, yo andaba señalando…ya no.
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