FACUNDO CABRAL Su mejor Testimonio (Transcripción Juana Macedo)
Es bueno estar con ustedes, el sentido de la vida creo que es encontrarse, nacimos para encontrarnos. Como el artista se encontró con el más bello, como María se encontró con José, cuando nos encontramos, la vida es mucho más grata. Se lo dice alguien que ha vivido casi toda su vida en soledad, pero ahora es otra soledad, es una soledad elegida, no es la soledad a la fuerza, del principio.
Tengo derecho a decir que la humanidad es una sola familia y la tierra es un solo país porque llevo caminando 164 países en 35 años. Como me junto hoy con ustedes, me junto con hermanos vietnamitas que trabajan en los arrozales con el agua hasta la cintura, en Biafra, en Camboya, desayuno con la Madre Teresa con Iacocca que es uno de los hombres más ricos de EE.UU, desayuno de vez en cuando con algunos amigos en Cambandú, donde he visto cosas impresionantes, que nosotros podemos solucionar en diez minutos.
Por ejemplo he visto, los sábados al medio día se juntan las madres de los hijos recién nacidos para darse valor y los maridos alrededor hacen ruido para que no se escuchen el grito de los niños porque se juntan para romper sus piernas y sus brazos, algunas madres calientan un alambre rojo para quemar los ojos de sus hijos, para que queden ciegos, así pueden pedir limosna, porque es la única manera de sobrevivir, en una sociedad que se preocupa por la última novia de Julio Iglesias o la última novia de Michael Jacsón, donde se jerarquiza más al dinero que a la bondad, donde es más noticia Madona que la maravillosa Madre Teresa que es la presencia de Jesús en estos días, es un lujo que nos damos los humanos.
He desayunado en Kuwait dónde alguna vez vi que un señor en un desayuno le regaló a la hija una Ferrari de 250 mil dólares porque cumplía 18 años y ella se enojó, porque ya sabía que yo odio este color. He desayunado con gente que alguna vez me juntaron 37 mujeres porque yo cumplía 37 años y pensaron que ahí estaba mi felicidad.
Por eso tengo derecho a decir que no hay guatemaltecos, ni mexicanos, ni hay argentinos, es solamente el miedo nos divide, somos terráqueos gracias a Dios. La más grande noticia la trajo Él, como siempre, uno solo es el padre, yo no sabía esto, mi padre tampoco lo sabía, mi padre humano no, tampoco lo sabía, para hablar mejor con mucha más propiedad, el marido de mi madre tampoco sabía esto.
Un día se olvidó que tenía 6 hijos y se fue y la dejó sola a mi madre, yo era el séptimo. Les voy a contar esta historia porque es casi como una fábula, como es la vida de cualquiera, y esto lo cuento con mucha alegría, yo estoy seguro que son todos seres humanos de fe, pero a lo mejor alguien está dudando, y sería una falta de respeto a Dios dudar. Yo les quiero mostrar desde dónde se puede salir, hasta ser un hombre libre que eso es lo que soy, no hay Presidente que cambie mi vida, no hay hembra que cambie mi vida, no hay Ministro que cambie mí vida, no existe nadie, debajo he visto todo igual, por eso soy dueño de mi vida, por eso difícilmente me vean en los medios públicos, excepto en países como el de ustedes, si podemos hablar de país, en este rincón del mundo donde la gente es muy generosa conmigo, incluso los medios, muy generosos. Que no pasa esto en mi país, para el poder he sido siempre como un enemigo en mi país, no crean nunca que nadie se hará cargo de tu vida, te tenes que hacerte cargo vos de tu vida, porque una vez y yo lo conté en el teatro y lo quiero contar.
Mi madre, analfabeta, sacó 75 mil niños de la calle padre, antes de morir, nuestros niños ganan 3100 dólares por mes y tienen 4000 hectáreas, hacen estas botas y 71 productos más, mi madre, mejor dicho el padre a través de mi madre y un presidente argentino, anterior a Menen, se la presenté en una reunión a mi madre y el le dijo: Sara conozco su obra, que gusto de conocerla, …mi madre es una mujer excepcional, ya les contaré, yo soy un tipo con suerte, y el presidente le dijo a mi madre: Sara en que le puedo ayudar y mi madre le dijo: “con que no me joda es suficiente”… ¡Aplausos!
“Usted me puede dar un alma como me dio el Señor, me puede dar un espíritu con el que vuelo cada noche y en cada oración, usted me puede dar una voluntad que me pone de pie todos los días, imposible, nada me puede dar, simplemente un lugar en la sociedad, y la sociedad tal cual la vivimos es un juego macabro, es una sociedad injusta que privilegia al mediocre, a la telenovela, que me da solamente las peores noticias, nunca me dicen: bella primavera nacís, jamás, siempre trabajan en colaboración con el mismísimo diablo, me dicen siempre lo peor, para que creas que el mundo es una basura y es una infamia.
Mi madre decía: “El día del juicio final, Dios no va a juzgar uno por uno porque sería ardua tarea y tiene que ver un universo, está muy ocupado, va a juzgar el promedio de la humanidad y si juzga al promedio estamos salvados porque la mayoría es buena gente” y eso yo lo sé.
Cuando yo estaba por nacer, mi padre se fue un día antes de que yo naciera porque conoció a otra mujer y yo nací en la calle, mis padres alquilaban una casa y nunca le dijo a mi madre que hacia 3 o 4 meses que no pagaba los alquileres y entonces el dueño se enojó y la echó. Me dijeron que había niños acá huérfanos, no creo, no les crean nunca cuando les digan que son huérfanos por favor, porque todos tenemos un Padre y es eterno, no, por eso decía: Te puede faltar el marido de tu madre, jamás tu Padre, tu padre está siempre.
Mi padre se fue y yo nací en no sé cómo se llama acá esto? en la vereda, la banqueta… y mi madre se enojó con la sociedad y empezó a caminar hacia el Sur. Hace 57 años una mujer sola y una prostituta eran lo mismo, en algunas cosas el hombre avanza, evoluciona, hoy una mujer sola es una mujer sola, que se separó, no funcionó, a lo mejor tendrá otra chance.
Yo sigo pensando que tenemos una mujer prevista por Dios, una. Yo la tuve por eso vivo solo, yo soy viudo, tuve mi mujer y sigue viviendo en mi corazón, solo una mujer tiene un hombre, algunos les cuesta encontrarla y van de mujer en mujer hasta que llegan a la de él, que se yo, pero yo pienso que es una tarea inútil. Si Dios la tiene prevista te va a llegar sola, sino, no la puedes ir a buscar a la discoteca a través de la cerveza, porque es una hermana, yo le debo tremendo respeto y el amor trae la vida, no es una distracción más, no es tan inevitable, nadie se muere si no tiene un coito cada sábado a la noche.
Mi madre caminó 3500 kilómetros en 7 años, por eso yo solía decir que mi madre fue nuestro pequeño Moisés, con 7 hijos, cruzando un territorio muy difícil, un desierto, no crean que es esto ah, fruta, verde, acá Dios fue muy generoso, este flores por todos lados, mayas extraordinarios, no en el desierto de la Patagonia no hay casi nadie, llegaron algunos aventureros a buscar fortuna y esa gente es peligrosa.
Mi madre para la gente era algo así como una prostituta, porque nadie conocía al padre de esos 7 hijos y fuimos viviendo milagrosamente, digo viviendo porque es una forma de decir, no tan viviendo porque murieron 4 hermanos de hambre y de frío. Y comíamos de la basura, yo robaba también era el más hábil a pesar de ser el más pequeño, era del que menos se cuidaba la gente y así vivíamos… Ahora se me viene una imagen de mi madre extraordinaria, la veo ponerse de rodillas para agradecerle a Dios la basura que íbamos a comer… se arrodillaba ella, increíble, fíjate lo que era. Muchos años después en un lugar grande como este, con el príncipe Rainiero, en el Palacio en Mónaco, mi madre se arrodilló para agradecer lo alimentos y el Príncipe por primera vez se puso de rodillas en el suelo, quinientos dueños del mundo casi toda la aristocracia europea de rodillas porque esa mujer se ponía de rodillas antes de comer, nunca había pasado en el Palacio, por esa mujer, terminó siendo venerada, amada, esa mujer que decían que era una loca, que venía del lado de Buenos Aires
Quedamos tres, vivimos milagrosamente tres, yo el menor, dos más y mi madre, pero ya llegó un punto en que mi madre no podía ya caminar, estaba muy mal y se moría mi madre, se morían mis hermanos. Y escuché una cosa, escuché a un turco, cuando ya habíamos llegado a la tierra del fuego, estoy hablando de una zona que ahora en el mes de Junio, julio, agosto, a veces llega a 40º grados bajo cero la temperatura, un buen verano son 4 o 5 grados sobre cero, poca gente, mucho pingüino que son lindos los pingüinos. Yo salgo a caminar por mi zona y me siguen 3 o 4 o 5 mil pingüinos Padre, es maravilloso, las ballenas, nosotros jugamos con ballenas. Allí empecé a entender y amar y San Francisco en la relación con los animales. Ahora una vez por año voy con los de (inentendible) Richar Endicante Santerán y se les tira… duermo en un cuarto muy pequeño y se deja la puerta hasta este tamaño del suelo y se tira jamón y pan y cosas viejas en el cuarto en la cama, para que entren las ratas para hacer la creencia de dormir con ellas y sentir a Dios ahí también.
Escuché a un turco que decía: Llegó un Presidente nuevo que parece que está preocupado por los pobres se llama Perón, y por Dios no tomen esto como un anuncio político, yo descreo absolutamente de la política, descreo de todo lo que obliga a dividir, lo que empobrece y las ideologías ya le han hecho mucho mal al mundo. Tenemos que buscar lo que tenemos en común, por eso justicia es armonía de desiguales, izquierda y derecha son solo los costados de un camino, no hay otro, además ya hay una ley y es muy fácil de recordar: son los diez mandamientos, no me hace falta ningún congreso, nada. Mi ética, mi moral me exige amar al prójimo como a mí mismo, entonces de ahí en más todo será justicia y así se han hecho las mejores comunidades, las otras viven en pleito.
Escuché el nombre de Perón y me fui a buscar a Perón, yo tenía 8 años, tardé tres meses y medio en llegar hasta Buenos Aires, esos 3500 kilómetros, colgado en algún tren, en algún camión y llegué. Mi madre a partir de ese día, pensó que yo podía conseguir todo y tenía razón, yo creo en los milagros. Llegué a una estación de trenes que se llama Constitución y pregunté: ¿Dónde puedo hablar con Perón? Imagínate, el vendedor de verduras que le pregunté, la cara que habrá puesto, un niño que llega a Washington diciéndole cómo hablo con el señor Clínton?... Y él me dijo: Muy fácil por esta misma avenida la 9 de Julio, hasta una avenida que se llama 2 de Mayo, doblás a la derecha y te encontrás con una Plaza muy fea y una casa rosada muy fea, ahí está el Presidente. Pero va a ser difícil que él te atienda, me dijo, pero mañana va a la ciudad de la Plata que está a 50 kilómetros de aquí, porque es el aniversario de la ciudad, va a ir él con Eva Perón y yo fui a buscarlo hasta la Plata, ya estaba muy cerquita, este hombre me pagó el tren y me dio un dinero para comprar algo de comida. Fue mi primer amigo en Buenos Aires, lo sigo teniendo, Hoy tiene 85 años, él es como un hermano muy cercano, gracias a Dios nunca lo perdí, un día contesto en televisión y él llamó por teléfono y lo recuperé, después de tantos años, ni se acordaba que era yo.
Y había una multitud muy grande esperando al lado frente a la Catedrál al Presidente y a Eva Perón porque había un Tedeum, y yo era pequeño y la policía no se cuidaba de mí, viste, había un cordón y además era raquítico, yo era muy chiquito y logré pasar y llegué al auto del Presidente y me dijo que querés? Y le dije un trabajo, tengo 2 hermanos y una madre y la tierra del fuego está muy mal y Eva llamó a un señor y le dijo encárguese de esto. Y conseguimos una escuela, imagínese lo que era una escuela, nosotros cuidábamos la escuela, y limpiábamos la escuela, cuando se iban los niños, sacábamos los bancos de la aula y poníamos dos colchones y dormíamos, los tres hermanos en un colchón y mi madre en otro, era un paraíso y 160 pesos se sueldo que era más o menos un 30 o 40 por ciento menos de lo que ganaba un empleado en un banco, era como una fortuna para nosotros, era como 300 dólares, imagínate lo que era.
Mi madre la llevaron a internar a Buenos Aires, fíjense lo mal que estaba, que estuvo un año y dos meses internada en Buenos Aires, la salvaron y mis hermanos sobrevivieron de milagro.
Al poco tiempo me internaron a mí durante tres semanas porque cuando mi madre ya volvió de la internación en Buenos Aires, porque yo tenía problemas serios mentales. Yo tenía un solo sueño, el único sueño que tenía era conocer a mi padre y matarlo, ese era mi sueño, lo deseaba con fervor, imagínate cuando me contabas hoy lo de El Salvador, ese señor que me impresionó mucho, yo busqué años a mi padre para matarlo, imagínate como estaba.
El segundo sueño, si es que me daban una chance, el segundo sueño después de eso, cuando iba a dormir, morir… yo no quería vivir, entonces no hablaba. Hablé milagrosamente con Perón ese día porque era una obligación, yo a los 6 años recién hablé, la primera palabra que dije fue Sara que era el nombre de mi madre y ya no hable más. Tenía problemas cerebrales muy serios entonces cuando me internaron a las 3 semanas, el médico le dijo a mi madre: Mire señora no se haga ninguna ilusión intelectual con su hijo, porque perdió muchas neuronas, entonces él podrá hacer algún oficio simple, peón de campo, albañil y mi madre preguntó por qué? Porque perdió muchas neuronas. Mi madre por supuesto no sabía que era una neurona, preguntó que era una neurona, el médico le explicó, cuando salimos mi madre me abrazó y me dijo: “No te hagas ningún problema, con las poquitas que quedan vamos a hacer lo máximo posible”… (Aplausos)
Anteanoche fue el último concierto, cuando o siempre que voy a salir a un teatro como este teatro precioso en Asturias, o al Lincoln Center de Manhattan, o a alguna Universidad como la Sorbona en París o Cambridge en Inglaterra, Oxford, cuando me invitaba a desayunar Borges o Bradburí siempre recuerdo esta anécdota de las neuronas. Cuando recuerdo que llevo 31 o 32 libros escritos, siempre me recuerdo lo de las neuronas. Por suerte después sí aprendí que el intelecto es solo una herramienta para el espíritu, todo eso sin amor no sirve para nada, es nada más que un exceso de información que más te obstruye y te confunde que lo que te alivia, la felicidad va por otro lado y la sabiduría viene del corazón, no es de la cabeza, pero una cabeza entrenada se puede dar cuenta de las circunstancias, hacer una buena mención, solo eso, es un técnico en mi vida.
Bueno cuando yo tenía 9 años o 9 años y medio más o menos, me fui a trabajar al campo para ganar más dinero, mi madre ya estaba bien, mis hermanos empezaban a estudiar, a leer y a escribir, yo era analfabeto por supuesto. A pesar del techo y del trabajo, había un profundo dolor en mi vida, era mi padre claro, bueno el marido de mi madre, pero no era porque me faltaba mi padre, vean ustedes, seguramente acá debe haber más de uno que vivió esta circunstancia, no era que yo me sentía mal, yo me sentía mal por mi madre, la veía tan sola, pasaba por un lugar como este y decía: porque demonios esta gente, todos está todo el mundo juntos desayunando, con su mujer, con su familia, por qué mi madre no, yo no entendía esa historia. No era por mí a mí me valía que estuviera mi padre o no, yo ya estaba criado y sigo siendo un hombre orgulloso de mi soledad y mi camino, pero era ella; yo sentía que ella se merecía un hombre al lado.
Una hembra se completa cuando llega su hombre, un hombre es una realidad a medias hasta que llega su mujer, salvo que Dios tenga otro plan. A mí seguramente me dijo: Vas a vivir todo lo que estás viviendo y lo vas a contar, serás mi testigo, yo no necesito otra cosa, a ti te hizo sacerdote, Jesús no tuvo familia propia tenía una tarea, pero excepto esos casos excepcionales, Teresa, se supone que nacemos juntamos hembra y macho y hacer de esas dos mitades una unidad, por eso me jodía.
Cuando me fui al campo yo vivía solamente con gente mayor, los peones de campo eran tipos que tenían por lo menos de treinta años para arriba y se bebía mucho y se fumaba mucho, y empecé a beber con ellos como un juego, porque yo veía que el alcohol era como mágico. Un paisano tímido que no se animaba a decirle nada a Matilde, la hembra de la cantina, cuando tenía dos copas le tocaba las nalgas y era… y yo dije: esto es mágico, que fácil tomo un poco de esta basura y soy valiente y me olvido de mis cosas y me voy a acercar a quien me quiero acercar. Bueno para hacerla muy corta, a los once años yo era alcohólico, pero alcohólico, clínicamente alcohólico, yo robaba para beber una botella de vino Padre, yo bebía una botella de licor por día, a los once.
Por supuesto que el alcohol aumentó mi odio, es típico, me obstruyó más la cabeza que trabajaba mal y poco y me taponeo el corazón, me acostumbré a robar para beber y de pronto tenía 24 robos y había quemado dos escuelas, una comisaría y la sucursal de un banco y ya era el líder de una gavilla, robábamos periódicos a los que los vendían en esta esquina y los vendíamos en aquella esquina, se los robábamos a golpes, mandé mucha gente al hospital, mucha gente, era muy violento, casi con placer, alguien me tenía que pagar esto, yo no sabía que esto era una lección, no un problema, Dios a mí me debe querer mucho, porque me puso toda esta experiencia adelante. Lo que llamamos problemas son lecciones, el solo hecho de tomarlo como problema ya te venció, si tenés un cáncer que alguno lo debe tener aquí, pensá que es una lección vas a aprender mucho y va a ser un gran negocio, yo no sabía en esa época esto, para nada, pensaba que Dios era amigo solamente de aquellos a los que les va bien, después supe que dura fue la experiencia de su hijo directo y otras tantas como el Bautista.
A los 14 años ya tenía todos esos robos y me cazo la policía y me metieron a la cárcel por 4 años, de 14 a 18 años, una condena de 4 años y se iba a revisar cuando terminara, porque a los 18 en Argentina uno es mayor de edad, y posiblemente pasara, por la calidad de los delitos, pasara una cárcel de mayores, existía esa posibilidad, o sea, que hubiera podido estar un rato más largo, pero yo me escapé un año antes.
Siempre me le escapé a la policía, también cuando la policía trabajó como de costumbre para los dictadores en Sud América, siempre me escapé y cuando no me les escapé, logré cambiar a más de uno de ellos. Yo tengo 87 detenciones en mi país por culpa de las dictaduras militares y 14 veces la picana eléctrica a los testículos padre… pero le voy a contar lo que pasó en la cárcel.
Pero les voy a contar lo que pasó en la cárcel porque esto es maravilloso, digo que soy un tipo con suerte porque me cruzo con gente extraordinaria, me la pone ahí cerquita. Yo era un tipo muy revoltoso y antisocial en la cárcel, entonces tenía pleitos todos los días en el patio, en el patio es donde te juntas a ciertas horas y cuando nos juntábamos en el patio siempre había pleito y yo fui siempre muy solitario, tenía pleito contra 4, contra 5, vivía siempre a los golpes.
Había un jesuita, en la cárcel, a los que amo por supuesto y me dijo: te van a matar aquí. Acá te va a ir muy mal y yo voy a ver si te puedo salvar, te voy a cambiar de lugar me dijo. Y me llevó a un lugar donde no iba nadie, era un lugar de la cárcel, me puso un colchón en la biblioteca, porque ahí nadie va a leer, es más la mayoría ni sabía leer, entonces yo era como un campeón, que vivía como en la suite de este hotel, con mi biblioteca propia, pero era analfabeto. Y yo había visto libros, claro, sabía que habían libros en el mundo, pero no sabía de qué se trataban, en la escuela donde estaba mi madre, por ahí vi muchos más libros y libros bellos, grandes, de colores, buena textura de piel, de papel, hoy los amo.
Yo perdí la vista tres veces en los últimos años y yo siento la gravitación física de los libros, los amo, además tengo todos el motivo más grande del mundo para amar los libros porque yo soy hijo del libro de los libros, de la Biblia, yo nací ahí, imagínense, hace poco fui a la feria del libro en Miami y no llegó mi libro, entonces yo le dije a la gente ¿Qué hace un autor aquí sin su libro?
Pero les voy a decir que yo tengo mucho derecho de estar aquí, porque yo soy hijo del Libro de los libros, así que miren. Hace poco fui a Miami.
Así que yo le preguntaba al Jesuita, Simón se llamaba, como aquel Simón ¿Simón que hay en ese libro marrón? Ahí está la historia de un general corso Napoleón y me contaba cosas, me contaba las historias… y me contó todas las historias. Y en el libro verde, y en el libro verde ahí te podes enterar de cómo se comía en la época de Moisés y quién fue Moisés, me contaba la historia de Moisés, y me empecé a volver loco con las historias que me contaba el Jesuita Simón.
Y un día me dijo: yo no puedo estar leyéndote y contándote historias todos los días porque acá hay doscientos y picos de muchachos y yo no puedo estar contigo, así que no me jodas. Mejor vamos haciendo una cosa, si yo tengo tiempo y vos queres, fíjate que hábil, yo te puedo enseñar a leer y yo me quedé encerrado 3 años ahí, aprendí a leer y a escribir, entonces leía a Mark Twain, había el segundo volumen de las confesiones de San Agustín padre ahí adentro, ahí estaba Freud, Tolstoi, el gran inspirador de Gandhi junto con Jesús, lo decía Gandhi eso, estaba Whitman decía cosas prodigiosas, a la mañana le decía a la naturaleza “despierta que tu amante ha llegado” y yo empecé a conocer a otra gente, mucho mejor que lo que era el esposo de mi madre, que la policía, que la sociedad cobarde, mucho mejor gente.
Y un día, me di cuenta que en esos tres años, había hecho mucho más de lo que yo creía, porque en Argentina se hacía 6 años de primario (no sé cómo le llaman ustedes) y 6 años de secundario no? Y después uno entra a una carrera, es igual. Yo hice esos 3 años padre, los doce. A los 21 años y unos meses había terminado la carrera de Filosofía y Letra (aplausos…). Porque estaba todo el día en eso; si cualquiera de ustedes se mete solamente a estudiar por ejemplo a San Mateo, o a Buda si les place, o a lo que sea, será muchísimo lo que aprenderán en 3 años. Solo en eso yo vivía encerrado leyendo y con el auxilio del hombre brillante, que conocía las excelencias de la vida. Por eso decía con orgullo Freud y gente tan interesante para mi vida, hoy y tal vez para siempre. Entonces yo ya era más inteligente que la policía, me escapé fácil.
A los 2 meses y días que me escapé de la cárcel, yo ya era otra persona, ya había desaparecido el alcohol, en la cárcel aunque les parezca mentira, se puede beber, hay gente que mete el alcohol, se arreglan con la gente de ahí, le dan un peso, lo roban, siempre aparece, como la droga, lamentablemente. Cuando tuve algo en mi corazón y en mi cabeza, ya no había vació por lo tanto ya no había lugar para el alcohol. Uno bebe o necesita mucho dinero cuando está vacío por dentro, sino necesita el dinero justo. Mi madre decía: “Tomar de la mesa del Señor solo lo necesario para que no falte a nuestros hermanos lo suficiente”… y cuidado que no les está hablando alguien que sea adicto a la pobreza, porque yo soy Príncipe, soy hijo del único Rey. Es decir, no somos pobres (Aplausos).
Y cuidado que no les está hablando alguien que sea adicto a la pobreza, porque yo soy Príncipe, soy hijo del único Rey. Es decir, no somos pobres.
Esto me lo enseñó un vagabundo y les voy a contar otra cosa que es muy rara y es muy ...(silencio), por eso los planes de Dios son magníficos, el vagabundo que yo conocí dos meses después que me escapé, también se llamaba Simón ¡fíjate tú!, recuerdo perfectamente el día, porque hay gente que dice: que memoria que tengo, cómo se puede acordar el día, recuerdo yo ese día, porque ese día que sucedió esto que les voy a contar yo nací, o sea para la ley yo nací el 22 de Mayo de 1937, es una infamia. Para Dios, es decir, para la vida yo nací el 24 de Febrero de 1954, cuando se supone que tenía 17 años.
No se nace solo cuando se sale de la madre, se nace cuando uno se da cuenta, hasta que uno no se da cuenta… Hay gente que vive toda una vida y muere sin nacer, hay gente que muere a los 80 años sin haber vivido y sabes, llamarle hermano al que nació en el mismo territorio, vivir es vivir, entender que nacemos para encontrarnos, que nos gustemos o no, somos hermanos, que hay un mundo para respetarlo y dejarlo para el que vendrá, eso es vivir. Vivir a plenitud, en el puro amor, yo le veo a Dios en un gato, no tengo que encerrarme en un monasterio, esas cosas al hombre lo hacen desgraciado porque Dios sabe lo que uno necesita.
Les voy a contar una anécdota, un amigo mío mexicano le regaló medio millón de dólares a la Madre Teresa, porque era la primera vez que iba a la casa que tiene en México y él vio que en la casa no había nada y él hizo un cheque de medio millón de dólares, mi amigo tiene mucha lana y se lo dio y la Madre me dio el cheque y me dijo: cuánto es eso?
Le digo: mucho dinero, medio millón de dólares, mucho dinero en cualquier lugar del mundo y ella se lo devolvió y le dijo: Dame tu mano, y mi amigo estaba así… Y le dijo: yo no quiero tu dinero, yo quiero tu paz, yo no necesito tu dinero, yo necesito tu paz, cuando estés en paz si te necesito para dársela a nuestros hermanos que están peor que nosotros. No te preocupes por el dinero porque la divina providencia siempre nos da de comer.
Eran las doce y media del mediodía padre y además la divina providencia es puntual, sabe que aquí se come a la una, no había nada en la casa, 30 ó 40 personas ahí, a la 1 salimos y cuando yo voy a abrir la puerta, siento que alguien hace fuerza del lado de afuera, habían 3 ó 4 personas que habían llegado en un automóvil con canastas con comida y le dijo la Madre Teresa a mi amigo: “has visto que puntual”.
Salgan mañana a la calle sin un peso y van a ver que van a tener todo lo que necesitan, simplemente esperando y lo van a ver. Así yo pude cruzar la Siberia, la Manchuria, los mares del mundo, lo que se les ocurra, porque no van a creer que todos los países donde uno va, le dan un teatro tan bello como el de Asturia y viene toda la gente 3 días 4 días, no es así, A lugares que yo canto en los templos, en las sinagogas, en las plazas en los mercados, la gente deja su moneda para que uno coma y siga al otro pueblo, hago todos los trabajos posibles.
Y 15 días por año, hago un trabajo diferente cada año, que es una experiencia, vuelvo a limpiar zapatos en Montevideo, Buenos Aires, ayudo en la cocina en algún hotel de Ecuador, cualquier oficio, todos los años dos semanas para no olvidarte, porque seguramente vas a volver a esos oficios, es lo más fácil.
Esa noche, como les decía, supe que soy un príncipe y que soy hijo de un rey y cambio todo, obvio. Esa misma noche de la alegría escribí una canción, ni sabía que iba a ser mi oficio este. Escribí una canción de cuna, nunca supe por qué escribí una canción de cuna esa noche y muchos años después, porque vean el cambio, saber que uno es pariente de Isaías, saber que uno es pariente de Salomón, el que sabía que todo tiene su tiempo, caramba ser pariente del Bautista. Escribí una canción de cuna, muchos años después Krishna Murti que fue gran amigo, me dijo: “Ahora entiendo porque escribiste una canción de cuna aquella vez” y por qué fue? porque yo no lo sabía, te la estabas escribiendo a ti mismo, porque estabas naciendo, es decir yo me escribí mi propia canción de cuna. (aplausos)
Esa canción hoy se canta en rumano, en griego, en japonés, por esa canción nos ayudó a que compráramos para nuestras comunidades llegáramos ya a cuarenta mil hectáreas padre y la bendición y me transforme en líder de los campesinos era un pequeño (Em¡liano Zapata… (inentendible) empezamos a tener contacto con mucha gente que yo ni supuse que podía llegar a tener contacto y al tener influencias en la vida y pude contar esto, desde aquella noche hasta hoy lo que he hecho es contar, lo que puede pasar en la vida de un ser humano a partir de la llegada del Señor…ese ha sido, por eso yo nunca me sentí artista, ni me siento, yo siento que soy un testigo, que canto como podría cortar la madera, es lo mismo, no hay ninguna diferencia...
Y a los 22 años pasé por una ciudad que se llama Mar de Plata, era la primera ciudad grande que yo iba siendo otra persona y entre a un hotel como este a pedir trabajo de lo que sea y lo que me dieron fue una guitarra, les había fallado un músico y yo debuté esa noche… (aplausos) o sea, que me la puso en la mano siempre, me dijo ahora vas a ver lo que va a pasar con tu vida, a los tres días un diario publicó: En el Hotel de Hermitage de Mar de Plata todas las noches sucede un milagro, ese era yo. En un lugar donde iban a ver mujeres y a beber alcohol, había a veces hasta más de 1000 personas por día escuchando el Esclesiastés, imagínate, entre whisky y coñac y muchos de ellos fueron salvos y al ratito era muy famoso y ganaba mucho dinero.
Empezamos la primera comunidad de niños con mi madre. Ya había empezado humildemente, ya teníamos donde empezar, hoy son setenta y pico de escuelas en total. Nuestras escuelas trabajan las 24 horas, no se cierran jamás porque el niño va a la escuela a la hora que quiere y se va cuando quiere y el maestro está para servirlo, no para darle órdenes, no le da deberes, ni se califica. Nuestros niños de 11 años hablan dos lenguas, los niños que tienen 15 años hablan tres lenguas, hay dos en Harvard con Kissinger, estudiando derecho internacional, los dos mayores; hay dos en la Sorbona, tenemos un médico de 23 años, bueno, ahí empezó esta aventura extraordinaria.
Es por eso, pienso que es tan fácil, hace falta, si nos juntábamos aquí y nos juntáramos afuera igual que aquí todos los días y saliéramos a buscar cada día a quien esté más jodido, el milagro que sucede es extraordinario. Si ahora saliéramos a no dejar ni un niño en la calle, es tan fácil. Es amor nada más, porque mi hermano, no puedo comer tranquilo si está afuera, hermano debo comer tranquilo, es mi compromiso. Matan a un negro en EEUU y me matan a mí es un hermano, matan a un escocés en Irlanda la guerrilla y me matan a mí, si es un hermano mío, siempre me matan y siempre renazco en el que nace, por eso fue fácil, y un día me cansé de todo eso y en el 65 empecé a caminar un año la Isla de Pascua, estudiar el Libro Sagrado, después un año en el Machu Picchu y conocí lo que había quedado de los Incas y después en Mato Groso otro año y “renací realmente y supe quién era y para que estaba”.
Caminé el mundo a derecha e izquierda, arriba y abajo, lo que quieran, por eso decía 164 países caminados y estuve en la guerra de Vietnám, en Biafra, en Camboya, en la Plaza hotel de Manhattan, en todos lados, tengo el orgullo de decir, esto si te digo con orgullo, saludable, pero orgullo al fin, en este caso es un pecado, de decir que la Madre Teresa me llama colega, a mí que quería matar a mi padre, vean los cambios.
Por supuesto que desapareció el odio a mi padre sin que me diera cuenta, hace 11 años cuando yo tenía 46 años lo conocí, pasaron muchos años, hace 11 años atrás termino de cantar en la misma ciudad donde yo debuté en Mar de Plata y me estaba esperando mi padre en el Hall del Teatro, hoy es mi amigo, tiene 92 años.
No solo esto, al otro día, cuando me invitó a comer a su casa, le dije: Yo estoy muy contento de conocerte, porque debo tener un respeto y un gran amor por tí, porque Dios te junto con mi madre para que yo gozara el Nilo, el suma inca, para que yo conociera el Popol Vuh, si no hubiese nacido? para que yo caminara chicago, Ámsterdam o cruzara Pompeya o Calcuta con la Madre, pero fíjate, quiero ser honesto, mucho más que conocerte, lo que más alegría me da, es que me quedé sin enemigos, porque eras el último enemigo que me quedaba y cuando uno se queda sin enemigos, la vida créanlo es una fiesta, yo vivo de fiesta en fiesta, hoy vamos a San José y me espera gente que me ama y gente que sabe que voy porque los amo y después voy a México y es una fiesta, si desde el aeropuerto me lo dicen, desde el avión me lo están diciendo.
Usted sabe que hay aviones, que subo a un avión y me aplauden en el avión y no lo tomen como vanidad, y voy a un restaurante y me aplauden en el restaurante, ¡pero no me aplauden a mí, aplauden mi felicidad! Y esa felicidad es Él, porque no hay otra, las otras son muy pasajeras, la felicidad depende de cosas eternas, si yo soy feliz por una causa, por otra causa dejo de serlo, pero la paz se queda para siempre, es la única causa de poder vivenciar esta vida y de gozarla y de ser útil y de enfrentar los peligros que hay en esta vida, porque siempre te da una chance.
Mi padre es mi amigo. Noventa y dos años, hace un mes cumplió, mi padre conoció a Jesús por mí, él solo sabía quedarse con el dinero de la gente, de la manera que fuere, es un hombre muy rico económicamente, aprendió a hablar con la mucama, aprendió a pedir “un café por favor”, aprendió a vivir con los que no tienen, lo que él tiene. Y recién ahora se da cuenta, que todo lo que tuvo, lo tuvo a él, porque fue un esclavo cuidando esas cosas. Y ahora está en plena libertad en su vejez.
Faltaba que llegara la mujer de mi vida, era previsible, yo vi que me daba tantas cosas, que dije: caramba creo que el Padre hasta debe tener una mujer para mí y la tenía, porque cuando te da, te da todo. Nunca es la mitad, ni un tanto por ciento, ni a pagar, no, no, el único deber que debemos tener con lo que nos da, es vivirlo y cuidarlo porque atrás viene otro. Goza la flor donde está, no la cortes, no la mates, porque otro viene a gozar de esa flor. Los chinos dicen cuida los escalones de la escalera por la que subes, porque por los mismos escalones descenderás, cuidado con eso, siempre.
Un día estaba tomando café en San José de Costa Rica, donde vamos esta tarde y había una gringa al lado (no sé como le llaman ustedes) una norteamericana, una gringa, la mujer más bella que vi en mi vida, este… que fue otro milagro. Mi mujer… cuando yo la conocí a ella, quince días atrás había sido portada de Playboy y una foto de ella desnuda mostrando su belleza porque pensaban que era de ella, ella pensaba que su belleza era obra de ella y estaba hasta la cabeza con la droga. El amor es extraordinario, el amor no anda buscando situaciones ideales, uno ama, no sabés por qué?
Mi madre me decía: No busques a tu mujer, porque Dios te la va a poner ahí. Vas a saber que es tu mujer. No sé cómo se sabe eso, porque yo hablaba poco inglés y ella nada de español. Estaba sentado al lado y le dije: “Oye tu eres mi mujer” (aplausos y risas) Y ella lo sabía, ese es Dios.
Yo estoy seguro que le pongo otra ropa a la Madre Teresa y la siento por aquí y hasta el último que entre, sabrá que esa es Teresa, hay una luz, no sé qué es. Yo me imagino cómo habrá visto el bautista a Jesús, hasta sospecho cómo se dio cuenta, más allá de que después la paloma en el hombro… estoy seguro, porque hay una cosa, uno sabe.
Y ella me dijo: “Si soy tu mujer”, extraordinario, yo tenía 40 años, ella 20, parecía la canción de José, se lo conté un día a José, es un gran amigo, y se puso a llorar, se emocionó mucho, casi es nuestra esa canción, pero lo que diferencia es que nosotros fuimos muy felices, no había pleito con eso.
Y estaban los padres azorados ahí, a mí me costó mucho hablar en inglés esa frase “sos mi mujer”, me presentó a los padres y le dije: Bueno despídete de ellos no? Y se despidió. Hoy, pero vean lo que es la vida, que maravilla, yo me fui de aquí, te acuerdas? Cuando yo me fui de aquí, después de estar aquí trabajando, al otro día que me fui de aquí la conozco, y ahora me voy también para allá, y voy a pasar en el auto frente al hotel donde yo la conocí, hasta llegar al centro de la ciudad, con felicidad, porque cuidado lo que uno amó nunca muere, sino no es amor, nunca muere, y no depende de lo que te dé y como actúe, eso es el amor, eso es extraordinario.
El amor hace que uno tome lo malo con gracia y que no discuta aquello con lo que no está de acuerdo y que sigas dando amor, es la otra mejilla. El amor nunca pide, el amor es dar, nunca se agota… Y me la llevé, eran las 10 de la mañana, ya me la llevé conmigo, te alquilan… te dan la ropa hasta acá…, hasta donde llega la foto, el smoking, el vestido de novia hasta acá, para la foto es, eh… (risas) porque fue el primer lugar, ella sabía que Dios la había puesto para mí, yo también sabía, entonces estaba tan claro no… que en cualquier lugar nos metimos y nos casamos.
Después nos dijeron que no era del todo legal y que había que hacer… bahh, nos casamos en Las Vegas y pagamos 15 dólares más y nos tiraron arroz y nos cantaron una canción lamentable… (risas). Y tuvimos una hija maravillosa, un año y pico después, bella como ella.
Yo les decía al principio, que cuando conocí a mi mujer, ella estaba tapada de whisky y de droga y era modelo de esas revistas. Sin que nos diéramos cuenta ninguno de los dos, empezó a caminar el mundo conmigo, China, la India, Japón, este… bueno ya sabes, Tierra Santa dos veces, con ella fui, una Noche Buena de Belén que canté. Empezó a conocer otro mundo y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, había salido en 6 meses de la droga y del alcohol, así…!chuhhhh! solita.
Tuvimos una hija muy bella y un día yo perdí un avión y el avión se cayó con las dos y cambiaron de lugar, se mudaron, porque lo que nosotros le llamamos muerte es mudanza, porque ahora yo lo sé esto, conmigo, sino yo tendría que salir corriendo a buscar otra mujer, no se queda acá, mi hija tenía 6 meses, cuando el accidente. Yo perdí ese avión iba de los Ángeles a Chicago y yo venía de Boston de cantar en Harvard y perdí la conexión… y fue otra prueba de Él.
Me sacó a mi mujer y a mi hija, por dos razones: Primero para que sepa que el amor es invicto y que no es solamente lo que se toca y lo que se ve, eso lo aprendí ahora, como puedo decir: que mi madre está ahora hablando con ustedes aquí, se supone que Jesús murió hace 1994 años, no conozco un ser humano más vivo en el planeta… (aplausos) Hay gente que todavía…(aplausos)
Y la segunda razón que yo la sospecho, y la sospecha Teresa y la sospechaba krishnamurti y también la sospecha el Sai Baba que es un gran amigo, es que cuando Dios quiere que trabajes para Él es full time y me dijo: Vas a trajinar exclusivamente el espíritu y tal vez el intelecto como una herramienta y olvídate del resto. Cuando el animal se queda atrás, escuchas más que nunca al espíritu, ahora entiendo la abstinencia, ahora sí. Ahora sé que toda esa energía, toda esa lívido se va al espíritu y eso lo saben los hombres mayores de edad y los religiosos, los que han entregado su vida al Padre.
Eso fue el 12 de Junio de 1978, esto del accidente, de la mudanza. Me encontré en Los Ángeles a los dos días con dos cajas de metal con las cenizas de las dos y empezó todo de nuevo.
Después me dijeron hace 8 años y medio que tenía 3 meses de vida, a veces todavía me lo dicen, algunos más generosos dicen un año y también lo he podido controlar.
Estuve paralítico, total paralítico cuatro veces en los últimos 6 años. Y ciego total tres veces, y dos casi ciego. Llevo ocho años durmiendo sentado, tres horas con mucha suerte, puedo comer una vez al día. Todo ese llevar atrás el animal, me ha hecho el hombre más pleno del mundo. No hay forma cuando está metido en tu espíritu, de que suceda algo que te pueda traer dolor, desdicha, desilusión, en absoluto, es una prueba extraordinaria.
Si yo volviera a nacer, como humano, le diría: “Oye Padre quiero pasar lo mismo, pero antes. Si yo hubiese sabido esto antes, hoy seguramente, podría aliviar algún dolor de ustedes sin ninguna duda con la mínima palabra, porque estamos para eso. Por eso me gusta dar este testimonio. No crean lo que les cuentan las canciones populares, que cuando se termina un amor, el hombre ya no tiene por qué vivir. No crean que la familia es solamente Fernández o García, la familia es la humanidad.
Recuerden a San Agustín, rico no es quien más tiene, sino el que menos necesita, si tomamos lo necesario vamos a ser más libres, sino vamos a joder tanto a la comunidad. Cada uno puede llegar a donde quiere llegar porque no hay ningún límite para tu sueño, pero para vivir mejor hay que ser mejor. A mí no me va a dar el nuevo Presidente Argentino una vida mejor, me la voy a dar yo mismo, porque para eso tampoco hay límites. Si uno tiene un gran sueño, tiene que estar dispuesto a un gran sacrificio, pero no hay sacrificio cuando se trabaja por un sueño, es una felicidad.
Cuando me acuesto yo veo todos nuestros niños ya dormidos, sabiendo otra vez que son parte de una familia, que no están abandonados, que es posible y puedo vivir en paz. Y me podría ir ya mismo de este mundo, ya podría hacer la mudanza, o lo que algunos incrédulos llaman muerte, porque yo he vivido, es el único requisito para tener derecho a la mudanza. Sino vas a reencarnar hasta que aprendas, a lo mejor miles de veces y la vas a pasar muy mal.
Yo les agradezco el amor que me han dado, a mí y a Alberto es un querido amigo, en este país al que amo desde mucho antes de conocerlo, porque yo siempre fui lector del Popol Vuh, del libro de los libros el Chilam Balam, siempre fueron nombres muy cercanos Totolsiu, Pacal, Chichicastenango, Shican, el Usumacinta, siempre lo fueron. Es más alguna vez hice una gira por todo el mundo un año y pico, leyendo y comentando el Popol Vuh solamente por los cinco continentes. Así que vean con que respeto y amor llego a un país que me escucha a mí, que es una gran gentileza, después de haber oído voces tan altas como las que tenían ellos.
El maya que sabía que ser hombre no es fácil, pues no nacemos para aumentar la confusión, sino para aclarar misterios. El maya sabía que no venimos a discutir con Dios, sino a honrarlo.
Mi madre decía: “Bienaventurado el que agradece a Dios pero exige al hombre”, al hombre debo exigirle, a Dios debo aceptarle, con el hombre puedo discutir todas las cosas de mundo, todas las cosas que hacemos mal, pero con Dios ninguna. Ni siquiera que no me deje acostar para dormir, es más se lo agradezco, me tiene más despierto, tengo más horas en el día y las he utilizado muy bien.
Por eso, yo sueño también de que a lo mejor los niños que están por allá van a ver concretado otro mundo, no el mundo, el mundo es perfecto, otra sociedad humana, pero hay una sola cosa capaz de lograr ese milagro, de armonizar diferencias, macho y hembra, negro y blanco, rico y pobre, bueno y malo, grande y pequeño, mucho y poco, eso es el AMOR y ustedes lo saben bien.
Cualquiera que encuentres por ahí, me decía mi madre “es tu hermano trátalo con respeto”. Enriquécete con las diferencias y solo opina si puedes mejorar, de lo contrario has silencio. Por eso le decía hoy acá al hermano, no creo en los países para nada, yo aprendí que hay una sola religión y es el amor.,
Tal vez la voz más importante que haya traído esa condición, que le haya dado categoría a esa condición, sea Jesús, pero la religión es el amor. Hombre religioso es el que busca la verdad para compartirla.
Aprendí también que hay un solo lenguaje y es el del corazón, yo me he podido comunicar con turcos, con chinos, con lo que quieran.
Aprendí que hay una sola raza, más allá que uno tenga algunas dilectas, como el maya, como el inca, pero hay una sola raza y es la humanidad. El Dios es uno solo, llámenle como quieran, pero es uno solo y está en todas partes, pero principalmente en tu corazón.
Gracias por esta invitación, les voy a decir lo que siempre suele decir Teresa, por favor sean felices, no ofendan al Padre con vuestra desdicha, porque es de muy poco talento sufrir, somos hijos del amor, ninguno de ustedes llegó acá por el odio, sus padres tuvieron que amarse para que ustedes nacieran, entonces para qué se nace, para la felicidad, fuera de la felicidad son todos pretextos. La lucha por una sociedad mejor tiene que ser hecha con felicidad, sino es rencor y el rencor no sirve para nada. Fue con felicidad Jesús a la cruz, seguramente se mató de la risa el Bautista cuando le iban a cortar la cabeza, porque sabía que se estaba cumpliendo algo extraordinario del que él era protagonista. Y a nosotros nos pasa igual, podemos ser protagonistas todos y ser una buena persona.
El bien se alimenta de sí mismo, el mal se destruye a sí mismo, el tumor te mata pero muere contigo, no tiene vida propia. Si no escucho al mal, sino digo el mal, seguramente no haré el mal. Una bomba hace mucho más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que en este momento están construyendo la vida. Es más creo que si los malos supieran que es buen negocio ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio. Porque en todos lados te van a esperar con amor. Muchas gracias (aplausos).
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