Si tu hijo no respeta tus reglas es porque tú no las haces cumplir.
Los hijos no aprenden solo con palabras. Aprenden con lo que ven, con lo que permites, con lo que dejas pasar.
Una regla sin consecuencias no es una regla, es solo una sugerencia.
Educar no es gritar ni castigar. Es estar presente, ser firme con amor, y enseñar que cada decisión tiene CONSECUENCIAS.
Cuando cumples lo que dices, tu hijo aprende a confiar en ti… y también a respetarte.
Ser padres es guiar, no controlar. Es amar, pero también poner límites claros. Porque esos límites no encierran: protegen.
¡Los hijos no necesitan padres perfectos. Necesitan padres coherentes!
Que hagan lo que dicen. Que digan lo que sienten. y que enseñen con el ejemplo. Ver menos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario