sábado, 7 de junio de 2025

MI PAPÁ ODIABA LA CARNE...Reflexión



Tenía 7 años… y mi papá fingió que odiaba la carne.

Ese día entendí que no solo éramos pobres…
estábamos sobreviviendo.

Había arroz en el plato. Nada más.
Pero papá puso un pequeño trozo de carne a un lado, lo cortó y lo dejó intacto.


—Come tú —me dijo—. Yo ya comí en el taller.


Pero yo sabía que era mentira.
Lo vi llegar, con las manos negras de grasa, sin tiempo ni para lavarse.
Lo vi mirar la mesa… y luego forzar esa sonrisa que ya le conocía.


Y mientras yo comía, él hablaba de política, del fútbol, de cualquier cosa para que no notara… que tenía el estómago vacío.


Así crecí.


Con los zapatos siempre un número más grandes.
Con los útiles heredados de otros niños.
Con la mochila rota, pero el corazón lleno de sueños.


Mis padres no sabían inglés, pero me compraron un diccionario.
No entendían mis libros, pero me miraban con orgullo cuando leía en voz alta.
No pudieron darme lujos, pero me dieron algo mejor: la certeza de que yo podía llegar lejos.


Por eso, cuando aprobé el examen de la universidad pública, lloré.
Porque su sacrificio no fue en vano.


Y cuando gané mi primera beca, llamé a casa.
Mi mamá lloraba.
Mi papá solo dijo:


—¿Ves que no necesitaba la carne?


Entonces lo entendí:
no era que no le gustara…
es que prefería que yo creciera fuerte.

Moraleja:
Hay hambres que duelen…
pero hay amores que alimentan más que cualquier comida.

Hay padres que dan sin tener.
Que callan su hambre, sus miedos, sus tristezas…
solo para que tú comas, sueñes y sonrías.

No olvides nunca de dónde vienes.
Ni a quiénes te empujaron hacia adelante… cuando ni tú creías que podías caminar.

Mayrasak

No hay comentarios.:

Publicar un comentario