martes, 2 de septiembre de 2025

TUVE QUE FINGIR QUE ERA CLIENTE...

“Tuve que fingir que era cliente… solo para poder usar el baño y lavarme la cara.”

Dormía en una banca. Me cubría con cartones y me levantaba antes de que pasara mucha gente, solo para que nadie me viera así. Ya no tenía casa. Ni trabajo. Ni familia cerca. Me quedaban las ganas… pero las ganas no alimentan. Una mañana me vi en un vidrio… y me dio vergüenza de mí mismo. La barba larga, la ropa sucia, la mirada apagada. Me dolía el cuerpo… pero más me dolía la dignidad.

Entré a una cafetería elegante. Caminé derecho al baño como si tuviera mesa reservada. Me miraban raro, pero no me detuve. Cerré la puerta y lloré. Lavé mi cara, mis manos, me sequé con papel. No era limpieza. Era un intento de volver a parecer alguien. Cuando salí, una mesera me interceptó.

Pensé que me iba a echar.

Pero me dijo:
—¿Ya desayunó? Lo invito. Pero siéntese en la terraza, porfa.

Me senté. Me trajo pan y café. No me preguntó nada. Me trató como si hubiera pagado. Comí despacio. No por el hambre… sino por el respeto que me dio.

Esa mañana volví a buscar trabajo. Esa mañana me paré distinto.

Hoy trabajo vendiendo jugos en un puesto pequeño que armé con lo poco que tenía. No volví a ver a esa mujer, pero cada vez que alguien se me acerca con la cara que yo tuve… le sirvo sin preguntar.

“Hay gestos que no cuestan nada… pero salvan a quien está a punto de rendirse.”

– Andrés Gonzales

1 comentario:

  1. Me encanto.Siempre es bueno ayudar a alguien y, muchas veces, como en este caso, cambia una vida vida.

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