“El hombre es Dios cuando sueña, pero esclavo cuando cuenta. Las planillas y los documentos que se mueran muchacha, en la calle es primavera, el dinero no interesa, viva la naturaleza, come hierba, millones de vacas no pueden equivocarse.
Bien decía el hijo del carpintero de Belén, “mira las aves del cielo, no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, pero Dios las alimenta, aprende de ellas. No sirve tu inteligencia porque ni un solo metro agregará a tu existencia”, bien decía.
Llegamos al infierno, es decir, a campo de Mayo, donde los que no pueden crear, ya ni siquiera se pueden consolar con el poder, la justicia se asoma a la plaza de Mayo que se enciende como en los viejos tiempos.
-¿Te acordás pibe? (Facundo imitando al general)
Cómo no me voy a acordar general, eran otros tiempos, todo tiene su tiempo y cada cosa su lugar.
- No siempre cada peronista con su sindicato.
Cada sindicato con su Huaynista, cada Huaynista con su socialista, cada socialista con su capitalista.
- Y si no como querés que …
Cada capitalista con su empresa, cada empresa con su psicoanalista, cada psicoanalista con su psiquiatra, cada psiquiatra con su terapia, cada terapia con su religión, cada religión con su profeta, cada profeta con su cruz, cada cruz con su cura;
-¡cada cura con su monja! (risas,aplausos) No sé por qué le llaman cura si es la misma enfermedad.
Cada monja con su asilo general, cada asilo con su amargado, cada amargado con su tango, cada tango con su soldán, cada soldán con su labrea, cada labrea con su familia, cada familia con sus principios, cada principio con su final, cada final con su recomenzar, cada recomenzar con su sueño y cada sueño con su libertad.
La libertad es una vieja que conocí en la bohemia, al lado de mucha gente y sin que nadie la viera.
Me dijo: Tengo tres hijos, uno está crucificado, el otro se ha vuelto loco y el tercero no ha llegado...
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