viernes, 1 de mayo de 2015

Salmos 18



Salmos, 18

36.Tú me das tu escudo de salvación; tu mano me sostiene, tus favores me agrandan.

37.Puedo alargar el paso, y mis tobillos no van a flaquear.

38.Persigo a mis enemigos y los alcanzo, no volveré hasta que estén exterminados.

39.Doy un golpe, y no pueden rehacerse, caen y quedan tendidos a mis pies.

40.Me revistes de fuerza en el combate, y doblegas ante mí a mis agresores.

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